El depósito de combustible del coche sería sustituido por el carburador Metal-Steam. En su interior se produciría el calentamiento de agua junto con una pieza metálica de magnesio o aluminio. Al incrementar mucho la temperatura, los átomos metálicos se combinarían con el oxígeno de la molécula de agua, consiguiéndose hidrógeno libre que es conducido directamente al motor. Los restos sólidos en forma de óxido metálico podrían ser posteriormente recogidos y reciclados por la industria.
Ellos destacan las ventajas del sistema centrándose en lo barato y común del combustible, y además la eficiencia con la que se aprovecha la energía en el interior del sistema. Por el contrario, la desventaja clara es el peso de la pieza metálica necesaria, al que hay que sumar el peso del agua necesaria. El peso de la pieza metálica tripicaría el de un depósito de combustible convencional, pero todo sea por un mundo más limpio y sin emisiones. Estaremos atentos por si la iniciativa sigue adelante.
(Gracias a Antonio Ortiz)
Vía | IsraCast