La DGT está implantando de forma progresiva la denominada como “Estrategia-T” en las travesías españolas y otros tramos singulares de la red de carreteras, con el objetivo de aumentar la seguridad de todos los usuarios y reducir el número de siniestros viales.
Para ello, y entre otras cosas, rediseñará dichos tramos de carretera con nuevas señales como los “dientes de dragón” o “líneas de borde quebradas”. Los límites genéricos de velocidad que se les aplica, seguirán sin cambios por el momento. Pero eso no es todo.
Un nuevo marco para abordar el tratamiento de las travesías
Hemos de recordar que, a grandes rasgos, una travesía se define como “un tramo de carretera interurbana que discurre por poblado”, pero la realidad de las travesías es mucho más compleja. Son espacios intermedios o de transición “entre carretera y calle”, que son diversos (pues los hay de muy distintos tipos); y al ser zonas donde coexiste el tráfico urbano y el interurbano ambos entran en contacto y, en ocasiones, en conflicto.
Las travesías, que habitualmente parten de una vía convencional, suelen tener un solo carril por sentido. En la actualidad, su límite genérico se mantendrá en 50 km/h aunque como ocurre en algunos casos los consistorios podrán rebajarlo, ya sea en su totalidad o en un tramo determinado.
Además, los vehículos que transporten mercancías peligrosas tienen que respetar una velocidad específica en las travesías de 40 km/h. El mismo límite que se les aplica en vías urbanas de dos carriles o más por sentido (y que tienen el límite genérico en 50 km/h).
Según la DGT en la actualidad existe una base de más de 32.700 tramos de la red de carreteras supramunicipales, con una longitud total de 18.000 km, que atraviesan bien poblaciones, urbanizaciones o polígonos de actividad económica, en los que se requiere un tratamiento viario coherente y acorde con las diferentes funciones y perspectivas que convergen en ellos.
En los últimos años se ha producido en España una transformación progresiva del sistema viario, que se ha traducido en la modificación de la funcionalidad de un buen número de tramos de carreteras anteriormente asociados al concepto de travesía, pero que ahora son vías urbanas, con o sin la titularidad ya transferida a la administración local.
En el documento “Estrategia T” de la DGT se recogen las diversas necesidades que se conjugan en esos tramos de la red de carreteras que transcurren por zonas urbanas y que se denominan travesías, así como de otros tramos singulares en polígonos de actividad económica y otras áreas que no forman parte de los núcleos de población, de manera que se pueda avanzar en la mejora de las diferentes funciones y perspectivas que engloban: desde la seguridad vial hasta la habitabilidad, pasando por la movilidad.
El documento, que acaba de ser actualizado, pretende ser capaz de incorporar las distintas miradas que involucra el paso de una carretera por espacios urbanos, periurbanos y de actividad económica, en los que se requiere cambiar los comportamientos y el modo de diseñar, gestionar y regular el viario y su entorno.
Medidas a llevar a cabo en la “Estrategia T”
Algunas de las principales vías de actuación que ha comenzado a llevar cabo la DGT en las travesías españolas y otros tramos singulares, son:
-Mejora y homogeneización en la señalización de las travesías: Además de empezar a implementar nueva señalización horizontal en varias travesías a modo de prueba para mayor visibilidad de las mismas, se revisará la falta de señales verticales en algunos tramos en los que o bien la señalización no es correcta o bien está incompleta.
Además, hay poblaciones en las que se emplea la señal de travesía (S-500) con fines meramente informativos, pero no prescriptivos. Y otras en las que la señal de travesía “se sumerge” entre otras muchas señales informativas sin la jerarquización adecuada.
Otros de los problemas es que hay núcleos urbanos que “no se fían” del cambio de comportamiento de los conductores al ver la señal reglamentaria y advierten de la llegada a otro espacio viario mediante señales que combinan la palabra travesía con otras, como las referencias a las pautas que deben regir la circulación y, en particular, la velocidad máxima.
-Rediseño de las travesías para dotarlas de un tratamiento acorde con las diferentes funciones que cumplen, como por ejemplo a través de “estrechamiento de carriles” o “desvíos de trayectoria” para obligar al conductor a prestar mayor atención y reducir su velocidad al pasar por las travesías.
En este sentido, la DGT pondrá especial atención a los tramos de una cierta ambigüedad urbana, que ni se corresponden con el concepto de carretera, ni se pueden asignar sin más al concepto de calle, como son los que discurren por polígonos industriales o los que atraviesan urbanizaciones de baja densidad.
-Implementación de pavimentos diferenciados a través de colores y/o texturas diferentes a los habituales para alertar al conductor de que circula por una zona donde aumenta el riesgo y, por tanto, deberá adecuar la velocidad a la que circula.
Estos son solo algunos de los ejemplos más ilustrativos que contempla el plan, que estará apoyado por una nueva normativa específica que ya se encuentra en elaboración.
El conjunto de medidas y herramientas que se contemplan para implementar la seguridad y mejorar la movilidad en torno a las travesías (tanto las de control de la velocidad, como las que se enfocan desde otras perspectivas de la intervención), en “Estrategia T” son semejantes a las empleadas en otros países, aunque las fechas y las intensidades con las que se han implantado en cada lugar han sido muy diversas.
Holanda, Alemania, Francia, Bélgica o el Reino Unido han sido pioneros en la implantación de nuevas técnicas de intervención en materia de control de la velocidad y adecuación de las vías al espacio en el que se insertan.
En España, algunos ejemplos de “travesías piloto” donde se están llevando a cabo varias medidas del Plan (según la problemática analizada en cada caso y la prioridad de las acciones a tener en cuenta) se encuentran en: Aguilar del Campoo (Palencia), Olmedo (Valladolid), Cubas (Cantabria), Fuentes (Cuenca), Graus (Huesca) tanto en la A-139 como en la A-1605, Santa Gertrudis de Fruitera (Ibiza) o Bande (Orense). Poco a poco, se irán sumando más.
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