Durante el pasado fin de semana tuvimos la oportunidad de vivir de cerca la victoria de Fernando Alonso en el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, en Valencia, aunque en realidad el motivo de nuestro viaje no era solo presenciar la carrera, sino descubrir un nuevo producto del fabricante italiano Pirelli.
Bajo el nombre de Pirelli Cinturato P7 Blue, este nuevo neumático que ya está a la venta llega para complementar la gama Cinturato y se sitúa como la opción que ofrece una menor resistencia a la rodadura y, por tanto, permite un mayor ahorro de combustible.
El Cinturato P7 Blue está pensado para vehículos de potencia media y alta, aunque no se ofrecerá como equipamiento original sino en el mercado de recambios. Por el momento ya hay disponibles once medidas diferentes y a finales de año llegarán otras tres más.
El P7 Blue no sólo mejora la resistencia a la rodadura con respecto al P7. También se beneficia de mayores prestaciones sobre piso mojado y ha sido etiquetado con la máxima puntuación (A) tanto en resistencia a la rodadura como en frenada en mojado.
Según pruebas realizadas por la entidad alemana TÜV SÜD, el Cinturato P7 Blue reduce la distancia de frenado en un 9% con respecto a un neumático de la competencia calificado con la letra B. Esto se traduce en una distancia de frenado 2,6 metros menor frenando de 80km/h a cero.
No obstante, la razón de ser de este neumático es mantener las prestaciones del P7 y reducir la resistencia a la rodadura. En comparación con un neumático etiquetado como C reduce la resistencia la rodadura en un 23%, lo que beneficia el consumo y reduce por tanto las emisiones de dióxido de carbono.
Esta reducción de la resistencia a la rodadura se consigue mediante una estructura más rígida, que evita que la energía se disperse innecesariamente con la deformación del neumático. Los materiales elegidos a la hora de fabricar el compuesto también tienen importancia en el resultado final.
Prueba en mojado
Durante la presentación del P7 Blue tuvimos oportunidad de rodar en una zona habilitada del trazado de Cheste, regada abundantemente para la ocasión y con algunas curvas estrechadas mediante conos.
Para empezar nos subimos a un Alfa Romeo Giulietta 1.4 Multiair de gasolina y 170 CV con neumáticos Cinturato P7 Blue en dimensiones 225/45 R17. Coloco el selector del DNA en el modo D, el más deportivo, y pongo a grabar la cámara que he instalado en el interior del vehículo. Al llegar a casa me daría cuenta de que, por alguna razón, no la puse a grabar, así que no hay vídeo de esta prueba en concreto.
Salgo a pista cuando me enseñan la bandera verde, tras un rato de espera, y comienzo a rodar por el trazado, que no conozco (pero es muy cortito). Paso la primera curva y un poco después me subo por un piano. No pierdo agarre así que me confío, y piso también el siguiente piano. Error. Éste es mucho más resbaladizo.
Según voy avanzado por el circuito descubro que el coche se comporta bien y ofrece unos niveles de agarre bastante aceptables a mi entender, teniendo en cuenta que rodamos en un circuito anegado. Sólo hay un par de curvas “complicadas” en las que hay que tener más tacto y no pasarse con la velocidad.
Si conducimos con cautela sobre piso mojado, como haríamos normalmente circulando por carretera con nuestro vehículo, no tenemos ningún problema. Es más, el coche se sujeta bastante bien e incluso acelerando con fuerza no existen pérdidas exageradas de tracción. Si somos muy bruscos con la dirección aparecerá irremediablemente el subviraje, y lo mismo ocurre si entramos demasiado pasados a alguna de las dos curvas cerradas que tiene el trazado.
No sé ni cuantas vueltas he dado cuando me enseñan la bandera roja y tengo que terminar la tanda. Según me bajo del Giulietta uno de las personas de organización me dice que coja alguno de los Mercedes (había dos SLK 200) o el Audi S5 Sportback. Opto por éste último puesto que los SLK ya están cogidos.
El Audi S5 Sportback equipa gomas P Zero (mañana hablaremos más a fondo de las P Zero) en dimensiones 255/35 R19 y es automático (de éste sí hay vídeo), así que si trato de ser suave con el acelerador, aunque en alguna zona tengo que pisar a fondo para avanzar con más ganas. Aún así no noto pérdidas de tracción tampoco en este coche, aunque es de tracción integral.
El coche se siente más pesado que el anterior, pero también más plantado sobre el asfalto. Sólo excediéndonos en la velocidad de entrada en la curva conseguimos que la zaga se descoloque ligeramente y que después aparezca también el subviraje. No obstante, esto sólo pasa si somos muy bruscos, cosa que no deberíamos ser en carretera abierta y con tanta agua.
Prueba en carretera
Después de disfrutar del circuito nos toca una ruta por carretera. Son aproximadamente 200 kilómetros y partimos del circuito Ricardo Tormo, en Cheste, punto de inicio y de llegada de la ruta, que nos llevaría por zonas del interior de la provincia de Valencia.
De nuevo llego un poco tarde al reparto de coches. Tengo para elegir un Audi A4 TDI, varios Alfa Romeo Giulietta y algún Volvo familiar. Descubro un Mercedes-Benz E200 Cabrio solitario y salto a su interior rápidamente. El resto de compañeros ya han salido y otros están viendo el fútbol, así que, como hace falta copiloto para seguir la ruta, me ofrecen la compañía de una de las azafatas de Pirelli. Beatrice, para más seña. Es italiana pero habla bastante bien español.
La ruta nos lleva desde Cheste hasta Requena y más adelante llegamos a zonas más montañosas, desde las que divisamos perfectamente las dos chimeneas de la central nuclear de Cofrentes. Las carreteras son muy reviradas y el Clase E se comporta bien, aunque se nota que no es precisamente un peso pluma. Los neumáticos ofrecen un buen agarre, no llegamos a “hacerlos cantar” y el tren trasero no pierde tracción incluso si pisamos a fondo el acelerador.
A medio camino, y tras una parada para un refrigerio, decidimos volver a Cheste descapotados. Nunca he sido muy aficionado a los descapotables, pero empiezo a cogerle el gustillo a este Mercedes Clase E y disfruto de conducir a cielo descubierto a pesar de acabar con los antebrazos como un tomate.
La jornada toca a su fin, pero ha sido un gran día (mañana os contaré la otra parte del día). Ahora solo queda cenar y ver el partido España-Francia en compañía del resto de compañeros de la prensa española. Por allí cena Michael Schumacher y mientras nosotros hacemos lo propio llega Jaime Algersuari, que se acerca a nuestra mesa a saludar.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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