Será el primer coche eléctrico que Toyota comercializará en Europa y han decidido empezar desde abajo. El Toyota iQ EV es el elegido para marcar una nueva fecha en la historia de Toyota. El utilitario ha sufrido una profunda revisión para alojar su nueva motorización eléctrica, que ha sido fruto de un desarrollo que dura ya más de cuarenta años y que ha transcurrido en paralelo con el desarrollo de otros sistemas de propulsión alternativa.
El nuevo Toyota iQ EV es una versión de producción, es decir, se va a poner a la venta porque ya no es un simple ejercicio de diseño o un experimento. Para eso sirvieron prototipos y coches de producción limitada como los Toyota e-Com y RAV4 EV (dos generaciones). Ahora toca meter todo el saber hacer acumulado en un coche de pequeño tamaño como el Toyota iQ y conseguir que sea práctico.
Urbanita con espacio para cuatro pasajeros, buscando la máxima eficiencia, no es fácil combinar tantos factores y que la suma resulte buena. Si resultará o no resultará solo el tiempo lo puede decir, vamos a dar un repaso por los detalles más destacados de este nuevo vehículo eléctrico que estará en poco tiempo rodando por nuestras carreteras.
Exterior del Toyota iQ EV
El Toyota iQ EV es realmente compacto, mide 3.120 mm, 135 mm más largo que el iQ convencional, aunque es igual de ancho y alto (1.680 mm y 1.505 mm), compartiendo también la misma batalla de 2 metros. Su radio de giro es de tan solo 4,1 metros. La carrocería está basada en el Toyota FT-EV III Concept que se presentó en el Salón de Tokio del año 2011.
Exteriormente tiene algunas diferencias bastante claras con el iQ convencional. Para empezar la pintura bitono, la parrilla es solo una pequeña franja en la parte inferior del paragolpes donde además van las luces diurnas y en el resto de la carrocería predominan las líneas suaves y aerodinámicas. También en el frontal destaca la tapa descentrada con el logo EV donde se aloja el enchufe para recargar el coche. Los faros halógenos de proyector también son nuevos, con fondo negro.
En los laterales destacan las llantas, que son de aleación ligera con tapacubos bitono. La zona trasera también tiene rasgos destacables, como los nuevos pilotos de LED y el paragolpes que llega muy abajo para mejorar la eficiencia aerodinámica del conjunto.
Un interior específico para la versión eléctrica
El interior del Toyota iQ EV está al igual que el exterior decorado en dos tonos, blanco y negro. El panel de instrumentos es propio para esta versión, así como los asientos mixtos cuero-textil. El panel de instrumentos lleva dos esferas con medidores Optitron (un sistema de iluminación de los instrumentos de Toyota), con un diseño visual basado en la electrónica.
También lleva un velocímetro, una pantalla multifunción de 3,5 pulgadas en la que se visualiza el ordenador de a bordo y un testigo LCD de conexión del enchufe de carga. La luna cuenta con un sistema de detección de empañamiento para ayudar al sistema de climatización a regular la humedad en el interior del coche para reducir el empañamiento al mínimo.
Este coche, como otros de Toyota y otros fabricantes, puede llevar un sistema de control remoto del climatizador. En este caso funciona cuando está enchufado a la red eléctrica y activa el aire acondicionado a potencia máxima desde el mando a distancia durante varios segundos para disminuir la temperatura del habitáculo y reducir el consumo de la climatización una vez en marcha y desenchufado de la corriente.
Entre otro equipamiento lleva también acceso y arranque sin llave, sistema de seis altavoces y sistema de asistencia al arranque en pendiente. La seguridad también será de serie y bastante completa, entre la que destacan los nueve airbags (incluido el de la luna trasera) y el control de estabilidad.
Buscando la máxima eficiencia en el Toyota iQ EV
En un coche eléctrico son de máxima importancia detalles que en los coches normales no se observan. Para que la autonomía no se vea mermada se recurre a soluciones técnicas y aerodinámicas que eviten arrastrar lastres innecesarios. En el iQ EV se han adoptado varias soluciones en la búsqueda de la máxima eficiencia en el mínimo espacio que deja un utilitario de su tamaño.
El espacio que no se utiliza para acomodar el escape se utiliza para alojar la batería de iones de litio que va montada en un puente de acero de alta resistencia. Gracias a ir montada en una posición tan baja, queda protegida de impactos, baja el centro de gravedad del coche y permite hacer un reparto de pesos muy equilibrado.
Además permite que la zona inferior sea prácticamente plana, lo que gracias a añadir carenados mejora la eficiencia aerodinámica, un punto clave en un coche eléctrico. La parrilla de la que ya hemos hablado, es pequeña y se encuentra en una posición muy baja, ya que los requerimientos de aire en un coche eléctrico se reducen a enfriar los sistemas propios de estos.
El Toyota iQ EV pesa 125 kg más que el iQ convencional con el motor de 1.33 litros y se va hasta los 1.130 kg. Otras soluciones se han aplicado para reducir el consumo energético del coche. Entre ellas está la calefacción por medio de una bomba de calor de bajo consumo a la que ayudan los asientos calefactados, o el parabrisas calefactado para evitar el uso del aire acondicionado para desempañar el cristal.
Motor y baterías del Toyota iQ EV
El motor eléctrico del Toyota iQ EV es un motor-generador refrigerado por aire capaz de generar y/o entregar hasta 47 kW (64 CV) de potencia. Este motor va acoplado a una reductora de la velocidad de giro por trenes epicicloidales y esta a las ruedas delanteras a través del diferencial. Motor, reductora y diferencial van todos encapsulados en un compacto conjunto eléctrico. Obviamente el iQ EV cuenta con frenada regenerativa.
El par máximo del motor eléctrico es de 163 Nm. Las prestaciones son bastante discretas, la aceleración de 0 a 100 km/h le toma 14 segundos, mientras que la velocidad máxima es de 125 km/h. Con un consumo de 134 Wh/km el Toyota iQ EV consigue una autonomía, homologada en el NEDC, de 85 km.
El Toyota iQ EV cuenta con tres modos de conducción que el conductor puede elegir, el modo D para consumir lo menos posible en ciudad, el modo S para una respuesta más rápida con el coste de una menor autonomía y finalmente el modo B que maximiza la frenada regenerativa para aumentar la autonomía al máximo posible.
La batería es de iones de litio, suministra 277,5 voltios, puede almacenar 12,0 kWh y cuenta con 150 celdas. El cargador integrado está refrigerado por agua y puede dar hasta 3 kW de potencia. La batería se puede cargar completamente en solo tres horas a 230 voltios, pero es que además si se opta por la carga rápida (se puede pedir opcionalmente el puerto especial para ella) se puede cargar al 80% de su capacidad en tan solo 15 minutos. Como curiosidad, el cable de carga es de cinco metros. Algo escasillo, diría yo.
El Toyota iQ EV ya está listo para su producción en masa pero como Toyota es consciente que ni la infraestructura ni los consumidores estamos totalmente preparados para los coches eléctricos, todavía habrá que esperar a que los pongan definitivamente a la venta. Será cuestión de tiempo que empiecen a llegar a nuestras calles y demuestren si son tan prácticos como parecen ser.
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