Gareth Groves, de 32 años, quería un Hummer. Su vecindario es un vecindario concienciado con el medio ambiente, todos tienen Toyota Prius y Volvo, según cuenta la noticia, así que, aunque hasta la madre estaba en desacuerdo con lo del Hummer por su consumo excesivo, el hombre se lo compra a un dentista y lo pone a su gusto.
Cinco días en la calle porque no le cabe en el garage, los vecinos mirándolo con reproche, como hacen todos los metiches que no saben decir las cosas a la cara, y dos personas destrozan las ventanillas del Hummer con bates de béisbol, le rajan las ruedas, y le ponen una nota dentro del coche que dice “POR EL MEDIO AMBIENTE”.
Yo no creo que el tal Gareth Grooves haya hecho bien comprándose un Hummer, me parece un exceso, igual que un Cayenne, pero allá cada uno. Eso si, a quien no le guste que no mire, o si está muy concienciado, que tenga lo que hay que tener para ir a hablar con el propietario. Porque hay que tener carencias muy grandes para recurrir al bate “por una buena causa”. A todos ellos les recomiendo hacer números con este artículo.
Gracias por la pista Botwalk Mr Driver.
Vía | Washington Post (video explicativo)