"Si papá puede decorar su deportivo y recargarlo de todo tipo de cosas chulas, ¿por qué yo no puedo tunear mi coche de juguete?" Quizá algún niño se haya hecho alguna vez esta pregunta, y la respuesta a esto la tiene la compañía KidStance con sede en Fort Lauderdale, Florida, que propone precisamente esto: todo tipo de modificaciones al estilo tuning para coches de juguete.
Para que tu hijo pueda ser el más 'molón' del barrio, KidStance ofrece mejoras estéticas por dentro y por fuera al estilo Stanceworks para cualquier vehículo de juguete del mercado, ya sea un Tesla Model S, un Ford Mustang, un McLaren P1, un Rolls-Royce SRH o incluso un Volkswagen Golf GTI Cabrio. Va a correr lo mismo que recién salido de fábrica, pero seguro que será más exclusivo.
Esta compañía estadounidense, creada precisamente por dos padres (Denver Pettigew Jr y su mujer Vicktoria), está dispuesta a crear cualquier cosa que el cliente quiera, así que no importa el coche de juguete que conduzca el pequeño de la casa, que podrán equiparlo con unas llamativas llantas, un gran alerón y todo tipo de detalles, como si de un verdadero trabajo aftermarket se tratara.
De hecho, lo más demandado son llantas y una altura rebajada de la carrocería, aunque KidStance ofrece hasta suspensión neumática ajustable (¡para un juguete, sí!), puertas de tipo suicida al estilo Rolls-Royce o faros y pilotos a medida y completamente funcionales.
Eso sí, este tuning no es para todos los bolsillos. La empresa asegura que una preparación normal cuesta una media de 1.700 dólares (unos 1.500 euros), aunque han tenido pedidos especiales cuyos precios se han disparado hasta los 5.000 dólares, como es el caso de un encargo que tomó como base un Porsche 911 clásico.