Mega Track: de los coches sin carnet al V12 de 400 CV

Con el auge de los SUV, los fabricantes se han propuesto hacer todo tipo de versiones crossovers, mezclando conceptos. Uno de los primeros fue el BMW X6 al mezclar SUV y cupé -una carrocería fastback en realidad- o incluso los descapotables, como el Nissan Murano CrossCabriolet o el Range Rover Evoque Convertible. Y por supuesto está el SUV de altas prestaciones, como el BMW X5M o el Porsche Cayenne Turbo.

El espectro es amplio, desde un compacto de tracción delantera con cero capacidad off-road y que se arrastra en asfalto hasta una bestia en off-road capaz de rodar en el Nürburgring en casi 8 minutos por vuelta. Estos últimos son en teoría lo mejor de dos mundos: todoterreno y deportivo. Hasta que entra en escena el Mega Track. Un auténtico deportivo 2+2 equipado con un V12 en posición central trasera y con altura libre de 32 cm. Y lo más curioso es que fue obra de un fabricante de coches sin carnet: Aixam.

Cuando los coches sin carnet no son suficientes

Aixam es el líder de la fabricación de coches sin carnet, esos cuadriciclos que puedes conducir a partir de los 15 años. Fundada en 1983 en Aix-les-Bains (Savoya, Francia) tras la compra del fabricante local en bancarrota Arola, la marca creció sin parar. El CEO de entonces, Georges Blain, quiere dar el salto a la fabricación de coches -los de verdad, con carnet de conducir- y crea la marca Mega en 1992.

El primer modelo se presenta como un coche lúdico, a medio camino del Citroën Méhari y del Mini Moke, el Mega Club (disponible en tracción delantera y tracción integral, así como en una versión industrial biplaza bautizada Ranch).

El Mega Club se haría con el título del Trofeo Andros en 1994, tras dos temporadas peleando en las pistas heladas del campeonato.

El diseño es llamativo, original y al estar basado sobre un modelo conocido, el Citroën AX, da cierto grado de confianza al público. Sin embargo, sigue siendo el automóvil de un fabricante de coches sin carnet. Y para el público francés, esos cuadriciclos son los vehículos menos fiables que puedes encontrarte en la carretera. Para cambiar esa imagen se propone participar en competición (gana el Trofeo Andros en 1994) y lanza un modelo totalmente alucinante y de muy alta gama, el Mega Track.

En lugar de presentar un enésimo superdeportivo (algo que finalmente haría más tarde con el Mega Montecarlo), Mega propone un vehículo fuera de lo común: un todoterreno de dos puertas y 4 plazas con un V12 central trasero. Es términos de concepto equivalía a cruzar el Lamborghini Countach con el LM002.

Mega... todo

Con el Track, Mega hace honor a su nombre, pues todo en este coche de 1996 es mega. Empezando por las dimensiones. Mide 5,08 m de largo por 2,2 m de ancho y 1,40 m de alto, en configuración asfalto (1,50 m en configuración off-road). La batalla es de 3.120 mm (cuando un Smart fortwo mide 2,74 de largo y un Fiat 500 3,57 m). Incluso las vías son más anchas que muchos coches: 1.800 mm delante y 1.880 mm detrás. Comparándolo con un SUV actual el Mega Track es más largo, más ancho y más bajo que un Maserati Levante. A mediados de los años 90, el Track era sencillamente una bestia.

Sobre la base de un chasis en acero de alta resistencia (fue uno de los primeros coches en usar este tipo de acero) reposa una carrocería en fibra de vidrio reforzada con Kevlar. La arquitectura parece algo imposible: 2 puertas, 4 plazas, un maletero de 250 litros y un V12 de 5.987 cc en posición central trasera asociado a un cambio automático de 4 relaciones y una tracción integral permanente (con prioridad al eje trasero que recibe el 68 % del par).

El V12, de origen Mercedes, eroga 395 CV a 3.800 rpm y entrega 570 Nm a 3.800 rpm. Es el motor del Mercedes S600, el entonces buque insignia de la firma alemana. A más de 30 cm del suelo y sobre ruedas de 20 pulgadas -unas Michelin Pilot SX de 285/55 ZR 20 delante y 325/50 ZR 20 detrás realizadas ex profeso para este coche-, el Mega Track alcanza los 250 km/h (con limitador electrónico) y efectúa el 0-1000 m en 28 segundos. Nunca se pudo medir de forma fehaciente la aceleración de 0 a 100 km/h (se estima que estaría entre los 6,5 y 7 s) ni el 0-400 metros. Aun así, no está nada mal para un bicho de 2.280 kg.

El interior es lujoso y el equipamiento incluye lo mejor de la época, con algunas rarezas para entonces como la cámara de marcha atrás (la visibilidad trasera es nula). El precio también era mega para un vehículo de este tipo: 2 millones de francos, cuando un Ferrari F40 nuevo de fábrica costaba 1,6 millones de francos.

Rara avis

La altura libre del Mega Track -con dos amortiguadores por rueda y neumática- puede variar en 29 mm.

Como te puedes imaginar, el Mega Track no obtuvo el éxito que sus creadores esperaban. Tan sólo se fabricaron cinco unidades (algunas fuentes hablan de seis) entre 1992 y 2000. En una huida hacia adleante, Mega compraría finalmente MonteCarlo Automobiles y lanzaría el Mega Montecarlo, equipado con el mismo V12 Mercedes (dos unidades fabricadas). Las arcas de la empresa se vaciaban cada día un poco más, los Mega Club y Ranch no se vendían como esperaban y estos dos proyectos terminaron con los fondos.

Aixam detiene la producción de toda la gama Mega de forma discreta en 2000 y 2001. En 2006, la marca Mega vuelve a estar activa con vehículos industriales sin carnet -cuenta actualmente con una completa gama de vehículos eléctricos-. Georges Blain, el artífice de Aixam y Mega, fallece en 2008. En 2013, el grupo Polaris compra Aixam.

¿Donde están los Mega Track actualmente? No hay registros ni fuentes fiables. Durante un tiempo hubo una unidad matriculada en Viena (Austria) que se dejó ver por Mónaco y existen fotos de dos unidades en Rusia -una azul y otra roja-, pero también se dice que la marca conservó dos ejemplares. Quizá algún día, se puedan a volver a ver en algún evento o en una subasta.

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