Para aquellos que sea la primera vez que oigan hablar de este modelo, deben saber que quedó muy lejos de ser un superventas. Se trata de un automóvil que quiso encuadrarse dentro de los coupés gran turismo de lujo, junto con Mercedes o BMW. Sin embargo, el prestigio de Lancia en este segmento distaba bastante del de las dos marcas germanas.
Además, sus maneras no fueron las adecuadas: en aquellos tiempos lo que el público quería en un gt era el esquema clásico, consistente en el sacrosanto seis cilindros en línea conectado a las ruedas traseras. Los alemanes lo sabían pero…
No los herederos del piloto heroico Vincenzo Lancia. Con el objetivo de vestir al primer Lancia fabricado después de la adquisición de esta marca pionera por parte de Fiat (a mediados de los setenta), se decidieron por una bella carrocería de Pininfarina. Hasta aquí las cosas pintaron bien; sin embargo, para propulsarlo, escogieron un cuatro cilindros bóxer fabricado totalmente en aluminio de dos litros y medio, acoplado al tren delantero y capaz de generar 140 CV dentro de una curva de par bastante llena.
Estaréis pensando que es un coche un poco raro. En realidad, fue vanguardista, tal y como lo fueron muchos de los modelos de la Lancia; precisamente fue esta mentalidad la que llevó a una de mis marcas más queridas a la quiebra: la pasión de sus directivos cegaba su visión comercial. Unos automóviles por lo normal excelentes, aunque adelantados a su tiempo.
Además, desde que el Lancia Gamma Coupé fuera presentado en 1976, tristemente se ha hecho famoso por una fiabilidad mecánica nefasta, con problemas importantes: desgaste apresurado de las levas de los árboles por la excesiva fricción con las válvulas, lo que conduce, principalmente, a una pérdida de potencia; y deformación, de nuevo exagerada, de las culatas cuando el nivel de refrigerante no se vigila escrupulosamente, lo cual lleva a calentones apocalípticos que acaban con la compresión.
Como veréis es un coche un poco puñetero. Sin embargo, cuando llegas a conocerle al milímetro, en el momento en que eres capaz de remediar los males, es delicioso. El tema de los árboles de levas es cuestión de un buen aceite y de repuestos; y, respecto a las culatas, para evitarlo basta estar atento al nivel y al reloj de la temperatura.
Cuando consigues que funcione, como lleva sucediendo desde hace ya cuatro años, resulta mágico. Es escultural y su comportamiento dinámico realmente bueno. En especial, es de destacar la elasticidad Boomer del motor y el aplomo del tren delantero. Ligeramente sobrevirador, tiene una personalidad emocionante, devoradora de puertos de montaña. Es elegante. Es exclusivo.
Su embrague es blando, los interiores crujen y la palanca de cambios es inaprensible. Respecto a su horroroso volante, lo hemos cambiado por un Nardi, con aro de madera y tres brazos metálicos.
Los precios actuales del Gamma Coupé oscilan entre los 3.000 y los 7.000 euros y el futuro comprador tiene una nutrida comunidad de propietarios a la que dirigirse en busca de información, consejo y repuestos; para no tener que pasar por un calvario. Personalmente y como hijo de propietario, considero que es una oportunidad.
Y también que es una tarde perfecta para ayudar a redimirse a un bello trasto.