Si nos preguntan qué preparador de Mercedes-Benz nos suena más seguro que el primero que nos viene a la mente es Brabus, una compañía que “mete mano” a casi cualquier cosa que salga de las cadenas de montaje de la marca de la estrella. En esta ocasión, Brabus ha hecho su propia interpretación del nuevo Mercedes-Benz SLK.
Personalmente, cuando ví por primera vez el nuevo SLK me quedé bastante impresionado. Ese frontal con la gran estrella presidiendo, como en otros modelos de última generación, lo hacía muy atractivo y tremendamente más musculoso. ¿Es realmente necesario introducir modificaciones estéticas a este modelo?
En Brabus parece que no están contentos con los trabajos de la casa de Stuttgart, o al menos siempre deciden sazonarlos a su gusto (es una forma de hablar, de eso viven…). En este caso el primer plato es una preparación exterior bastante discreta y el segundo lo tenemos bajo el capó, donde se ofrecen mejoras específicas para las versiones SLK 200 BlueEfficiency y SLK 250 BlueEfficiency.
En el apartado estético, Brabus añade al Mercedes-Benz SLK algunos elementos para ganar en agresividad: spoiler delantero, luces de marcha diurna personalizadas, paragolpes trasero con difusor integrado, sistema de escape deportivo con cuatro salidas y un spoiler integrado en la tapa del maletero, entre otras cosas.
La marca ofrece también muelles más cortos para reducir la altura de la carrocería en unos 30 milímetros. La amplia oferta de llantas, por su parte, cuenta con opciones de entre 17 y 20 pulgadas. Las de las fotografías son Monoblock F de 20 pulgadas y en color “Titanio Líquido” para las que Brabus recomienda gomas Pirelli o Yokohama (las ofrece, imagino) en medidas 235/30 ZR 20 y 275/25 ZR 20, delante y detrás, respectivamente.
Ya por último, para el interior se puede pedir una pedalera de aluminio y tapicería o bien de cuero Mastik o bien de Alcántara.
Ambos motores de cuatro cilindros (200 y 250 BlueEfficiency) pueden ser equipados con la centralita Eco PowerXtra CGI, que según Brabus, puede ser fácilmente instalada en alrededor de una hora en cualquier concesionario autorizado de la marca de la estrella. Esta modificación permite que el SLK 200 BlueEfficiency aumente su potencia en 26 CV hasta los 209 CV (el par aumenta hasta los 280 Nm).
Por su parte, el SLK 250 BlueEfficiency produce ahora (con la centralita PowerXtra) 230 CV en lugar de los 204 CV del modelo de serie. De forma opcional, en esta versión se puede añadir un intercooler que aumenta la potencia otros diez caballitos más, hasta los 240 CV (y 370 Nm). Con esta mejora, el SLK roadster acelera de 0 a 100 km/h en unos 6,2 segundos y alcanza los 248 km/h de velocidad punta.
Vía | Motor Authority
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