Nissan Juke-R contra Lamborghini Gallardo, Ferrari 458 Italia y Mercedes-Benz SLS AMG

En nuestro periplo por Dubái también le dedicamos un tiempo al Nissan Juke-R, esa macarrada de los ingenieros de Nissan, que demuestra que pueden hacer deportivo lo que quieran. Es un GT-R disfrazado de Juke, sinónimo de que con él tonterías, las justas. Solo hay dos unidades en todo el mundo.

¿Pero qué pintaba el Juke en Dubái? Fácil. Fue el pace car en la carrera de las 24 horas de Dubái, y ya que lo traían, aprovecharon para medirlo a coches de la talla del Ferrari 458 Italia, Lamborghini Gallardo LP560-4 y Mercedes-Benz SLS AMG. Fuimos testigos de tal evento. Tranquilos, hay fotos y vídeo en abundancia.

No solamente probamos el Juke-R brevemente, sino que participamos como primerísimos espectadores de una carrera entre el vitaminado Juke y sus rivales de alta alcurnia, para un corto que se publicará muy pronto. ¿Creéis en serio que podrá un Juke pasarse por la piedra a semejantes aparatos?

El Nissan Juke-R, en resumen

Antes de nada, me váis a permitir que os cuente un poco más sobre el coche en sí. Tiene las tripas del GT-R (primera versión), es decir, cuenta con 486 CV y es como el que probamos en 2009. Motor V6 biturbo longitudinal, tracción total, llantas Rays de 20 pulgadas, cambio automático de doble embrague, jaula de seguridad, etc.

El Juke-R alcanza 100 km/h desde parado en solo 3,7 segundos, una cifra muy respetable. Su velocidad máxima, 257 km/h, no es que impresione mucho, porque no tiene la aerodinámica más óptima para ese menester. El GT-R en recta acaba siendo bastante más rápido. Lo mismo podemos decir de tan distinguidos rivales.

Pero si el lugar elegido es la Marina de Dubái, donde normalmente no pasa de 20 km/h ni el tato, la cosa se pone interesante. Un circuito muy pequeño, con firme deslizante, solo ocho giros y un tiempo de vuelta que se mide en segundos. Ahí la velocidad máxima no importa absolutamente nada.

Por dentro, el Juke-R apesta a GT-R, es casi como sentarse en uno, pero con todo un poco más elevado. El acceso al coche es relativamente sencillo, aunque hará falta que nos echen una mano con el arnés de seguridad y para ajustar adecuadamente el asiento. Mi unidad era la de volante a la izquierda, como debe ser.

Lógicamente conduje con un instructor a mi derecha, el piloto Michael Mallock, que compite en la categoría GT4. Como “freno” va delante de nosotros un simple Nissan Tiida 1.8, que es de lo más lentito que se puede encontrar en el emirato. De hecho, ¡es más fácil ver deportivos que utilitarios!

La única forma de poder notar la intensa aceleración de este coche consistía en dejar al Tiida muy por delante, y luego machacar el acelerador. Como el cambio tarda un poco en reaccionar y no me sobraba el tiempo, lo acabé poniendo en manual y los pisotones se los di en segunda.

Cuando el tacómetro llegaba a 6.000 RPM, se me acababa la recta, y en ese momento Michael agitaba la mano insistentemente para pedirme que frene. Fueron décimas de segundo, pero muy intensas. En cada giro me percato que suena siempre un “trrrrrrrr”, que viene de la rueda trasera exterior a la curva. La explicación es muy sencilla.

Como el GT-R se diseñó para que cualquier “zarpas” pudiese llevarlo rápido, entre sus ayudas electrónicas está el control de estabilidad, que frenará la rueda más exterior para mejorar el giro de la interior, y así ser más neutro. Es totalmente normal, y aunque el piloto sea fino, si va rápido, lo normal es que el sistema actúe.

Mi contacto con el coche fue muy breve, pero desde luego la aceleración es explosiva. Absolutamente nada que ver con el Juke 1.6 que probé el año pasado (ver prueba dinámica), y tampoco tiene nada que ver con el 1.6 Turbo que probé en un circuito ratonero (ver prueba). No hay pérdidas de motricidad destacables, simplemente sale echando leches.

No tuve la posibilidad de poner el coche en aprietos, solo habiendo dos unidades comprended que estaba todo muy calculado para que nadie arañase el coche. Aunque su pintura negro mate se supone que se repara sola con ciertos arañazos, todo tiene un límite. Para saber de qué es capaz, tuvimos que esperar a la carrera.

La organización preguntó al selecto grupo de asistentes como copilotos que si nos impresionaba el tema que mejor no subiéramos. Después de perder la virginidad con Javier Díaz, piloto de GT4, en un Ferrari F430 Challenge en el Jarama, debo admitir que pocas cosas me impresionan ya. Acepté encantado.

