El pequeño vehículo de la República Democrática Alemana, el Trabant, tiene muchos seguidores. Aquél coche para todo escondía bajo el capó un motor de dos tiempos, algo que no parece echar mucho de menos esta unidad. Su último propietario lo compró en Polonia hace 14 años pensando en realizar una restauración... y así fue, pero al final acabó siendo una preparación y muy curiosa.
El Trabant vio cómo le repasaban la carrocería y le instalaban un motor de 1.1 litros de un Volkswagen Polo. Pero no contento con eso su propietario lo cambió por un 1.3, luego un 1.8 y al final un 2.0 perteneciente a un Golf GTI. No está nada mal para el Trabby, pero la cosa no se iba a quedar ahí, ni mucho menos.
Un siniestro de un Audi TT significó el toque que le faltaba al Trabant 601, que tras horas de trabajo fue capaz de dar cabida al 1.8 turbo de 270 CV y también al sistema de tracción integral quattro del Audi. Lógicamente esto conlleva mejoras en los frenos, suspensiones, dirección, ensanchar vías y carrocería, reforzar chasis... Una obra de gran envergadura no apta para profanos.
El resultado lo puedes ver en esta galería de fotos, fíjate no sólo en el exterior, también en el cuidado cuadro de instrumentos, los bacquets y en general en un interior bien resuelto. Una preparación que no se ha quedado sólo en acoplar un motor potente, también cuida el aspecto por dentro y por fuera.
Vía | Carscoops Fotos | Artur Owsiany