Los swap están de moda. Pasar un motor de un coche a otro que no tiene nada que ver con el donante original parece una locura con resultados tan variopintos como el descomunal Nissan Patrol con motor BMW que vimos hace poco. Pero a veces el maridaje de los coches se matiza con motores provenientes de las motos, y el resultado puede ser tan único como este buggy artesanal que te traemos a continuación.
Su creador ha sido Sanjay Gondkar, y ha hecho algo mucho más ingenioso que ponerle un motor de moto a un kart. Gondkar fue piloto de motocross y ganador de la carrera Desert Storm, un motorista indio que cuando se planteó pasar a las cuatro ruedas no había nada que le llenase completamente así que decidió crearse una máquina a medida.
Máxima diversión a un coste razonable
Poco a poco Sanjay ha ido dando forma a su sueño con un chasis Piranha de diseño libre tubular realizado pieza a pieza para ser divertido, efectivo con sus esquemas de suspensión independientes y sobre todo ligero. El peso total del conjunto ronda entre 400 y 450 kg.
El motor que da vida a esta bestia de aspecto tan particular es un propulsor de cuatro cilindros en línea, cuatro tiempos y 929 centímetros cúbicos proveniente de una Honda CBR900RR Fireblade (2000-2001). Gracias al sistema de inyección electrónica PGM-FI de Honda el motor ofrecía unos más que razonables 150 CV para la época entregados de una forma bastante dulce.
Esto traducido a su nueva misión en un vehículo con cuatro ruedas y entregando su potencia a las dos ruedas motrices traseras lo convierte en un motor predecible pero enérgico, dispuesto a ofrecer la potencia necesaria para ir rápido sobre cualquier terreno complicado.
Un nuevo caso de gente inconformista que con los recursos disponibles logra resultados sorprendentes.