¿Qué potencial de bajada de precio tienen los coches eléctricos? A día de hoy todavía son algo más caros que un modelo equivalente de combustión interna y necesitan de ayudas a la compra y otros incentivos para resultar económicamente interesantes. Sin embargo ya se han visto bajadas importantes de precios en algunos modelos, como por ejemplo el Mitsubishi i-MiEV.
El Mitsubishi i-MIEV ha visto bajar su precio de manera contundente este mismo mes. Lo conocimos en junio de 2010, hace más de cuatro años. En diciembre de ese mismo año se puso a la venta en España por un precio, sin descuentos ni ayudas, de 34.400 euros. Por aquel entonces la ayuda del Estado para comprar coches eléctricos era de 6000 euros.
A finales de 2012 el i-MiEV costaba 35.280 euros
Esa cantidad de dinero, incluso contando con esos 6000 euros, es decir un precio sobre el papel de 28.400 euros, era mucho dinero por un pequeño utilitario de segmento A, de 3,47 m de largo, cinco puertas, cuatro plazas, un maletero de 166 litros, buen equipamiento pero sin lujos, recarga rápida CHAdeMO, casi 67 CV de potencia, 150 km de autonomía y batería en propiedad (o sea, no hay que pagar cuota mensual de alquiler).
Lejos de bajar de precio, la subida del IVA en España del 18 al 21% a partir del 1 de septiembre de 2012 hizo que el precio de este pequeño coche eléctrico subiera un poco, hasta los 35.280 euros. Las ayudas a la compra ese año seguían siendo de 6000 euros.
En enero de 2013 Mitsubishi decide rebajar el precio del i-MiEV a los 30.490 euros, una rebaja importante de casi 4800 euros. Sin embargo era muy curioso que sus dos hermanos mellizos, el Citroën C-Zero y el Peugeot iOn habían bajado de precio en enero de 2012 unos 5700 euros. En 2013 las ayudas a la compra eran de 5500 euros.
Ahora en octubre de 2014, con la llegada de una pequeña puesta al día, el precio se rebaja a los 24.400 euros. Es decir que en algo menos de cuatro años el precio del coche ha bajado 10.880 euros. Esto es casi un 31% de reducción en el precio final.
Las ayudas a la compra de 2014 son 6500 euros, así que teóricamente el precio contando con esa ayuda se quedaría en 17.900 euros, y si además tenemos en cuenta también el plan PIVE, se podría quedar finalmente en unos 15.700 euros (teóricamente, ya que tanto las ayudas como el plan PIVE hay que incluirlos en la declaración de la renta). Este ya es un precio que lo hace muy interesante (recordemos con la batería en propiedad, es decir, sin tener que añadir cuotas mensuales).
Otro eléctrico que bajó notablemente su precio fue el Opel Ampera
Otro caso que podemos citar es el del Opel Ampera, que es un coche eléctrico de autonomía extendida. Se puso a la venta en España en marzo de 2012 por 45.731 euros, sin descuentos ni ayudas. Claro que la subida del IVA del 2012 y algunos pequeños cambios le hicieron subir de precio y a principios de 2013 costaba 47.680 euros (eso sí, muy bien equipado).
Con ese precio tan alto, entre otras dificultades, en España se vendieron poquísimas unidades. En Europa tampoco le fue demasiado bien, salvo en Holanda. Así que primero bajó de precio en Alemania y poco después en España. A finales de 2013 el Opel Ampera se podía comprar por 38.300 euros (aunque el Excellence son 39.900 euros). Es decir, también vió bajar su precio con fuerza 7780 euros. Si contamos las ayudas a la compra, que en su caso, por su autonomía eléctrica, son 4500 euros, y el plan PIVE, teóricamente se quedaría en unos 31.590 euros.
Como vemos en estos dos ejemplos, uno japonés y el otro americano, los coches eléctricos sí tenían un fuerte potencial de bajada de precios, sobre todo debido a la batería, pero no olvidemos que otros componentes como el motor se abaratan también según se puede aumentar su producción a gran escala.
Doble reto: reducir precio, aumentar autonomía
Aún con estas bajadas de precios siguen siendo algo más caros que un coche similar de combustión interna, y siguen necesitando de ayudas a al compra del Estado. Estas durarán algunos años más, pero tampoco pueden durar indefinidamente. Así que los fabricantes todavían tendrán que trabajar duro por conseguir una nueva rebaja importante del precio.
Esto es posible, pero son realmente dos los frentes que están abiertos: por una parte está el hecho de reducir el precio, pero por otra parte está el hecho de aumentar la autonomía notablemente con la incorporación de nuevos tipos de baterías con mayor densidad energética, que desafortunadamente son más caras.
Así que podemos encontrarnos con una dualidad:
El precio baja con fuerza a costa de mantener la autonomía, como es el caso del Mitsubishi i-MiEV que ha bajado casi 11.000 euros, pero su autonomía apenas cambia (gana 10 km, pero es un cambio mínimo debido a retoques para mejorar la eficiencia).
El precio se mantiene a costa de intentar dar el doble de autonomía. Quitando el caso de Tesla Motors, que no vende coches eléctricos asequibles, sino que es una marca premium que juega en otra categoría (un Model S con 502 km cuesta unos 76.000 euros), así como otras marcas incluso más exclusivas que no tienen problemas de precio para incorporar la última tecnología en baterías, el objetivo de las marcas generalistas es conseguir llegar al menos al doble de autonomía para 2018 o 2020, es decir, alrededor de los 400 o 420 km, sin que se dispare el precio.
La cuadratura del círculo será conseguir las dos cosas a la vez, bajar precio y aumentar autonomía, pero no será fácil durante un tiempo. Todavía habrá que esperar unos años para tener coches eléctricos que por autonomía y precio sean más o menos similares a los coches de combustión. Para ese momento deberían desaparecer también las ayudas a las compra.
Para los que no quieran esperar, y puedan permitírselo, y siendo pioneros tengan que pagar más caros estos coches y sufrir que haya poca infraestructura de recarga, las ayudas a la compra e incentivos como pagar menos impuesto municipal de circulación o no pagar en los parquímetros, entre otras cosas, pueden compensarles.
Pero al menos se ven ya algunos pasos que avanzan en la buena dirección.
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