Cuando hace unos años Renault hizo públicos sus planes de apostar por la electricidad como alternativa al motor térmico y lanzar al mercado una gama de vehículos eléctricos bajo el sobrenombre de Z.E (Zero Emissions), el Renault Twizy parecía un prototipo que jamás llegaría a nuestras calles.
He de confesar que cuando ví el Renault Twizy en vivo por primera vez, en el Salón del Automóvil Ecológico de Madrid, lo observaba con escepticismo, como si fuese uno de los muchos prototipos de salón que nunca llegan a producción, pero me equivocaba, y mucho.
Hasta el momento ya hemos conocido y conducido dos de esos nuevos vehículos eléctricos, los más racionales, el Renault Fluence Z.E y el Renault Kangoo Z.E y nos faltaban los otros dos, los que no se basan en un modelo ya existente. Aunque el Zoe se hará de rogar un poco más, ya hemos podido ponernos al volante del más peculiar de la gama Z.E, el Renault Twizy, cuyas primeras unidades ya están en los concesionarios.
¿Qué es el Twizy?
Antes de definir el vehículo como tal empecemos por el principio, su nombre. Para el más curioso de sus vehículos eléctricos Renault ha optado por un neologismo, ya que Twizy nace de la fusión de los términos anglosajones Twin y Easy, que se refieren a la capacidad del vehículo de transportar a dos personas y a su facilidad de uso.
La pregunta que irremediablemente nos viene a la cabeza al ver un Twizy es ¿esto qué es? La respuesta a esta pregunta no es sencilla, ya que se trata de un vehículo difícil de catalogar. Se trata de un cuadriciclo de propulsión con capacidad para dos ocupantes (que viajan en tándem, uno detrás del otro), de dimensiones muy reducidas y eléctrico, claro.
El Twizy no es comparable a una moto, puesto que tiene cuatro ruedas, ni lo es tampoco a un coche, ya que no tiene puertas completas ni las comodidades de un automóvil convencional. Es un concepto nuevo que nadie se había atrevido a explotar y que Renault piensa que va a funcionar, aunque ni siquiera ellos tienen claro el público objetivo. Cualquiera podría querer un Renault Twizy.
¿Quién necesita un Twizy? En principio, al ser una idea tan novedosa y peculiar, es difícil averiguar quién podría interesarse por este vehículo. Las opciones son muchas, desde una ama de casa que sólo lo necesita para moverse por el pueblo o la ciudad y hacer sus compras, hasta flotas municipales o de empresas que hagan un uso urbano de sus coches, pasando por alguien que utilice una scooter para ir a trabajar pero quiera ahorrarse el riesgo de poder tener una caída.
Este nuevo concepto de vehículo tiene sus ventajas. Para empezar, es un vehículo eléctrico, así que no contamina, pero además sus reducidas dimensiones le permiten ser muy ágil y práctico en el ámbito urbano, pudiéndolo además aparcar en casi cualquier sitio por pequeño que sea. El Twizy es muy manejable, mucho más que un utilitario, pero no es ni de cerca tan escurridizo como una scooter.
Otra de sus ventajas es que existe una versión, la denominada Twizy 45, que es considerada como un ciclomotor, así que se puede llevar sin carné de conducir. Con permiso de ciclomotor basta. Así pues, podría valer también para un joven cuyos padres ven peligrosa una moto y todavía no tiene edad para un coche.
Por otra parte, también tiene sus inconvenientes. No tiene ningún tipo de ayuda electrónica (ABS, ESP…) ni tampoco un sistema de sonido o climatización. Por no tener no tiene ni puertas completas (las que hay disponibles son opcionales pero no aislan del exterior), así que podemos incluso hasta mojarnos si hay mal tiempo, pero él es así, es Twizy.
Si echamos la vista atrás sacamos en claro que es muy ágil y manejable en ciudad, pero que tiene inconvenientes propios de una moto (te puedes mojar si llueve, necesitas abrigo y guantes en invierno…) y ventajas de un coche: es bastante más seguro que una moto y caerte seguro que no te vas a caer, aunque llueva.
No es un coche ni una moto, es un Twizy, un concepto nuevo. Si tiene éxito, seguro que otros fabricantes le seguirán con otros modelos que sigan la misma filosofía. Ahora vamos a echar un vistazo a su diseño y también a su interior.
Diseño e interior
La estética del Twizy ya nos indica que no se trata de un vehículo convencional, sino más bien de una idea nueva, una apuesta por algo diferente. Este peculiar vehículo es el centro de las miradas allí por donde pasa, y no es para menos.
El Renault Twizy mide 2,33 metros de largo (de los cuales 1,68 metros corresponde a la batalla), 1,24 metros de ancho y 1,46 metros de alto. Es, por tanto, casi 40 centímetros más corto que un Smart y unos 30 centímetros más estrecho. Si lo comparamos con el Renault Twingo, que era hasta ahora el coche más pequeño de la marca francesa, el Twizy es ínfimo.
El eléctrico más pequeño de la gama Z.E fue concebido como un vehículo sin puertas, por lo que no las lleva de serie, aunque sí podemos equipar de forma opcional unas portezuelas de apertura en tijera que cubren la mitad inferior del lateral del vehículo, pero que dejan al descubierto la parte superior.
A pesar de su tamaño puede acomodar en su interior a dos personas en tándem, con el pasajero justo detrás del conductor. El asiento del conductor es regulable longitudinalmente y permite encontrar una postura de conducción adecuada, aunque no se puede reclinar.
El pasajero se encuentra tras el asiento del conductor, “encajado” en la parte posterior del Twizy. A pesar de lo que pueda parecer, el asiento trasero es cómodo (aunque el acceso al mismo no lo es tanto) y nos permite viajar con las piernas estiradas ya que las pasamos por los laterales del asiento que tenemos delante.
El habitáculo no es especialmente amplio, aunque el hecho de que vayamos expuestos al aire (ya que incluso con las puertas opcionales no hay ventanillas) mejora nuestra estancia en su interior, algo a lo que ayuda también el techo panorámico opcional, que aumenta la sensación de amplitud.
Aunque no hay demasiado espacio en el Twizy para cargar equipaje o bultos, tenemos dos pequeñas guanteras en el salpicadero que suman 8,5 litros (una de cinco y otra de tres y medio) y un maletero en el respaldo del asiento trasero que tiene una capacidad de 31 litros.
En caso de que el espacio fuera insuficiente, que lo es en la mayoría de casos, podemos llevar objetos en el asiento posterior siempre y cuando no viaje nadie en él (es lo que yo he hecho). En cualquier caso, Renault ofrece también una especie de bolsa de deporte de 50 litros de capacidad que se vende como accesorio y que se puede cargar y ubicar en el asiento trasero, para después llevárnosla con nosotros.
La marca francesa ofrece también otros accesorios como una falda de protección (al estilo de las que usan las scooter en invierno) o un kit manos libres Parrot con altavoces integrados en el techo del interior del vehículo, por ejemplo.
Mañana seguiremos con este primer contacto con el Renault Twizy, explicando los tres acabados diferentes que ofrece Renault para su pequeñín, ofreciendo la lista final de precios para España y descubriéndo todo lo relacionado con su propulsor eléctrico, sus prestaciones y las sensaciones al volante. Promete ser divertido. ¡No te lo pierdas!
En Motorpasión | Renault Twizy, presentación y prueba en Ibiza (parte 2)