Tesla es una marca odiada y adorada a partes iguales. No hay termino medio. Y en buena medida es algo que debemos a su omnipresente CEO, Elon Musk. Tanto que el hombre se confunde ya con la marca.
Hay que reconocer que la marca es disruptiva en más de un nivel y tiene ahora la envidiable posición de ser LA marca de coches eléctricos. En 2021, vendió casi un millón de coches y no paran de abrir nuevas fábricas, de Texas a Berlín.
Sin embargo, Tesla a través de Elon Musk, también ha hecho promesas que no se han cumplido y en las que las marcas históricas, tan menospreciadas por Musk, le han adelantado por la derecha.
Una de las razones por las que Elon Musk hace promesas que quizá después no se cumplan es por una mera cuestión de marketing. Se habla de la marca, del producto y de productos derivados. Es verdad que algunas veces lo que expresa son deseos o trolleos, alentado por su legión de fans incondicionales en lo que se ha convertido en el departamento de prensa de la marca: Twitter.
El problema es que es tan rico y poderoso que hay que tomárselo en serio. Por la sencilla razón que tiene los medios, más que nadie, para intentar hacer realidad su última promesa.
Algunas de las más descabelladas promesas de Musk, como reactivar el programa espacial estadounidense y hacer que los coches eléctricos sean viables comercialmente, se han cumplido y están cambiando el mundo. Pero al mismo tiempo, mientras Musk multiplica las promesas, el resto de fabricantes no están de brazos cruzados y poco a poco van superando a Tesla en diferentes aspectos.
Conducción autónoma lista para el año que viene, desde 2017
La mayor promesa incumplida, y en más de una ocasión, es la del coche autónomo. En enero de 2017, Musk aseguró que en seis meses, los Tesla serían coches con la función de conducción autónoma total, o "full self-driving", es decir, de nivel 4 o nivel 5, según los estándares SAE que rigen en esta industria.
Respondiendo a una pregunta en Twitter en 2017 sobre cuándo las funciones de "full self-driving" (FSD) superarían a las de "autopilot mejorado”, Musk aseguró que "3 meses quizás, 6 meses definitivamente". Sin embargo, estamos en 2022, y los Tesla siguen equipando un sistema de conducción autónomo de nivel 2, el estándar de la industria actual.
Es verdad que es uno de los mejores del mercado, sino el mejor. Pero no es una conducción autónoma en la que uno pueda tan siquiera quitar las manos del volante. Por otra parte, eso no le impide cobrar 7.500 euros por activar un sistema “el día que esté disponible”, aunque incluya las funciones del Autopilot mejorado (una opción de 3.500 euros en el Model 3, por ejemplo).
Mientras tanto, Honda y Mercedes-Benz ya comercializan modelos equipados de conducción autónoma de nivel 3. Y son la dos únicas marcas que lo hacen en la actualidad. Mercedes-Benz propone el sistema Drive Pilot en los Mercedes-Clase S, por ejemplo. En el caso de Mercedes, el sistema puede ser incluso de nivel 4 en el parking del aeropuerto de Stuttgart, donde el coche busca él solo un hueco, aparca, y luego viene a recoger a su dueño.
Mientras que Honda, directamente, ha sido la primera marca en comercializar un coche con conducción autónoma de nivel 3, con el Honda SENSING Elite que equipa el Honda Legend EX. Y lo ha hecho antes que Mercedes. Es verdad que, de momento, es una tecnología reservada a algunos mercados, Japón y Alemania, pero es una tecnología real y a disposición del público.
Viendo el panorama, Elon Musk asegura que Tesla tendrá coches 100% autónomos el año que viene.
Todavía no hay Tesla Cybertruck
En noviembre de 2019, Tesla desveló el Cybertruck, una pick-up eléctrica de original diseño. El Cybertruck, según Elon Musk, se iba a empezar a fabricar a lo largo de 2021 para una comercialización en 2022. Estamos en 2022 y oficialmente la Cybertruck ha sido pospuesta hasta 2023, o eso dice Elon Musk.
Mientras tanto, Ford ha lanzado comercialmente y con mucho éxito el Ford F-150 Lighting, la primera pick-up eléctrica del mercado. Y aunque Rivian también haya lanzando al mercado y ha empezado a fabricar poquísimas unidades de su pick-up R1T, el caso de Ford es todavía más clamoroso. No solamente, demuestra lo pertinente que es para el mercado estadounidense una pick-up eléctrica, sino que además, quien lo logra es una de las marcas más históricas del mundo si cabe.
Tesla Bot, "con suerte dentro de un año"
De todas las promesas de Tesla, la del robot humanoide es la más descabellada. En agosto de 2021, Musk desveló los planes de un robot humanoide "amigable" llamado Optimus, conocido también como Tesla Bot, que podría "navegar por un mundo construido para los humanos y eliminar las tareas peligrosas, repetitivas y aburridas." En la presentación, lo que se vio fue un actor disfrazado de Tesla Optimus.
En abril de 2022, Musk dijo: "Tenemos una oportunidad de conseguir la producción de la versión uno de Optimus con suerte para el próximo año." Hasta la fecha, Tesla no ha mostrado ni un prototipo funcional.
