André Rothganger ha tratado de llevar el Audi A8 a un nivel de lujo todavía mayor del que ya posee de por sí. Un interesante intento en el que se le ha ido la mano.
El mayor sinsentido son las llantas de 24 pulgadas, que apenas caben en los pasos de rueda y mucho menos en nuestra cabeza. “Caballo grande, ande o no ande”.
Hablando de caballos, se ha aumentado la potencia hasta los 330 caballos (suponemos entonces que estará basado en el 3.2 FSI de 260 caballos). Su creador afirma que no necesita más porque no es un coche deportivo, es un coche para viajar con estilo. Completamente de acuerdo. Mi pregunta es si las llantas de 24 son deportivas o estéticas.
Lo que sí resulta muy elegante es su interior, más propio de un yate que de un coche. Puede gustar o no gustar, pero al menos son modificaciones racionales. Excepto las pantallas LCD en lugares poco accesibles, claro.
Vía | autoblog.nl
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