Nos encantan los hot hatch. Esos compactos picantones, con motores bien apretados al nivel de deportivos de hace sólo unos años, chasis modificados para ofrecer un gran comportamiento y una buena dosis de ayudas electrónicas (o mecánicas) conforman el nicho de coches más divertidos que podemos conducir, bien en carretera o circuito, y además ir a trabajar con ellos.
El primer Golf GTI supuso uno de los pilares principales de esta tendencia y ahora, con la última actualización de la séptima generación del Volkswagen Golf recién llegada, los alemanes están preparando algo muy especial para sus versiones GTI y R.
Más potencia y, también, menos peso
No, no se trata (de momento) de la aplicación híbrida del prototipo híbrido con más de 400 CV que vimos hace unos meses (el de la foto de portada), sino la milagrosa fórmula de quitar peso para ganar prestaciones. Con un motor 2.0 turbo capaz de superar los 300 CV de potencia, quizá haya llegado la hora de rebajar peso para conseguir un mejor comportamiento en las fases en las que la fuerza del motor no es determinante.
Según informan en la edición alemana de Autobild, los próximos Golf GTI y Golf R que llegarán en torno a finales de 2018 o principios de 2019 se beneficiarán de una potencia no inferior a la del GTI Clubsport, ese motor que desarrolla 265 CV (con picos de 290 CV), siguiendo las tendencias del mercado para el GTI, mientras que el R tendría su objetivo puesto sobre el Focus RS, con tracción integral y un motor aún más potente.
Aparte de las modificaciones mecánicas, el medio alemán apunta a que en ambos modelos se llevará a cabo una reducción de peso de entre 35 y 70 kg, además de recibir un kit aerodinámico mucho más agresivo que los poco radicales que emplean ahora mismo. Vamos, que quieren seguir la receta del Focus RS para seguir siendo los reyes del mercado hot hatch.