Hace aproximadamente tres años que probé por primera vez un coche que se aparcaba de forma automática. Era un Toyota Prius, y la marca japonesa nos reunió en su sede central de Madrid para mostrarnos este avance en su propio aparcamiento, como si se tratase de un sistema que cambiaría nuestros hábitos.
Hoy en día son muchos otros los coches que ofrecen este sistema, entre ellos Audi, BMW y otras muchas marcas. Mi reflexión se plantea ahora, porque sinceramente en estos tres años no he visto a nadie aparcando el coche sin tener que tocar el volante, lo cual me hace pensar que muchos de estos automatismos apenas triunfan cuando llegan al mercado.
¿Será su precio, su poca utilidad o el miedo a la innovación lo que nos echa para atrás? Para hacer este análisis he cogido una marca Premium, BMW y uno de sus modelos más populares dentro de las grandes berlinas, el 530d. El modelo base cuesta 50.900 euros según el configurador de su web, pero ahora llega el momento más complicado, elegir los extras.
Entre el equipamiento opcional del 530d, uno de los avances más destacados tecnológicamente hablando es el sistema Night Vision. Su precio es de 2.371 euros, y simplemente sirve para poder ver de noche cuando apenas hay luz si hay algún peatón andando por el arcén.
He tenido oportunidad de probar este sistema en algún coche, y antes de saber el precio no le veía demasiada lógica. Ahora que se que por el precio de este sistema me puedo comprar una scooter de 125 para moverme por ciudad, estoy más convencido.
El Night Vision solo funciona a través de la pantalla del iDrive, lo cual obliga a apartar la vista de la carretera para poder ver si hay algún obstáculo en nuestro camino, así que su utilidad se ve reducida. En este caso concreto creo que precio y escasa utilidad son los motivos para que poca gente equipe su coche con el Night Vision.
Sin cambiar de marca ni de modelo encontramos otro sistema que, después de haberlo probado en modelos como el BMW 530d o el BMW M6, es de los más útiles que he conocido. Se trata del Head Up Display, un proyector de cierta información sobre el cristal delantero que evita que tengamos que apartar la vista de la carretera para estar correctamente informados de algunos parámetros.
Este sistema ya lo incorporaba con unos grafismos bastante antiguos el Corvette que probé hace 7 años, pero lo cierto es que ha evolucionado mucho hasta los sistemas actuales. El precio de este sistema en el BMW 530d es de 1.589 euros casi un sueldo medio menos que el Night Vision.
Ya para acabar con la marca bávara, este fin de semana he hecho 1200 kilómetros en un 320d Cabrio que llamó mi atención porque traía el sistema de luces largas y cortas de activación automática.
Este sistema, destaca por su practicidad, ya que cambia de luces largas a cortas cuando detecta que viene un coche en sentido contrario o que llevamos un vehículo delante en nuestro mismo sentido. Según el configurado de vehículos de la marca alemana el precio de esta opción es de 178 euros.
Este es un ejemplo de un sistema útil, económico y que no “asusta” a la hora de incorporarlo a nuestro coche y que seguramente se hará un habitual entre los extras que incorporen muchos compradores a sus vehículos en los próximos años.
Con estos tres ejemplos de innovaciones tecnológicas opcionales en una de las marcas “premium” comprobamos como en ocasiones las marcas desarrollan sistemas útiles, prácticos y otros que no destacan ni por una ni por otra característica.
En Motorpasion | Visión nocturna de BMW, vídeo explicativo