La Policía Local no le hizo la prueba de alcoholemia, ni tampoco el hospital en el que acabó. El oficial jefe del subsector de Tráfico realizó las gestiones necesarias para “resolver el tema”.
Siendo buenos podría pensarse que el hombre estaba en misión oficial de la máxima importancia y tuvo un traspiés; o puede ser simplemente que sus colegas hicieran la vista gorda con uno de los suyos como pasa en tantas profesiones…
El caso es que tres días después a una pareja de guardias de base les pegó un coche por detrás y lo primero que le hicieron al agente que conducía fue la prueba de alcoholemia. Siempre ha habido clases, y más en un Cuerpo de carácter militar.
Vía | menéame y El Confidencial (saludos Ignacio)