En España el número de muertos en carretera ha disminuido en el último lustro, pero poco a poco esta bajada se ha ido frenando. En 2023 murieron 1.145 personas; casi las mismas que el año anterior. Y a pesar de que esas muertes son inasumibles y deberían ir reduciéndose año tras año, seguimos estancados.
"El accidente es una enfermedad que se incuba". Así lo describe el Doctor Luis Montoro, catedrático en Seguridad Vial, que pone el grito en el cielo por cosas como que España sea de los pocos países de la UE donde no es obligatorio asistir a la autoescuela para sacarse el carnet. Este experto considera que los conductores mueren "de forma estúpida" por falta de formación y por no saber algunas reglas básicas, como colocarse la corbata adecuadamente o llevar la ventanilla a medio subir.
El gran problema que hay en España con las autoescuelas y la formación
Presentar a Luis Montoro es complicado. Su trayectoria profesional en la esfera de la seguridad vial es interminable: es catedrático de Seguridad Vial en la Universidad de Valencia, presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial, ha publicado más de 150 artículos en revistas científicas y un larguísimo etcétera.
Y con todo esto, es capaz de enganchar al oyente o al lector con frases como que "tenemos coches inteligentes pero no conductores inteligentes". Para Montoro la educación es un pilar fundamental si se quieren salvar vidas en la carretera, pues de nada sirve empezar por la sanción si no hay formación.
Porque qué sentido tiene multar a un conductor que en vez de ir a 30 km/h en ciudad va a 50 pero no tiene la más mínima idea de que esos kilómetros son la diferencia entre la vida y la muerte de un peatón (en concreto, a 50 km/h las posibilidades de que muera un peatón atropellado son del 90%).
En este sentido, Montoro considera que existe una gran despreocupación en la formación, y lleva años pidiendo al menos 10 horas de formación obligatoria en las autoescuelas en torno a la concienciación y la sensibilización; porque de nada sirve aprender normas de memoria, vomitarlas en el examen y olvidarlas al cabo de un tiempo.
A esto se le añade el hecho de que en España la autoescuela es opcional: según la Orden Ministerial de 29 de julio de 1981, es posible examinarse sin acudir a una autoescuela siempre que se obtenga la licencia de aprendizaje. Claro que existen ciertos requisitos para el acompañante o profesor entre los que se encuentran cierto grado de parentesco, ser titular de permiso clase B con antigüedad de 5 años mínimo, no haber sido condenado ni sancionado en los últimos 5 años y no haber sido acompañante de otro aprendiz por lo menos en el año anterior.
Además, el vehículo en el que se realicen las prácticas deberá tener doble embrague y doble freno obligatoriamente, doble juego de espejos retrovisores y un dispositivo que avise en el examen con señales acústicas y luminosas de su utilización.
En este escenario miramos a Suecia, un país que tiene 22 muertos por millón de habitantes (España 36, por debajo de la media europea), en el que la formación no es obligatoria pero sus ciudadanos reciben más de 500 horas de formación en seguridad vial que comienza en las escuelas y continúa en forma de campañas de concienciación. Por eso es el país más seguro del mundo. "Aún no he encontrado una explicación al hecho de que en España no sea obligatorio asistir a la autoescuela. Puede que sea miedo político al rechazo", deduce Montoro.
Y ojo que Reino Unido también apuesta muy fuerte por las campañas efectivas de concienciación, además de obligar a los futuros conductores a asistir a 100 horas de formación en la autoescuela. En Francia son 60 horas obligatorias en el colegio. La conclusión parece clara: "De nada sirve gastarse millones de euros en infraestructuras, como por ejemplo rotondas, si no sabe circular correctamente por falta de formación", zanja este experto.
"Los conductores se mueren de una forma estúpida y absurda"
Para este experto en seguridad vial "los conductores se mueren de una forma estúpida y absurda". Y nos lo dice aludiendo al gran problema que hay con la educación y la concienciación. "¿Por ejemplo, por qué aparcamos de cara a la pared en un centro comercial y no de culo de forma obligatoria?", se pregunta este experto. La respuesta es simple si se sopesa: en caso de emergencia la evacuación será un caos debido a que se complica mucho la maniobra de salida al tener que dar marcha atrás.
Otro gran riesgo sobre el que existe poca concienciación es el de colocar adecuadamente la carga en el vehículo: "Cuando voy en helicóptero veo mucha gente que ha muerto porque las maletas se han llevado por delante los asientos". Pero sin duda una de las acciones menos pensadas pero que pueden salvar vidas es la de colocarse correctamente la corbata: nunca debe ir por debajo del cinturón para evitar el ahorcamiento cuando este se tensa.
Y más allá de la peligrosa manía de ir con el brazo colgando de la ventanilla del coche (por razones obvias), Montoro nos ilustra otra potencial forma catastrófica de morir, y es circular con la ventanilla medio bajada: "Tienes un golpe lateral y te corta la yugular". Una vez que lo escuchas, se te quitan las ganas de bajar la ventanilla.
El estigma sobre los conductores mayores: tienen menos accidentes pero mueren más
No suele haber muchos casos de kamikazes, y cuando los hay hacen mucho ruido. La mayor parte de los kamikazes (en torno al 80 %), nos detalla Montoro, son por confusiones, y se da mucho en personas mayores y en extranjeros y además por la noche, por lo que se trata de un tema perceptivo. Claro que también hay casos de gente que busca emoción o simplemente que huye de la Guardia Civil.
En este sentido, otro gran melón para abrir es el de los mayores y la conducción.
"Hay muchos prejuicios con respecto a los mayores, no son realmente un problema. La sociedad está siendo injusta con ellos", revela este catedrático. Y lo rebate con cifras: a partir de los 65 años hay un 10 % menos de accidentes en comparación con el resto de la población, según datos de las aseguradoras, pero mueren más por su condición física. Y eso es lo que crea alarma, sostiene.
Montoro considera que son otro segmento poblacional poco informado: "La solución no pasa solo por acortar los plazos para los psicotécnicos; deben se aconsejados sobre los riesgos que conlleva conducir, sobre todo sus médicos de cabecera (hay que tener en cuenta la medicación que toman), y es algo que no ocurre".
Por otro lado, las señales de tráfico no están diseñadas para este tipo de conductores. La letra mayúscula se lee un 25 % más lento que la minúscula. ¿Y por qué se pone letra Times y no Helvética que es la que mejor se lee, o se instalan señales de tráfico muy alejadas del tronco de la vía o demasiado concentradas?, se pregunta Montoro.
Por el contrario este experto considera que, "hay que tener cuidado a la hora de quitarles el carnet si aún están en condiciones de conducir". La OMS avisa de que se deprimen más, se aíslan y afrontan peor la enfermedad. Y es que la conducción del vehículo privado es considerado un derecho de las personas y la Directiva 2006/126/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de Diciembre de 2006, sobre el permiso de conducción, pone de manifiesto la importancia de los medios de transporte individuales.
Pero nada de esto sirve sin concienciación, educación, y formación.