Ayer se cumplieron diez años desde que Bosch lanzara el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP), el sistema que impide que un coche patine cuando la situación se pone difícil. Para ello, usa el frenado individual de las ruedas, de manera que se compensa el sobreviraje o subviraje y se mantiene la estabilidad. Si el coche subvira, frena la rueda trasera izquierda, y si sobrevira, frena la rueda delantera derecha.
Según Autocar, si el ESP fuera estándar en todos los coches nuevos, se salvarían 20.000 vidas en Europa hasta 2010. Y según Volkswagen, se han reducido un 35% la muertes en sus vehículos equipados con ESP. Actualmente, el 29% de los coches nuevos incorporan el sistema ESP, cuando hace 12 meses eran sólo el 20%.