Viendo las dificultades que ha tenido Honda para desarrollar su robot y que el grupo Hyundai optó directamente por comprar Boston Dynamics, la promesa de Elon Musk no era de entrada muy creíble.
En cuanto a Boston Dynamics, sus robots no tienen el aspecto amigable y humanoide del de Tesla. Al contrario, dan miedo, pero son reales y desempeñan labores peligrosas en diferentes cuerpos de seguridad y ejércitos, por ejemplo.
Tesla Roadster: ahora, "para 2023, si todo va bien"
En el evento de presentación del Tesla Semi, allá por 2017, Musk sorprendió a la audiencia con un modelo inesperado, el Tesla Roadster de segunda generación. Las especificaciones son increíbles: 0-62 mph (100 km/h) en 1,9 segundos, una velocidad máxima superior a 400 km/h y una autonomía de 1.000 km.
En teoría, el nuevo Roadster podría con todos los superdeportivos habidos y por haber y a un precio casi razonable de unos 200.000 dólares. Los pedidos anticipados se abrieron en 2017, requiriendo un depósito de 50.000 dólares, en el caso del modelo estándar, y de 250.000 dólares en el caso del Founders Series. Otra opción para hacerse con uno era conseguir que varias personas comprasen modelos de la marca vía el famoso programada de referidos.
Estamos en 2022, y no hay signos que el Tesla Roadster vaya a llegar al mercado en 2023. Es verdad que la crisis de los microchips afecta también a Tesla, pero el programa del Roadster lleva ya seis años en el tintero. Además, Tesla canceló sin previo aviso el programa de referidos que permitía conseguir un Roadster gratis cuando 80 personas lo habrían logrado. Han ayudado Tesla a vender, pero nadie tiene la certeza que verán algún día su Roadster.
Mientras tanto, a orillas del Adriático, Mate Rimac sí ha puesto en el mercado un superdeportivo eléctrico, el Rimac Concept_One, en serie limitada y vendida al completo. Es un coche de 1.088 CV que acelera de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos, de 0 a 200 km/h en 6,2 segundos y alcanza los 355 km/h.
Y ha lanzado al mercado recientemente el Rimac Nevera de 1.914 CV, capaz de acelerar de 0 a 60 mph (96 km/h) en 1,85 segundos con una velocidad máxima de 412 km/h. Y para colmo, el Rimac Nevera conforma la base del Pininfarina Battista, otro superdeportivo eléctrico.
En cuanto a los 1.000 km de autonomía, a día de hoy sólo Mercedes-Benz lo ha logrado. Es verdad que con un prototipo, el Vision EQXX, pero es un prototipo que funciona, no una promesa. A nivel comercial, Lucid Motor ya propone también en Europa el Lucid Air Dream Edition R con una autonomía según la estricta norma EPA de 837 km. Vale, no son 1.000 km de autonomía, pero se le acerca mucho. En todo caso es el coche eléctrico de batería con la mayor autonomía del mercado.
Bonus track: promesa cumplida...a medias, el volante 'Yoke'
Tesla es disruptiva a muchos niveles, y una de ellas la de generar tendencias de diseño. Desde el Tesla Model S, y en especial el Tesla Model 3, las pantallas táctiles han conquistado el interior de los coches. Es una solución muy efectiva en términos de coste para el fabricante, pero mucho menos para la ergonomía y la facilidad de uso del conductor. Pero qué más da, si al cliente le gusta. Otra tendencia iniciada por Tesla es la del volante tipo yoke, en inglés, y utilizado en el nuevo Tesla Model S.
Básicamente, es un volante a lo KITT que recuerda a los controles de un avión (y que los pilotos en España suelen llaman cuernos y no yugo, traducción literal de yoke). Es un recurso de diseño utilizado en los concept cars desde hace décadas, pero que nunca antes había llegado a un coche de serie hasta el nuevo y actualizado Model S. Sí, Tesla ha cumplido su promesa de tener ese curioso volante en un coche, el problema es que la tecnología que hay detrás no es la adecuada para ese tipo de volante.
Toyota y Lexus, sin embargo, también han optado por disponer de cuernos a modos de volante, en opción, en sus nuevos coches eléctricos, tanto en el Toyota bZ4X como en el Lexus RZ450e.
La diferencia entre Tesla y los modelos del grupo Toyota es que mientras la marca de Musk se conformó con cambiar de volante, dejando la dirección mecánica y su desmultiplicación pensada para un volante circular, en Toyota utilizan una dirección eléctrica, sin conexión mecánica entre el volante y las ruedas.
Así, el volante de los modelos nipones no gira más que de 150º de tope a tope, lo que en la práctica equivale a que una mano no estará situada nunca más allá de las 12h, como máximo. Es imposible que ese volante dé una vuelta completa, sólo gira media vuelta.
El sistema se encarga de calcular la relación de giro entre el ángulo del volante y las ruedas en función de la velocidad, la posición del acelerador y más variables. Quizá no sea perfecto (habrá que probarlo para ver cómo es en situaciones límites, por ejemplo), pero sobre el papel ya es mejor que la solución de Tesla.