El Audi R8 es ya un veterano. Con más de 7 años a sus espaldas desde que fue presentado en el año 2007, sorprende ver como gracias a su línea moderna y futurista, parece que los años no han pasado por el e incluso hoy en día sigue mostrándose como un coche vanguardista, moderno y sobre todo, como un auténtico superdeportivo que no deja a nadie indiferente.
Aunque a nivel visual la evolución del R8 ha sido mínima, a nivel mecánico ha sufrido muchos cambios y evoluciones que le permiten seguir siendo, a pesar del paso de los años, uno de los superdeportivos más efectivos del mercado. Nos hemos ido al Circuit de Catalunya para participar en la Audi Driving Experience en lo que podría considerarse la despedida de Motorpasión del actual R8 antes de que se presente su sucesor, algo que no tardará mucho en ocurrir.
La sutíl evolución del Audi R8
El Audi R8 nació como un superdeportivo con motor en posición central, la configuración perfecta para un coche de altas prestaciones como este. Inicialmente montaba un motor 4.2 V8 de 420 caballos, con una caja de cambios manual de seis velocidades o la R-Tronic, automática y secuencial, pero no disponía de cambio con doble embrague. Fue el primer supercoche que probé para Motorpasión allá por el año 2009 (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4).
A nivel de parte ciclo, desde el principio era palpable que aquel coche admitiría sin rechistar mucha más caballería. Su arquitectura era perfecta y la docilidad era una de sus principales señas de identidad. Era un superdeportivo con el que cualquiera podía ir minimamente rápido.
Al poco tiempo Audi decidió llamar a sus primos de Lamborghini y pedirles el motor 5.2 V10 del Gallardo para montarlo en el R8. En Santa Agata Bolognese aceptaron el trato, emitieron una factura por miles de motores a Inglostaad y nació así el Audi R8 V10 que probamos en 2009 también en el Circuit de Catalunya (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4).
Aquel V10 montaba de serie la Audi Mangnetic Ride, que gracias a su sistema adaptativo cambia automáticamete y de forma contínua entre el modo normal, sport y confort. A nivel de carrocerías el Audi R8 también ha tenido alguna evolución interesante, ya que aparte del Coupé, también existe un Audi R8 Spyder que por desgracia no ha pasado por nuestras manos en todos sus años de vida.
Versiones especiales ha habido varias, desde el Audi R8 GT (coupé o spyder) con unos cuantos kilos de peso manos y 10 caballos más limitado en cada una de las versiones a 333 unidades, hasta el más reciente Audi R8 LMX con el que querían ganar a BMW la estúpida guerra por las luces láser.
En el año 2013 llegó por fin la caja de cambios S-Tronic de doble embrague al R8 y eso nos permitió volver a ponernos al volante de un R8 V10 S-Tronic (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4). Con esa nueva y moderna caja de cambios de doble embrague nació también del Audi R8 V10 Plus, la versión más evolucionada y radical de la familia R8 con el V10 entregando 550 caballos, un peso inferior a los modelos de serie, frenos carbonocerámicos de serie y una puesta a punto para rodar en el Nordschleife más que para andar con el a diário.
Lo juntamos con la Ducati 899 Panigale en un duelo épico en el Circuito del Jarama, y pensábamos que esa iba a ser la última vez que sentaríamos nuestras posaderas sobre un Audi R8 de la generación actual.
Pero no ha sido así. Echando la vista atrás podemos afirmar que el Audi R8 no ha permanecido mayestático durante todos estos años. Nació adulto por su buen planteamiento inicial, poco a poco ha ido ganando madurez y nos hemos ido al Circuit de Catalunya para conducir por última vez el Audi R8 V10 S-Tronic en su máximo esplendor.
Audi Driving Experience 2014
En el Circuit de Catalunya fue donde Audi nos citó para nuestra última cita con el R8, y con algunos otros miembros de la familia de los cuatro aros. El curso de conducción Sportscar, el más avanzado de los muchos que ofrece Audi en la Driving Experience estaba teniendo lugar en el trazado catalán y nos habían guardado un día para nosotros.
El curso Sportscar es bajo mi punto de vista el más atractivo de todos los que se ofrecen en España, ya que por 635 euros puedes aprender a conducir un superdeportivo como este de la mano del equipo de instructores de los hermanos Jordi y Marc Gené. Durante el curso de un día de duración se rueda mucho, y sólo el gasto en neumáticos ya es superior al precio del curso en sí.
Después de un pequeño briefing de la actividad del día, salimos a pista con los Audi RS4 Avant y RS6 Avant para comenzar a trabajar las trazadas de dos de los cuatro sectores en los que nos habían dividido el circuito. Bendita locura como aceleran, como se sujetan las asfalto y como suenan estos dos familiares con los que te puedes convertir en el padre más racing del aparcamiento del colegio de tus hijos.