Se sorteó ir de copiloto en el Juke-R, el 458 Italia, el SLS AMG y el Gallardo. Me tocó ir en el Mercedes, y de nuevo con Mallock. Bueno, me toca el coche más cómodo y con un piloto que ya sé que tiene buenas manos y tenemos buena química. Y nada más, malpensados.

Carrera de Nissan Juke-R contra superdeportivos

Tras unas fotos conmemorativas de rigor, mientras el Sol partía hacia la tierra de los infieles, los coches se colocaron en la parrilla de salida. Si viajar en el SLS AMG se puede hacer agobiante por el poco espacio que tiene, encima llevando casco es lo peor. Lo entendí, la seguridad ante todo.

Alguno pensará que me quedaría con ganas de llevar el SLS AMG yo, pero como ya lo pude probar (y bien además) en el Circuito de Monteblanco (Huelva), mi ying y mi yang no se desequilibraron. Comprobé que Mallock puso el control de estabilidad en su modo más relajado y la transmisión en modo totalmente manual.

A fin de cuentas, el cambio del SLS AMG me ha parecido lento de reacciones hasta a mi en conducción deportiva, y si queríamos comernos un rosco en esta competición, no estábamos como para perder décimas. En este trayecto, la propulsión trasera lleva las de perder, gana el que mejor tracciona, al menos en teoría.

Una vez que se ha asegurado que no hay nadie en el recorrido de los coches, nos preparan para la salida, y finalmente se agita la bandera de cuadros. Todo fue filmado y por profesionales, saldrá a la luz pronto, tomaos esto como un anticipo. El Juke-R partió primero, seguido del Gallardo, del 458 Italia, y finalmente nosotros dos.

El motor 6.3 V8 del Mercedes-Benz tiene mucha fuerza, y sus neumáticos traseros son muy anchos, pero no nos dan todo el agarre que nos gustaría. Las ruedas no paran de chillar. En cada giro, el SLS AMG sobrevira y aunque Mallock trata de ser rápido, lo cierto es que el coche no consigue mucho más.

Mientras que el Lamborghini puede seguir bien al Juke-R, al Ferrari le cuesta más, y a nosotros más todavía. Tampoco se podía correr a lo Ayrton Senna, adelantando por donde un caracol no se atrevería a pasar. Podríamos provocar un accidente bastante caro, y a fin de cuentas, fuimos a divertirnos.

Tras varias vueltas alocadas, la carrera se termina cuando aún estaba en éxtasis. Intenté picar a Mallock desde el primer momento, pidiéndole que condujese como un hombre y que no me daba miedo. Doy fe de que hizo lo que pudo. Ganó el Juke-R.

Como miembro de la generación “Y” (nacido en los 80) me llena de orgullo y satisfacción que el piloto que iba a los mandos del Nissan, y que ganó, es Lucas Ordóñez, que ganó la GT Academy. También participó como piloto en las 24 horas de Dubái, y tiene muy buenas manos. Las entrenó con una Playstation, ¡qué cosas!

Aunque Nissan no tenga la intención de vender el Juke-R, sí es un coche que anticipa las ideas de la marca en cuanto a tener una gama más deportiva, en colaboración con Nismo. Recordad que pueden hacer que vaya rápido hasta un simple Nissan Leaf, como vimos en nuestro último artículo del Leaf Nismo RC.

¿Y por qué no vender el Juke-R? Para empezar, es poco práctico. ¿Quién se gastaría más de 60.000 euros en un Juke? Además, pensad que el motor entra con calzador dentro del vano, y al estar colocado longitudinalmente, cada vez que haya que hacer ciertas operaciones, hay que descolgar el motor y liar una de narices.

Como deportivo, en honor a la verdad, al tener un centro de gravedad elevado y pesar más de 1.800 kg, al límite hay que ser fino para ser realmente rápido. No tuve la posibilidad de contrastar la diferencia del Juke-R y del GT-R, pero me la han contado. En las curvas con más apoyo se nota, aunque sigue siendo muy rápido.

De hecho, es el crossover más rápido del mundo. Tras haber visto cómo ha podido desembarazarse y mantener a ralla a un señor Lamborghini con motor V10 mucho más grande y potente, me creo lo de su potencial. Si se hubiese filmado esto en circuito otro gallo habría cantado, dudo que ganara, pero se habría defendido con uñas y dientes.

Vídeo de la carrera desde otros ángulos

Estamos esperando a que la gente de Nissan cuelgue el vídeo completo de la carrera, mientras tanto, podemos disfrutar de este vídeo que Lucas Ordóñez ha colgado en su perfil de Youtube. Tiene unas tomas de cámara aérea espectaculares.

Los gastos del viaje para esta prueba han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

Vídeo | Videofy.me, Youtube (disponible en HD)

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