Desde que se inició la comercialización de vehículos todocamino/SUV han tenido tal éxito que han llegado a un punto de proliferación muy alto. Tal ha sido su popularización que han llegado al punto de ser bastante odiados y vilipendiados por muchos. En parte están incomprendidos, pero el primero que no los comprende bien es el propio cliente.
Me explicaré. El típico cliente de un vehículo todocamino o todoterreno sólo se desplaza por caminos asfaltados o si acaso, por zonas sin asfaltar de una complejidad muy pequeña y apenas hace frente a condiciones climatológicas muy adversas como la nieve o el hielo con el equipamiento adecuado, véanse neumáticos de invierno, o la experiencia adecuada.
Para un uso de ese tipo no es necesario un todoterreno puro, con su chasis pesado y resistente, marchas reductoras, neumáticos de campo, un rendimiento pobre y contaminante, bloqueos de diferencial y demás sistemas. Esos vehículos están pensados para gente que se mete donde un 4×4 normal no puede pasar ni de coña.
En cambio, un todocamino es un vehículo mucho más racional para un uso como el descrito en el segundo párrafo. Su sistema de tracción total no será tan efectivo como el de un 4×4 puro, pero lo suficiente como para moverse con ciertas garantías sobre firmes complicados como gravilla o barro, y sobre firmes medianamente accidentados.
El bolsillo, el medio y la seguridad salen ganando. Ahora bien, ¿qué hacemos con esa gente que no saca el 4×4 de la ciudad? En este caso, tener cuatro ruedas motrices no parece significar ninguna ventaja para ellos, pues rara vez van a utilizarlas. Es más, la posibilidad de tener dicha motricidad se paga y más cara de lo que se imaginan.
4×4 versus 4×2
Pongámonos en el caso del Ford Kuga, que lo tenéis fresquito. Comparemos las versiones 2.0 TDCi Trend 4×2 y 2.0 TDCi Trend 4×4, es decir, igualdad de motorización y equipamiento. La diferencia de precio es de 4.350 euros sin haber hecho ni un sólo kilómetro. Pues empezamos bien.
Supongamos que el coche dura 125.000 kilómetros y luego se “jubila”, y que hace un consumo medio calcadito al oficial, 6,4 l/100 km. A un precio medio de gasóleo de un euro el litro, a lo largo de esa vida útil se gastarán 19.531,25 8.000 euros en combustible. ¿Qué pasaría si fuese el 4×2?, que baja el gasto 0,1 l/100 km? En ese caso el gasto sería de 19.841,27 7.875 euros.
Es cierto que 310,02 125 euros en la vida útil de un coche es una minucia, pero no hay que parar aquí. El Kuga 4×4 es más caro que el 4×2, luego el seguro va a ser más caro. ¿Cuánto sube el seguro a lo largo de todo ese tiempo? Depende de la compañía y perfil del conductor, pero estimo que sobrepasa con creces esos 125 euros.
Sigamos. El Kuga 4×4 tiene más elementos mecánicos, estadísticamente es más probable que falle algún elemento del Kuga más complejo mecánicamente que del más simple. Esos fallos se trasladarán a averías, y las diferencias de mano de obra y piezas seguramente serán bastante notables.
Si seguimos echando números, tenemos que de largo nos pasaremos de 6.000 euros de diferencia real entre un modelo y otro. Si no vamos a beneficiarnos de sus habilidades 4×4, por limitadas que sean, ¿a que no soy el único que piensa que es una tontería gastarse ese dinero de más?
A igualdad de equipamiento y motorización mover un eje es más económico a corto, medio y largo plazo que mover dos. Además, prestacionalmente irá mejor el modelo más simple y su rendimiento será mejor, al disminuir el peso y los rozamientos adicionales. De acuerdo, la motricidad no es igual, pero sobre el asfalto hay pocos casos en que eso importe realmente.
¿Qué sentido tienen los todocaminos 4×2? Bastante, pues suponen múltiples ventajas para quien quiere un vehículo de apariencia todoterreno o todocamino, tienen una altura libre generosa o mejor que la de un turismo normal, son más económicos y son menos dañinos con el medio ambiente. Esto sonará a ecopataleta, pero el Planeta lo compartimos todos.
En la mayoría de marcas que he analizado, las versiones 4×2 de sus todocaminos se asocian a equipamientos bajos o medios, con las motorizaciones más elementales y menos prestacionales. El ahorro que hay respecto a una versión 4×4 idéntica (motor/equipamiento) es considerable. Pondré algunos ejemplos:
- Ford Kuga 2.0 TDCi 136 Trend – 4.350 euros
- Hyundai Tucson 2.0 CRDi 140 Comfort – 3.100 euros
- Nissan Qashqai 2.0 dCi 150 Acenta – 2.900 euros
- Renault Koleos 2.0 dCi 150 Dynamique PK1 – 2.000 euros
- SEAT Altea Freetrack 2.0 TDI 140 – 1.760 euros
Y podría seguir… Mi consejo es evidente, para quien no vaya a sacar NUNCA o CASI NUNCA su vehículo de carreteras asfaltadas o sin asfaltar pero en buen estado NO necesita tracción total y su elección le supone una ristra de inconvenientes. Es una tontería pagar tanto dinero por un elemento mecánico que no vamos a usar o apenas vamos a usar.
Se les puede tildar de “quiero y no puedo”, todobordillos, trepaceras, todosupermercado… bien, es comprensible. Pero es mejor un vehículo que se adapta a las condiciones de uso reales que va a tener, sobre todo cuando hablamos de algo tan caro, esto no es como un cenicero. Es mejor que existan todocaminos 4×2 a que directamente no existan.
Si el cliente estuviese realmente informado de qué tipo de vehículo es adecuado a sus necesidades, más allá de los estatus sociales o consideraciones 100% estéticas y 0% funcionales, no se habría vendido tanto todocamino y el pastel se habría repartido más y mejor. Además de los clientes, los chicos de marketing y ventas deberían decir “Mea culpa”.
Y a ver si desterramos de una vez el falso mito de que son más seguros que un turismo normal. Un vehículo más grande y pesado siempre va a ser más dañino contra otro vehículo u objeto, y eso no garantiza (de hecho suele pasar lo contrario) estar más a salvo. De hecho, los todoterrenos puros con sus chasis duros a veces no protegen mejor que un utilitario pequeño.
Estaría muy bien que se publicase un manual de buenas prácticas profesionales en el ejercicio de la venta, publicitación e información sobre lo que se vende en concesionarios, otro gallo cantaría. Mientras tanto acudo a una recomendación genérica que no cambia con el paso de los siglos: la información es poder, ¡úsala!
En Motorpasión | ¿Cuál es la diferencia entre todocamino, todoterreno, crossover y SUV?