Las bestiales aceleraciones de los Tesla Model S cosecharon más titulares en la prensa e hicieron más por dar a conocer la marca que la enorme autonomía que otorgan sus baterías. La genialidad de todo esto que el público acaba centrándose más en el 0 a 100 km/h, posicionando el coche como un rival de deportivos y superdeportivos en la mente de los que no están convencidos por el automóvil eléctrico. Así, éstos ya no perciben un Tesla como un Prius eléctrico vendido a precio de oro.
El 0 a 100 km/h, o más bien el 0 a 60 mph (96 km/h), para ser exactos, se ha convertido en el equivalente para los eléctricos del tiempo por vuelta en el Nürburgring Nordschleife para los coches de gasolina. Y esto nos lleva a preguntarnos: ¿Para cuándo un 0 a 100 km/h en menos de 2 segundos? Porque no lo dudes, ocurrirá, tarde o temprano.
De actualización en actualización soy el más rápido
La primera vez que Tesla acaparó los titulares fue con el Model S P85D. P, por “Performance”, y D, por “Dual-motor all-wheel drive”, todo con una batería de 85 kWh. En ese momento, era la batería con mayor capacidad disponible en la gama Tesla. El 0 a 60 mph cayó en 3,3 segundos. Fue en 2014.
En los siguientes dos años, Tesla se empeñó en rebajar ese tiempo una y otra vez. Con el “Insane Mode” de la actualización de software de finales de 2014, el mismo Model S P85D era capaz de efectuar el mismo 0 a 60 mph en 3,2 segundos. A mediados de 2015, llegó una nueva actualización que incorporaba el “Ludicrous Mode”. El P85D era ya capaz de bajar de los 3 segundos. El 0 a 60 mph es entonces ejecutado en 2,8 segundos. Una locura.
En el verano de 2016 llegó el P100D y su batería de 100 kWh. Siempre con el Ludicrous Mode, el Model S P100D acelera de 0 a 60 mph en 2,5 segundos. Así, de actualización en actualización, el Tesla Model S P100D se había convertido en un coche capaz de hacerle frente a un Porsche 911 Turbo S, al menos en términos de aceleración inicial. Y es que el 911 Turbo S efectúa el 0 a 60 mph en 2,6 segundos. Sí, un Ferrari LaFerrari o un Porsche 918 Spyder acreditan mejores aceleraciones, pero el precio de estos coches no es comparable ni el del Tesla ni con el del 911 Turbo S; son casi unicornios.
¿Se conformaría Tesla con eso? Qué va. La actualización de noviembre de 2016 aportó ciertas mejoras al Ludicrous Mode. El resultado es un 0 a 60 mph en 2,39 segundos. Y dependiendo de las condiciones (clima, estado de los neumáticos, etc) es incluso posible bajar hasta los 2,3 segundos en el 0 a 60 mph, como lo hizo Motor Trend con un tiempo de 2,275 s. Ya puestos, el Tesla Model S P100D baja de los 11 segundos en el cuarto de milla.
En búsqueda de la mejor eficacia y eficiencia
En aproximadamente dos años, el 0 a 60 mph (y el 0 a 100 km/h) del Tesla Model S ha mejorado un 30 %. Es cierto que una buena parte de esa mejora se debe al incremento de la potencia de la batería hasta los 100 kWh. Es como si en un motor de gasolina aumentásemos la cilindrada, lo lógico es que tengamos más potencia.
Sin embargo, son las pequeñas mejoras efectuadas mediante actualización de software a distancia lo realmente importante de todo este asunto. Puedes mejorar la aceleración de tu coche sin abrir el capó o enchufar un solo cable. Es inevitable, dentro de poco, un futuro Tesla bajará de los 2 segundos, tanto en el 0 a 60 mph como en el 0 a 100 km/h.
Los más críticos me recordarán -y con razón- que los Tesla son superiores en la fase inicial de aceleración gracias al elevado par motor instantáneo que entregan los motores eléctricos. Mientras un automóvil con motor de combustión necesita alcanzar cierta velocidad para que su motor exprese todo su potencial (son milisegundos en los que el motor debe romper con la inercia de todas sus partes móviles), un eléctrico no necesita ese tiempo: ya ha despegado.
También es cierto que un coche con motor de combustión sólo necesita repostar para volver a otra tanda, mientras que con un Tesla quizá necesites un generador en la pista para recargar (toma movilidad de emisiones cero...).
Por supuesto, y paradójicamente, el elevado peso de las baterías del Model S hace que el agarre del Tesla -con tracción a las cuatro ruedas- sea infinitamente superior al de cualquier rival. También es verdad que pasada la barrera de los 100-120 km/h, el Tesla pierde fuelle, mientras el Porsche o Mercedes-AMG de turno sigue acelerando como si no hubiera un mañana.
Esta lucha por tener el mejor tiempo en el “0 a 100”, puede parecer pueril si no te gustan los coches. Y en el fondo es como buscar el mejor tiempo por vuelta en el Nürburgring, hay tantas variables que entran en juego que no todo el mundo puede replicar el mismo tiempo en cualquier momento. Es un elemento más del discurso de marketing, podríamos pensar. Y en parte así es, pero es más importante que eso.
Lo importante son las pequeñas mejoras del software aplicadas a la gestión de la batería para ir mejorando cada vez más el 0 a 100 sin mermar la autonomía del coche. Aquí, al igual que el tiempo por vuelta en el 'Ring, la aceleración es una muestra del potencial del coche.
En el 'Ring es la promesa de un chasis, una motricidad y una agilidad superiores, mientras que en Tesla es la promesa de una mayor autonomía. ¿Cómo? Sencillamente porque una mejor aceleración sin una batería de mayor capacidad es una gestión del almacenamiento mucho más eficaz y eficiente. Y eso, con las nuevas generaciones de baterías, supondrá una mayor autonomía que sus rivales.
En el fondo, por mucho que Tesla se presente como una empresa tecnológica, no deja de ser un fabricante de automóviles. La competición siempre ha sido un laboratorio para los fabricantes. Ya fuera aprovechando lo aprendido en competición para aplicarlo a los coches de calle o para validar en competición soluciones pensadas para los coches de calle. Tesla, con sus 0 a 60 mph, hace exactamente lo mismo.
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