Los fugitivos. Esa clase de personajes que en el cine al menos despiertan cierta fascinación entre los espectadores, tal vez porque despiertan nuestro lado rebelde, ése que a veces quiere explotar contra todo lo establecido. Los encontramos en los westerns, en el cine negro, el de superhéroes, los thrillers, y hasta en las comedias.
Vamos a desvelar algunos de nuestros fugitivos favoritos, todos ellos con un elemento común, evidente, obvio: el volante. Diez películas, que no tienen por qué ser las mejores en su género, pero que juntas abarcan parte del microuniverso de fugitivos sobre ruedas. Os invitamos a huir con nosotros. Y aunque todo fugitivo en coche sufre una persecución, esta no es una recopilación de persecuciones únicamente.
'Un trabajo en Italia' ('The Italian Job', Peter Collinson, 1969)
A la moda de películas de "robos perfectos" que se daban en la época, el film de Collinson añade dos elementos diferenciadores, el humor y los coches. Un importante criminal dirige desde la cárcel un atraco que deberá llevar a cabo en Italia por una banda, experta en coches. Espectaculares persecuciones con los Mini como protagonistas y un final ambiguo muy sorprendente. Muchos años después se realizó un remake que no le llega a la suela de los zapatos al original, ni siquiera en espectacularidad.
'Punto límite: cero' ('Vanishing Point', Richard C. Sarafian, 1971)
Un condecorado en la Guerra de Vietnam, experto conductor, deberá llevar un Dodge del 70 de Colorado a Frisco en tiempo récord, violando todas las leyes de tráfico habidas y por haber. Con la policía detrás y un locutor de radio ayudándole, el film destaca por dos cosas, sus impresionantes persecuciones y un acertado retrato de la soledad, aquella que sin duda deben sentir todos los fugitivos. Una de las películas preferidas de Tarantino.
'Granujas a todo ritmo' ('The Blues Brothers', John Landis, 1980)
Jake y Elwood Blues salen de la cárcel y descubren que el orfanato en el que se criaron están en problemas, por lo que reunirán de nuevo su banda da blues para reunir el dinero. Provocarán el caos allá a dónde vayan, provocando que todo el mundo les persiga. Hilarantes y espectaculares persecuciones y apariciones del calibre de Ray Charles y Steven Spielberg. Un clásico. La secuela no hay por dónde cogerla.
'Mad Max 2, el guerrero de la carretera' ('Mad Max 2', George Miller, 1981)
En los mundos post-apocalítpticos también hay fugitivos, de hecho, todos lo parecen. A falta de saber qué ha hecho Miller recuperando la saga con una nueva entrega que veremos en el 2015, nos encontramos ante la mejor entrega de la saga. Prodigio de planificación y ritmo —de lo que deberían aprender muchos de los films de acción actuales—, todo el mundo huye y persigue, y la lucha será por algo tan común como el agua. El personaje de Max nunca estuvo tan bien tratado y las escenas de coches, camiones y motos son antológicas todas y cada una de ellas.
'Huida a medianoche' ('Midnight Run', Martin Brest, 1988)
Uno de los cantos de cisne de las buddy movie y, sin duda, la mejor película de Martin Brest. Un contable es perseguido por cazadores de recompensas, el FBI y la Mafia. Excelente mezcla de comedia y thriller, y una compenetración gloriosa entre Robert De Niro y Charles Grodin. Todo funciona a la perfección en un film lleno de persecuciones a pie y cómo no, coche. Marcado sentido de la lealtad, una de las claves de su éxito.
'Thelma & Louise' (id, Ridley Scott, 1991)
La última obra maestra del ahora perdido Ridley Scott, acusada de feminista por los amantes de lo superficial, es la emotiva odisea de dos mujeres en busca de algo más en sus vidas. Un Thunderbird será la que las lleve a dónde nunca imaginaron, mientras el reguero de hombres que van dejando a su paso demuestra que jamás estarán a su altura. Pocas veces Hans Zimmer ha estado tan bien, y Susan Sarandon y Geena Davis pasarán a la historia sólo por esta película. Único final posible.
'Un mundo perfecto' ('A Perfect World', Clint Eastwood, 1993)
Una de las obras maestras de su director es una road movie en la que se mezclan con mucha sutileza muchas cosas. Un fugitivo de lacárcel secuestra a un niño como rehén durante la época de los sesenta, siendo perseguidos por la policía. El mejor Kevin Costner jamás visto, referencias cinéfilas a 'Los viajes de Sullivan' ('Sullivan's Travels', Preston Sturges, 1941) y 'La jungla de asfalto' ('The Asphalt Jungle', John Huston, 1950), contiene además la mejor definición que se ha dado sobre un coche, la de la máquina del tiempo, servida por Eastwood con toda una lección de puesta en escena. La media hora final es de lo más violento —una violencia sabiamente contenida— que se ha visto en una pantalla.
'Ronin'(id, John Frankeheimer, 1998)
La demostración a finales de los noventa de que Frankenheimer es uno de los mejores narradores que tuvo el cine. La mítica figura de los guerrero Ronin —proveniente de la leyenda de los 47 ronin— transplantada al thriller de acción bien hecho. Un grupo de mercenarios deberá hacerse con un importante maletín. Sencillez y las últimas grandes escenas de coches sin efectos digitales. Abrió un camino recuperado en la década siguiente con Jason Bourne.
'El ultimátum de Bourne' ('The Bourne Ultimatum', Paul Greengrass, 2007)
Jason Bourne iba para supersoldado pero una amnesia le hace olvidar quién es. Perseguido por todo dios, se pasará durante tres películas en continuo movimiento, ofreciéndonos espectaculares persecuciones en coche, a cada cual mejor. El tercer título es, en mi opinión, el mejor, donde todo se eleva a la máxima potencia y sin que sirva de precedente, más es más. Tres Oscars muy merecidos.
'Drive' (id, Nicolas Winding Refn, 2011)
Con claras resonancias de 'Driver' ('The Driver', Walter Hill, 1978), una película que se ha convertido ya en un título de culto. Ryan Gosling da vida a un conductor, del que nunca sabremos el nombre, al que encargan el volante en casos de robo. Un western moderno con la figura del eterno pistolero, aquí al volante, empezando "de nuevo" allá a dónde va. Amor contenido, un beso en ascensor que hará historia y una banda sonora muy apropiada para redondear la aureola mística del personaje central.
Alberto Abuín, editor de Blog de Cine.
"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, saltar de butaca en butaca en plena proyección, he visto andar bicicletas en la oscuridad de un cine, he visto proyectar tráileres al revés, y oído el jadeo casi imperceptible de los amantes espectadores haciendo su propia película. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como el cartógrafo en 'Prometheus'. Es hora de seguir viendo más cine. Que nunca se pierda esa magia."
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