Recientemente Daniel Seijo y yo pasamos por el Circuito del Jarama, con una lluvia muy intensa, a probar la gama de Alfa Romeo en las mejores condiciones. Nos subimos en el Alfa GT, Alfa 159 y Alfa 147, pero sobre todo pudimos comprobar la eficacia del sistema Q2, es decir, diferencial autoblocante delantero. Con la pista totalmente empapada, era una ocasión propicia.
Tras el briefing de rigor sobre medidas de seguridad, dimos un par de vueltas en el coche del instructor, un Alfa 159 Wagon, para familiarizarnos con las curvas y cómo trazarlas. Debido a las condiciones, no se apuraba el ritmo al máximo que permitían los coches, pues había algunas balsas de agua. Los riesgos estaban perfectamente calculados.
El primer coche que me tocó fue el Alfa GT 1.9 JTD de 150 CV con sistema Q2. El diferencial autoblocante delantero pasa más par a la rueda que tiene más apoyo, es un Torsen (de naturaleza mecánica), con lo que mejoramos el paso por curva, sobre todo la salida, que puede mejorar hasta en 10 Km/h. Por prudencia, no desconecté el control de tracción (ASR). Luego me arrepentí.
En los primeros giros advertí que no podía seguir al instructor así como así, pues el ASR me intervenía mucho y me mataba el ritmo, me veía en 3ª cayendo de RPM hasta 1.500, donde el motor diesel no tira, tenía que reducir velozmente a 2ª. Además, tenía que ser un poco más fino en mi pilotaje, estoy acostumbrado a seco y a saco.
Según le fui pillando el truco, advertí que para estar la pista con tanto agua, la pérdida de control era muy leve, el coche se podía recuperar sin apenas complicaciones en los subvirajes, y los sobrevirajes al salir de determinadas curvas eran fáciles de controlar considerando la velocidad, haciendo manos y confiando en la corrección adicional del VDC, muy poco intrusivo.
Como el ASR sí es intrusivo (está pensado para circular, no para correr), el instructor me dejaba atrás en las curvas lentas, aunque en recta le acababa enganchando. Lógicamente, no iba a fondo, además él tenía un 2.4 JTDm de 200 CV y el 159 Wagon tiene mejor puesta a punto que el GT, muy nervioso en las curvas.
En la recta del Jarama, ya lanzados, creo que no superamos los 160 Km/h, no estaba el horno para bollos. Además, con el rebufo, aun separado prudentemente y con los “limpias” a toda velocidad, me caía demasiado agua sobre la luna. Al finalizar esas dos vueltas, tenía que vengarme del condenado ASR y la próxima vez hacerlo sin él.
Una cosa está clara, el GT que iba detrás de mi no tenía el diferencial autoblocante, y el ASR lo tenía activado. Cuando miraba por el retrovisor, el segundo GT no iba muy cerca de mi, quedaba algo de distancia al salir de las curvas, debido a que mi coche traccionaba mejor, pues el otro conductor tenía más o menos mi nivel. Le estaba sacando ventaja a fin de cuentas.
Turno ahora del 159 con motor 2.4 JTDm de 200 CV y cambio automático. Cinturón, retrovisores, asiento… ASR fuera y cambio en modo Sport, a ver qué tal se portaba “il bambino”. Esta vez escogí ir tercero tras el instructor y no primero. Desde el primer giro lento a derechas, ya quedaba claro que el 159 tiene mejor bastidor y una puesta a punto más conseguida que el GT.
Con el cambio automático Q-Tronic, el 159 es obligatoriamente de tracción delantera, sin autoblocante delantero. La diferencia quitando el ASR era espectacular, y el coche se llevaba muy bien, sólo tuve que tener precaución con la dosificación del acelerador ya que el Q-Tronic tiene un comportamiento muy satisfactorio y el motor no era brusco entregando la fuerza a pesar de ser turbodiesel de 5 cilindros.
En las curvas lentas no notaba la tendencia sobreviradora del GT, es más equilibrado y los pocos amagos que tuvo los cortaba el ESP (desconectable aparte) sin cortarme el rollo ni enlenceterme, esta vez pude ir detrás del segundo sin ningún problema, incluso podía ir más rápido. El segundo me dijo que era cosa del primero, y el primero que el instructor no quiso apretar más. No pasamos de 130 Km/h en la recta larga.
El comportamiento del 159 me pareció estupendo, considerando las condiciones, tenía la sensación de irme dando un paseo alegre. La dirección responde de maravilla, proporcionándome información útil sobre el firme y el cambio automático casa bien con el motor 2.4 JTDm, mejor de lo que me esperaba. Desde luego me pareció más cómodo que el cambio manual en el GT.
Subestimé al coche, lo admito. No me veía yendo tan deprisa con la pista tan mojada y sin despeinarme nada.
Continuará...