Montando y desmontando un Jeep en 4 minutos

La Historia dice que el Willys fue concebido como una máquina usable para el ejército. Debía ser ligero, efectivo y en caso de avería, fácil de reparar por sus ocupantes con lo que tuviesen a mano. He oído historias de este tipo que si las protagonizase McGyver, pasarían por ciencia-ficción en lugar de casos reales.

Sus derivados posteriores, al menos en las primeras generaciones, no estaban muy alejados de ese concepto. Buena prueba de ello es este clásico Jeep CJ-5 que es sometido a la prueba de los cuatro minutos. Es decir, entre 8 soldados montan y desmontan el coche casi al completo en apenas 4 minutos. Pero lo mejor de todo es que llegan montados en él y se van también montados.

Muchos pensarán que probablemente el coche está preparado para exhibiciones de este tipo, con menos soportes y tornillos y por lo tanto menos herramientas hacen falta para desmontarlo. Por lo que he podido investigar en las entrañas de estos coches, está totalmente de serie. Cuando te pones a examinarlo, te das cuenta de la aparente sencillez de su construcción y a la vez, de la robustez con la que está hecho.

Los Jeep CJ son los descendientes directos del Willys Overland utilizado por los Aliados en el Segunda Guerra Mundial. De hecho, las siglas CJ pertenecen a Civilian Jeep, ya que su producción iba destinada a la venta a civiles, en el periodo de post-guerra. Y son también los antecesores del Jeep Wrangler actual.

Su producción comenzó en 1944, justo tras finalizar la SGM y se prolongó hasta 1986, fecha en la que dió paso a los primeros Jeep Wrangler YJ, que ya perdieron para siempre la denominación CJ de su nombre, a pesar de seguir la misma filosofía de construcción.

Durante esos más de 40 años de vida, el Jeep CJ se numeró de diferentes formas para reconocer sus generaciones. Unas generaciones que se iban solapando unas con otras y convivían en la misma época. El primero de ellos fue el Jeep CJ-1 del que poco se sabe y del que desgraciadamente, no queda ni una sola unidad.

A partir de ahí, se llega hasta el Jeep CJ-10 pero sin pasar por el CJ-9, que nunca existió. Lo que diferencia a este CJ-10 y al anterior Jeep CJ-8 Scrambler de los demás Jeep de su época eran sus cajas traseras. Más que un todoterreno como lo eran los demás, eran pick-ups al estilo del Jeep Wrangler JT Concept, que a fin de cuentas, es una versión modernizada de ambos.

De esta variante incluso se llegó a construir un Jeep CJ-10A exclusivo para el Ejército del Aire de Estados Unidos con tracción 4×2 y dedicado únicamente a remolcar aviones de combate en las bases aéreas. Si imagen lo dice todo y visto desde atrás, pocos podrían adivinar que se trata de un Jeep.

Los más conocidos de este serie son el Jeep CJ-7 y es el más éxito tuvo, relativamente. La mayor cuota de producción la alcanzó el Jeep CJ-5 con más de 600.000 unidades fabricadas a lo largo de sus 30 años de vida (1954-1883), pero el CJ-7 en apenas 10 años (1976-1986) tuvo una tirada de casi 380.000 unidades. Más de la mitad en un tercio de tiempo.

Hay que tener en cuenta que la industria del automóvil estaba mucho más avanzada cuando salió a la venta el CJ-7 que cuando lo hizo el CJ-5, pero es un hecho más que notable. La causa, si duda, era su aspecto mucho más modernizado y sobre todo, su mecánica. De hecho, es una de las mejores opciones para modificarlo con el fin de hacer Rock Crawling.

¡Larga vida al Jeep!

Fotografía | Matt Morgan
Vía | Jalopnik
En Motorpasión | Jeep, el todoterreno por excelencia

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