Uno de los mejores avances a la hora de maniobrar con nuestro coche, aparcar y mantenerlo en buen estado para evitarnos roces al aparcar de oído o incluso como elemento de seguridad evitando atropellos son las cámaras de visión trasera.
Estos dispositivos son casi el pan de cada día en el equipamiento de los coches modernos, pero si tu coche no lo monta de serie y quieres hacerte con los servicios de estas interesantes cámaras debes tener en cuenta una serie de puntos.
- Pantalla
- Conexión
- Ubicación
- Capacidad de regulación
- Ángulo de visión
- Resolución
- Impermeabilidad
- Marcas de guiado
- Iluminación LED
- Precio
Pantalla
Para montar una cámara de visión trasera en nuestro coche tendremos dos opciones: o bien el vehículo viene equipado con una radio de tipo 2 DIN con pantalla a través de la que ver la imagen facilitada por la cámara o bien optar por el aftermarket y comprar una pantalla adicional para colocar en el parasol del conductor, por ejemplo.
En el primer caso, el de tener una radio con pantalla instalada el procedimiento es bastante sencillo porque básicamente sólo habrá que sacar la radio de su alojamiento y localizar los conectores en los que habrá que conectar el cableado (imagen a la radio, alimentación desde la batería). Las conexiones suelen estar etiquetadas o tener un diagrama explicativo bien en el manual, bien pegado en la carcasa.
En el segundo caso, si tenemos que comprar una pantalla adicional para instalar, el procedimiento puede ser aún más sencillo pero más engorroso. Las pantallas son más o menos específicas para estos menesteres, por lo que el proceso será plug & play. Por contra, los cableados nos quedarán a la vista, habrá un objeto que añade peso en el parasol y puede estar abriéndolo constantemente. Hay otras pantallas más pequeñas que se pueden poner con una ventosa en el parabrisas o fijadas con un soporte específico al salpicadero pero son diminutas y su estética es bastante farragosa.
Para ambos casos el proceso más traumático es el de cablear la instalación. En el mundo de la automoción las molduras suelen estar sujetas por grapas de plástico bastante endebles que tendremos que retirar para ocultar convenientemente los cables para dejar una instalación fetén, y lo más normal es que se rompan. Averiguar qué tipo de grapas utiliza nuestro coche y comprar una bolsa de recambios es, quizá, uno de los consejos más útiles y que nos ahorrarán una buena cantidad de frustraciones y ruidos en el futuro.
Si queremos tener cámara pero nos da mucha pereza desmontar molduras, también podemos optar por instalaciones con emisor/receptor inalámbrico. Un dispositivo se coloca en la radio y otro en la cámara y ambos se transfieren la señal de imagen. La alimentación de energía habrá que hacerla con un cable físico igualmente.
Conexión
Para conectar de forma útil una cámara de visión trasera en nuestro coche tendremos que encontrar la manera de que funcione sólo cuando conectamos la cámara de marcha atrás. Para conseguirlo, necesitamos que el dispositivo reciba corriente sólo cuando engranamos la marcha atrás, así que tendremos que localizar el cable que va a las luces de marcha atrás.
Con el cable localizado la forma rápida es colocar un robacorrientes (también conocidos como vampiros) para sacar un cable que vaya hasta la cámara y mande la energía. Otra opción más profesional es hacer la conexión mediante soldadura de estaño y recubrir con tubo termorretráctil para evitar malas conexiones.
Adicionalmente podemos dotar a la cámara de energía para conectarla o desconectarla a voluntad mediante un botón. Para ello basta con sacar un positivo directamente de la batería, añadir un fusible y ubicar un interruptor en el punto que más nos convenga del salpicadero. Además, para evitar que el circuito de las luces de marcha atrás y del interruptor se comuniquen, tendremos que colocar unos diodos para que la corriente sólo pueda circular en un sentido y sean conexiones independientes.
Es importante también fijarnos en el cable de imagen suministrado con la cámara. Normalmente suelen venir tramos de 5 metros de longitud pero siempre es conveniente fijarse en que la cámara traiga suficiente para nuestro coche. En el caso de ser una furgoneta es posible que necesitemos más.
Ubicación
Una de las preguntas más complicadas de responder a la hora de instalar una cámara de visión trasera en nuestro coche si no la trae de serie es decidir dónde ubicarla. Parece una pregunta sencilla, pero no lo es.
Normalmente no hay muchas opciones, pero de entrada tendremos que colocarla lo más centrada posible. A partir de ahí lo suyo es utilizar el punto más elevado y discreto posible. Lo de que sea discreto básicamente es una cuestión de estética; lo de la elevación es por perspectiva.
Tenemos que ver lo que hay detrás, pero no necesariamente en una visión horizontal. Al poder ver el suelo también veremos los obstáculos y tendremos una mejor percepción de la distancia hasta el objeto que nos precede.
Una vez con el sitio decidido, las cámaras suelen venir con una broca de corona de la medida del dispositivo. Habiéndonos asegurado de no taladrar nada que haya detrás de la chapa, vale con encintar, marcar, taladrar, rematar el agujero y dar un poco de pintura para prevenir oxidación de la chapa. La cámara irá como anillo al dedo y quedará firmemente encajada, pero nunca está de más un cordón de selladora para evitar filtraciones de agua.
