Bugatti rinde homenaje al EB 110 de 1991 con el Bugatti Centodieci. Un modelo del que tan solo fabricarán 10 unidades a 8 millones de euros (más impuestos) la unidad. Toma por base el actual Bugatti Chiron, con un W16 de 1600 CV y un 0 a 100 km/h en 2,6 segundos.
El Bugatti EB 110 de 1991 es probablemente uno de los superdeportivos más olvidados de los años 90. Esa bestia tecnológica equipaba un V12 sobrealimentado por cuatro turbos y un chasis en fibra de carbono, cuando esa tecnología era casi ciencia ficción.
Durante un tiempo fue el coche más rápido del mundo con 351 km/h que se marcó el EB 110 SS (Super Sport) en el anillo de Nardó, Italia. Y de paso, aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,26 segundos.
Pero pronto su leyenda quedó eclipsada con la llegada del McLaren F1 y porque la Bugatti de Romano Artioli tuvo que cerrar sus puertas. Volkswagen, por su parte, al comprar los derechos de la marca nunca quiso mencionar -o al menos recordar- esa época de la historia de la marca. Hasta ahora, que el tiempo ha pasado y ya nadie puede confundir la Bugatti de Volkswagen con la de Romano Artioli.
Con motivo del concurso de elegancia de Pebble Beach, en plena celebración de la Car Week de Monterey, Bugatti ha desvelado el Bugatti Centodieci (110, en italiano). En este caso, el 110 no hace referencia a los 110 años del nacimiento de Ettore Bugatti, sino a los 110 años de existencia de Bugatti como fabricante de coches.
El Bugatti Centodieci es una serie limitada a 10 unidades y que toma por base el Bugatti Chiron. Cuesta cada una ocho millones de euros (sin tasas) y que, como suele ser habitual en este tipo de coches, estarían ya todos vendidos. Es bastante más caro que el Chiron “de serie”, pero mucho más barato que el Bugatti La Voiture Noire, el coche nuevo más caro jamás vendido que superaría incluso al Rolls-Royce Sweptail, valorado en 11 millones de euros.
El Bugatti Centodieci es un guiño al pasado, no un modelo neoretro
A nivel mecánico, estamos hablando del motor W16 de ocho litros potenciado hasta los 1.600 CV a 7.000 rpm. Bugatti anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,4 segundos, un 0 a 200 km/h en 6,1 segundos y un 0 a 300 km/h en 13,1 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 380 km/h.
A nivel estético, todavía se perciben los rasgos del Chiron, pero con una serie de guiños al EB110 de 1991, como las tomas de aire laterales en forma de cinco agujeros o bien la diminuta calandra en forma de herradura flanqueda por lamas. Y eso es todo.
La zaga no tiene nada que ver con el EB110 y recuerda un poco al Lamborghini Centenario con ese inmenso difusor posterior. En definitiva, es un modelo que si bien rinde homenaje a un modelo del pasado, tiene su propio carácter.
Es algo que era primordial para que Stefan Winkelmann, el CEO de la marca, diese el visto bueno al proyecto. Winkelmann no es nada fan de mirar al pasado. No reniega del pasado de un fabricante, simplemente no cree en que sea preciso regocijarse en la historia para vender coches.
Sirva de ejemplo su negativa, cuando era CEO de Lamborghini, a que el Lamborghini Miura Concept de 2006 entrase en producción, a sabiendas que se habría vendido muy bien.
De momento, no hay imágenes del interior, ya que a estas alturas todavía es una maqueta. Y es que los clientes que han reservado o comprado un Centodieci no tomarán posesión de su nuevo juguete hasta dentro de dos años.
Mientras tanto, lejos de mirar al pasado, Bugatti estará con la mirada puesta en el futuro con, por ejemplo, un posible SUV con alguna forma de electrificación, tarea para la cual se rumorea que Bugatti podría contar con la ayuda de Rimac.