Las trazadas estaban marcadas con conos que nos indicaban el punto de giro, el o los vértices interiores y el punto de salida hacia el que deberíamos dirigirnos si queríamos rodar con un mínimo de dignidad. Sin duda esta ayuda ha sido fundamental, ya que el precioso, técnico y siempre muy rápido trazado de Montmeló no es sencillo de hacer con 550 caballos bajo el pie derecho si no tienes muy claras estas referencias.
Los dos primeros sectores quedaron memorizados en nuestra retina, aparcamos los RS4 y RS6 y pasamos ya a los Audi R8, el plato fuerte de la jornada. Teníamos a nuestra disposición una impresionante flota de 20 Audi R8 V10 con la caja S-Tronic. 550 caballos en cada uno de ellos y en total 24 R8 en pista si contamos los cuatro R8 GT que usaban los monitores que hacían de liebres en las tandas. No pinta mal el plan.
Con los R8 hicimos los dos sectores del curcuito que nos faltaban por conocer. Aunque los RS4 y RS6 son dos juguetes de armas tomar, en cuanto empiezas a rodar con el R8 te das cuenta que por mucha caballería y mucha tracción quattro que le pongan a un deportivo familiar, un superdeportivo siempre será un superdeportivo.
El R8 se siente mucho más liviano a la entrada de las curvas, gracias a una dirección extremadamente precisa y agradable, porque entre otras cosas a que el peso del motor no hace torpe el morro del coche.
Las aceleraciones a la salida de las curvas son brutales siempre y cuando no pises el acelerador antes de tiempo. Si consigues contener tus ganas de pisar a fondo hasta que hayas pasado el vértice de la curva y lo haces de forma delicada y progresiva a medida que vas abriendo dirección, conseguirás unas aceleraciones únicas dignas de coche de competición.
Esos 525 caballos de potencia de los que hablamos, disponibles en todo momento gracias al explosivo motor V10, también harán que los tramos rectos entre curvas se terminen mucho más rápido de lo esperado, y entonces toca frenar y bajar marchas. Por suerte los coches que estábamos probando venían equipados con los frenos carbocerámicos (sólo de serie en el R8 V10 Plus), y en ese sentido no hay problema ya que dispones de potencia y tacto suficiente como para apurar las frenadas mucho, mucho más de lo que podías imaginar.
Es más, la potencia de frenada supera con creces el coeficiente de agarre máximo de los neumáticos. Este coche con unos slick sería casi un coche de carreras. Únicamente deberás asegurarte de que cuando pisas el freno y bajas dos marchas del S-Tronic, instantáneo siempre a tus peticiones, el coche no esté en apoyo y la dirección esté lo más recta posible.
Marc Gené nos demostró dónde está el límite del Audi R8
Después de comprobar cómo el Audi R8 5.2 V10 S-Tronic sigue siendo uno de los mejores superdeportivos del momento y lo divertido y fácil que es de conducir, tocaba descubrir la sorpresa del día. Marc Gené, el piloto español de Audi en las 24 Horas de Le Mans y piloto probador de la Scudería Ferrari de Fórmula 1 nos había acompañado junto a su hermano Jordi Gené durante toda la jornada.
Lo que no sabíamos es que íbamos a tener la oportunidad única de dar una hot lap al Circuit de Catalunya copilotando al piloto español en un Audi R8 V10 Plus, la versión más radical del R8 con sus 550 caballos de potencia y una puesta a punto específica que lo hacen más idóneo para el uso en circuito que en carretera.
Nos montamos en el asiento del copiloto junto a Marc Gené y tras asegurarnos que conoce Motorpasión salimos a pista como una exhalación. Marc nos demostró dónde están los límites reales del Audi R8 V10 Plus, mucho más lejos de los umbrales en los que habíamos rodado justo antes.
El era capaz de llevar el coche como sólo un piloto de carreras es capaz de hacerlo, cruzándolo en todas las curvas y demostrándonos como el R8, gracias a ese 85% de potencia al eje trasero y ese 15% al delantero, tiene un carácter más dócil cuando lo llevas al límite que alguno de sus competidores.
Sin ningún tipo de control de tracción activado y mientras hablaba distendidamente con nosotros, Marc Gené nos deleitó con varias derrapadas de auténtico infarto en las que pudimos comprobar como el sistema de tracción quattro envía la potencia al eje delantero cuando el trasero derrapa demasiado, haciendo de el un coche divertido porque permite derrapar, pero eficaz y rápido al mismo tiempo porque tracciona en situaciones en las que un tracción trasera perdería muchos segundos por vuelta.
En definitiva una experiencia única que agradecemos a Marc Gené, que sólo unas horas más tarde tenía que coger un vuelo para cumplir con sus obligaciones con Ferrari. ¡Marc, de mayor todos queremos ser como tu! Gracias por ser un lector más de Motorpasión.