Brabus convierte el Mercedes-AMG GT 63 S en una bestia de 900 CV y 600.000 euros

Con un 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, el Mercedes-AMG GT 63 S es uno de los modelos más rápidos de la gama AMG. Sin embargo, el preparador alemán Brabus considera que todavía hay margen de actuación para convertir el AMG GT 63 S en una bestia. De hecho, convirtió la berlina alemana en un modelo mucho más potente, más agresivo, más bajo y mucho más exuberante, tanto a nivel sonoro como visual. He aquí una nueva edición de los míticos y exclusivos Brabus Rocket, el Brabus Rocket 900 "One of Ten".

Limitado a 10 unidades numeradas en todo el mundo, tal como su nombre indica, el Rocket 900 "One of Ten" es todo menos discreto. Y es que su kit carrocería añade un nivel de agresividad inusual, incluso para un especialista como Brabus. Fabricado en fibra de carbono para no añadir más peso del necesario, ha sido además diseñado en un túnel de viento. Algo que Brabus viene haciendo para todos sus Rocket desde el primero de la saga, lanzado al mercado allá por 2005 y basado en el CLS AMG de la época, el W219.

No es un kit carrocería precisamente sutil (las aletas añaden 7,8 cm de ancho al coche, por ejemplo), pero ninguno de estos elementos está ahí simplemente para llamar la atención. En Brabus explican, por ejemplo, que las dos tomas de aire cinceladas en la calandra son necesarias para forzar y canalizar el aire hacia la admisión del motor más potente, y que el splitter delantero reduce la tendencia del eje delantero a levantarse a altas velocidades.

La suspensión neumática de origen se ha conservado, pero con la gestión electrónica de Brabus reduce la altura AMG GT en 25 mm en los dos modos de conducción, que se denominan Comfort y Sport, respectivamente. Se prestó especial atención a las ruedas, que son excepcionalmente anchas y grandes (10.5x21 pulgadas, delante, y 12x22 pulgadas con gomas de 335/25 ZR 22, detrás) para mejorar la estabilidad a alta velocidad; están equipadas con discos aerodinámicos de fibra de carbono.

Fnalmente, todas las molduras exteriores cromadas se pintaron del mismo color que la carrocería, y los emblemas Brabus reemplazan la estrella de tres puntas en todo el coche. Esto ya no es un Mercedes-AMG, es un Brabus.

A bordo, nos encontramos con numerosos elementos en color de la carrocería (hay más de 200, desde botones a marcos) y una tapicería con costuras en diamantes. De todos modos, el interior de estos dos Rocket es solo una muestra de las posibilidades de personalización posibles. Brabus anima a sus clientes a configurar el interior como ellos quieran; el interior de los Rocket se hace a medida y gusto del cliente, no hay un configuración cerrada.

Un motor tan potente y bestia que hubo que limitarlo electrónicamente

Guste o no su nuevo modelo, hay que reconocer que Brabus va un paso más allá que sus competidores y no se conforma con modificar la gestión del motor para añadir mayor presión de soplado a los turbos. Para empezar, llevó la cilindrada del V8 hasta los 4.5 litros aumentando la carrera (100 mm) y el diámetro de los cilindros (84 mm). Luego, muchas de las piezas móviles nuevas necesarias fueron creadas ex profeso mediante el proceso de mecanizado (cigüeñal) o forjado (pistones).

Pero eso solo es la punta del iceberg. La lista de modificaciones realizadas al motor también incluye un par de nuevos turbos que soplan hasta 1,4 bares, nuevas bombas de gasolina, un sistema de admisión de aire forzado y una centralita (ECU) reprogramada para gestionar todo eso. La transmisión sigue siendo la caja de cambios automática de 9 relaciones y la tracción integral 4Matic +.

Las cifras que arroja Brabus son de otro mundo. Hablamos de un motor de 900 CV a 6.200 rpm y 1.250 Nm a 2.900 rpm de par motor. Sin embargo, en el coche el par motor máximo está limitado electrónicamente a 1.050 Nm “para preservar la integridad de la transmisión”, aseguran en Brabus. Curiosamente, con el primer Brabus Rocket, el par motor también se tuvo que limitar electrónicamente. Y es que liberando todo su potencial, la caja de cambios se empeñaba en reventar...

Las cifras de prestaciones que anuncia Brabus son dignas de superdeportivos biplazas. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, de 0 a 200 km/h en 9,7 segundos y tarda tan sólo 23,9 segundos en alcanzar los 300 km/h. La velocidad máxima está autolimitada a 330 km/h, debido al elevado peso del coche (2.120 kg), según explica la propia Brabus.

Evidentemente, este juguete no es barato. El tiquet de entrada para hacerse con uno de los 10 Rocket 900 “One of Ten” es de 435.800 euros...sin opciones y sin impuestos locales, como IVA e impuesto de matriculación. En España, el Brabus Rocket 900 “One of Ten” rondaría así los 600.000 euros. Dicho de otro modo, cuesta más que un Mercedes-AMG GT 63 S (desde 201.175 euros) y un Ferrari 812 Superfast (desde 339.000 euros) juntos. Y aún así queda margen para opciones en los dos coches. Es lo que tiene la exclusividad.

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