Todoterreno es lo que todos conocemos: un vehículo adaptado en mayor o menor medida para circular por terrenos complicados, con una orografía compleja o poca aderhencia. Lo consigue gracias a la tracción total, caja de cambios específica con reductora, suspensión elevada, bajos reforzados, ruedas de perfil más alto con menor presión de inflado, un ángulo de ataque mayor para poder abordar desniveles y ayudas electrónicas como control de descenso de colinas. Todo esto son características típicas, aunque no todos los todoterrenos equipan todas.
Todocamino es la acepción española de SUV, que es la abreviatura de Sport Utility Vehicle. No es un todoterreno, aunque suele tener apariencia de todoterreno y alguna de sus características, como la suspensión algo más alta. Dicho de forma bruta: no es un todoterreno que puedas meter por el monte sin alto riesgo de quedarte atrapado, pero puedes subir un bordillo de la acera sin partir la llanta y rozar los bajos (al menos esa esa la idea).
Técnicamente se diferencian de los todoterreno por tener chásis monocasco y porque su tracción integral, en caso de tenerla, suele tener una distribución distinta de 50-50 (la mayoría de la fuerza se entrega a las ruedas delanteras) o bien no es permanente, además de que no tienen reductora.
Crossover es un vehículo basado en un turismo normal (utilitario, compacto, berlina) que no ha sido diseñado originalmente para tener esas capacidades offroad, pero que ha sido modificado con una suspensión algo más alta y las defensas reforzadas (por nombrar algunas de las características más habituales) para poder, por ejemplo, circular por caminos empedrados con algo más de falicidad que su versión normal. Un ejemplo podría ser el Audi Allroad, basado en el A6, o el Volkswagen CrossPolo.
Nota: Lejos de pretender hacer una definición oficial, abro la conversación para que cada uno añada sus matices y ejemplos.
Batallita personal
Todo esto viene porque ayer fui testigo de una extraña conversación, en la que una persona nos trataba de explicar qué coche se habían comprado sus padres. No le habían dicho la marca ni el modelo, pero habían llegado a sus oídos pistas contradicctorias: por una parte “es más grande que el que tenían antes”, y también “era un todocamino”, afirmación que aparentemente contradecía a la primera porque si no se le hubiera especificado directamente que era un “todoterreno”.
Desde luego no culpo a esta persona por tener tal lío en la cabeza, sólo me pareció una adorable personificación del caos de nombres que los fabricantes han creado en los últimos años, en parte debido al aumento de tipos de vehículos. De hecho, ni le comenté que un todocamino era un todoterreno light, ya se sabe que tan importante es saber hablar como saber callar, y desde luego la diferenciación técnica no hubiera aportado nada a la conversación.