Capacidad de regulación
Un punto muy a tener en cuenta a la hora de comprar una cámara para el coche es el del ángulo de giro del objetivo de la cámara. Muchas cámaras además de girar sobre sí mismas cuentan con regulación para ajustar el encuadre a la ubicación definitiva, por lo que lo primero de todo antes de comprar nada es plantear dónde debería ir ubicada.
Por ejemplo, si la colocación que le queremos dar estará en un plano horizontal como la zona superior del hueco de la matrícula, la cámara deberá poder girar su objetivo 90 grados hacia atrás para posicionarse de manera horizontal y que no apunte hacia el suelo.
El anterior quizá sea el caso más extremo, pero por lo general lo mejor pasar de largo de las cámaras con objetivo no regulable porque de lo contrario será muy complicado tener una imagen bien encuadrada. Más que nada porque hasta que no está todo montado no sabemos exactamente cuál es la imagen real y poder regular ayuda mucho.
Ángulo de visión
Las características técnicas de las cámaras tienen un problema y es que en muchos casos los datos que nos ofrece el fabricante suelen no ser del todo ajustados a la realidad. Basta con fijarse en el ángulo de la óptica para ver que lo que anuncian no suele aproximarse demasiado a la realidad.
Prácticamente todas la cámaras de visión trasera anuncian ópticas con gran angular de 120º, 135º, 170º y hasta 180º, pero a efectos prácticos lo que vemos en la pantalla se queda en una imagen mucho menos amplia pero, eso sí, bastante deformada.
Resolución
En el caso de las cámaras si queremos fijarnos en la calidad de la imagen para decidirnos en la compra lo tendremos complicado. La mayoría de las cámaras de visión trasera no ofrecen datos de resolución. Las pocas que sí lo ofrecen lo suelen hacer en líneas de televisón TVL.
Normalmente estamos acostumbrados a las medidas en píxeles. Por ejemplo una cámara que ofrece 1.000 TVL sería el equivalente a una resolución de 1.280 por 720 px. En cualquier caso, lo mejor es no hacerse demasiadas ilusiones y ver a las cámaras de visión trasera como complementos de seguridad a la hora de aparcar que como equipamiento tecnológico de primer nivel con calidad full HD.
Impermeabilidad
Al tratarse de un elemento exterior que con total probabilidad sufrirá las inclemencias del tiempo en algún momento de su vida, es muy importante que aparte de estar montado de manera estanca en el vehículo el dispositivo sea impermeable.
Un correcto aislamiento de la cámara que lo proteja frente a la lluvia, el polvo y la suciedad es fundamental a la hora de decantarnos por una de estas cámaras. El grado de impermeabilización lo establece la certificación IP junto a dos dígitos.
El primero va de 0 a 6 y califica la protección contra el polvo siendo 6 el máximo y el segundo la impermeabilización de 0 a 9 soportando el nivel 9 los chorros de agua a presión. El nivel más común que podemos encontrar en cámaras es IP67 ó IP68, igual que en los smartphone más resistentes.
Marcas de guiado
Algunas cámaras suelen incorporar en su escueto software interno la opción de tener líneas fijas para marcar la distancia hasta los objetos ubicados detrás del coche. Por suerte son elementos que podremos suprimir con facilidad porque en la mayoría de los casos ya sea por la ubicación en nuestro coche, el tamaño, el ángulo de encuadre o la perspectiva no nos aporten absolutamente nada.
En mi caso, la cámara venía con dos pequeños cables para cortar. Al cortar uno de ellos se invierte la posición de la imagen y al cortar el otro se eliminan las líneas de guiado. Que la cámara cuente con estas líneas o no no debería ser un factor a tener en cuenta, pero sí lo es la posibilidad de poder eliminarlas.
Iluminación LED
Adicionalmente a las características técnicas propias de la cámara, hay algunas características que ya van al gusto del consumidor y que pueden hacer más satisfactoria la experiencia. O no, según se mire.
La calidad de la imagen en las cámaras suele ser bastante pobre, por lo que en condiciones de baja visibilidad o falta de iluminación encontraremos mucho grano en la imagen. Para evitarlo, hay dispositivos que incorporan LED alrededor de la cámara y que emiten luz para mejorar la imagen.
Lo bueno es precisamente eso, que de una proyección bastante pobre podremos tener algo mejor reflejado en la pantalla. Lo malo es que el precio aumenta notablemente así como su tamaño, necesitan un aporte adicional de energía, la instalación puede ser más compleja y, al final, la imagen tampoco mejora demasiado.
Precio
El precio es posible que en este tipo de compra no sea uno de los puntos más relevantes. Más que decantarnos por una cámara u otra en función de su coste tendremos que hacerlo por las características que hemos ido viendo anteriormente.
Mirando en eBay o Amazon es fácil encontrar cámaras de marcha atrás desde poco más de 10 euros para las fijas, unos 20 ó 30 euros para las que tienen regulación del objetivo, más de 30 para las que incorporan LED de iluminación y de ahí en adelante las que supuestamente son más prestacionales.
En cualquier caso el desembolso no es elevado, pero como has visto sí que habrá que ser un poco manitas y planificarse bien para que el trabajo de instalación sea lo más discreto y satisfactorio posible.