Presentación: Tata Grand Safari 4x4 (parte 1)

El pasado viernes asistí a la presentación de los nuevos Grand Safari y Xenon del fabricante hindú, que comparten motorización. Se trata de un nuevo propulsor denominado 2.2 DiCOR, turbodiesel de inyección directa, que entrega 140 CV de potencia y reemplaza al anterior 3.0 de 115 CV. En primer lugar, os hablaré del Grand Safari (todoterreno) y después del Xenon (pick-up). La movida empezó a las 11 en Madrid, donde nos entregaron los vehículos.

El periodista que me acompañaba no podía conducir, lo que me permitió valorar más el coche. Teníamos por delante casi 100 kilómetros de autopista y carretera hasta el punto donde haríamos la prueba más en serio. Las primeras impresiones fueron un poco decepcionantes, empezando por el puesto del conductor. Tardé un buen rato en sentirme cómodo.

El pedal del embrague muy levantado, el reposapie muy profundo, el volante no se regula en profundidad, la dirección es muy imprecisa e indirecta, las holguras del guiado del cambio enormes, mandos de apariencia frágil… en fin, que no esperaba tampoco ninguna barbaridad en confort por lo que cuesta el coche. En autopista, se iba mejor a 100 Km/h que a 120 Km/h, por el ruido aerodinámico (similar a un utilitario) y tras haber probado los frenos cuando no hubo nadie a quien poner en peligro.

Primer intento: 120-80 Km/h. Antes de pisar a fondo, ya estaba corrigiendo con la dirección. La pisada no es demasiado estable, debido a la blandura de la suspensión (eje trasero rígido con muelles helicoidales) y a que hablamos de un “juguete” que pesa más de 2.000 Kg. Eso sí, ahora tiene ABS de serie y al menos frena en distancias aceptables. Repetí la jugada en 3 ocasiones para asegurarme: mejor no tener que frenar a fondo (respetar la distancia de seguridad y esas cosas). Los frenos son discos ventilados de 281 mm delante y tambores de 295 mm detrás.

El motor no es objetivamente ruidoso, no más que otros de potencia y cilindrada similares. El aislamiento no es demasiado bueno pero es más que suficiente para viajar cómodamente. La 5ª es relativamente larga, 120 Km/h a 2.500 RPM, y la sonoridad mecánica normal, ni mucha ni poca. Al pisar juntas o desniveles del firme, se notaba algo parecido a flotar. La aerodinámica puede mejorarse, además, los retrovisores vibraban un poco, así como el aro del volante (levemente) y la propia palanca de cambios. Este recorrido se hizo todo en modo 4x2, es decir, propulsión las ruedas traseras.

Se venden dos versiones: 4x2 y 4x4. En el segundo caso, se puede conducir en modo 4x2 y engranar el modo 4x4 siempre y cuando se conduzca a menos de 60 Km/h. Disponemos de un modo 4x4L (reductoras) y del diferencial trasero de deslizamiento limitado, que transmite más par a la rueda que tiene más tracción. El cambio de 4x4H a 4x4L se hace con el coche parado, como máximo en 15 segundos.

Llegamos a la finca donde íbamos a hacer la prueba en serio, y se nos dio la charla de rigor. Nos dividíamos en 3 grupos, con 3 actividades en paralelo: prueba del Grand Safari 4x4, circuito de trial puntuable y prueba del Xenon. Me tocaron en ese orden. La prueba 4x4 consistía en seguir a un instructor por unas pistas. No tenía ni idea de lo que me esperaba, sinceramente.

Tras haber recorrido unos metros por un camino de tierra, yendo tras el instructor, de repente el notas se puso a acelerar y yo hice lo propio. Cuando vi en un montículo que se le habían levantado las 4 ruedas en el aire y que segundos más tarde experimenté lo mismo, me di cuenta que la historia iba muy en serio. Empezaron las curvas, en una de ellas, empezó a sobrevirar y lo corregí como pude, dejando unos metros respecto a los árboles. Cayeron las primeras gotas de sudor frío y empezó la descarga de adrenalina.

El motor 2.2 de 140 CV no desfallecía al caer de 1.500 RPM como en muchos turismos y todocaminos, seguía aguantando el tiempo suficiente para bajar a 2ª y seguir apretándole. Entre 1.700 y 2.750 RPM tenía bastante fuerza (par máximo de 320 Nm en ese rango) y lo cierto es que la aceleración y recuperación en 2ª y 3ª (uso 4x4) era bastante respetable para lo que pesa. Creo que en una pista de este tipo, puede pasarse por la piedra a más de un todocamino y todoterreno de similar potencia, es difícil engancharle en su feudo.

Vale, en autopista y carretera, no es como un todocamino… pero a ver qué X3, Captiva o similares no se partía en 2 al ritmo al que íbamos (máximo 70 Km/h), pisando baches, derrapando en curvas imposibles para ellos y pegando saltos. Estaba claro, el Grand Safari es un todoterreno duro de coj… Todo esto lo hicimos con el modo 4x4 puesto. En un punto intermedio, tocaba probar con la reductora.

Continuará...

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