Hace unos días recibimos en la redacción de Motorpasión (por llamar de alguna manera a nuestro centro neurálgico de actividades, también denominado “correo electrónico de los editores”) una nota de prensa relativa a la incorporación de ABS en los cuatriciclos ligeros de determinada marca de vehículos de ese tipo que empieza por A y acaba con M.
¿ABS en un cuatriciclo ligero? Hombre, la noticia en sí nos pareció llamativa, o al menos a mí, más que nada porque nunca me había parado a pensar en ese sistema como una necesidad para ese tipo de vehículos. Al fin y al cabo, uno piensa en cuatriciclos ligeros y piensa en… Ah, esa es una buena pregunta: ¿En qué pensamos cuando hablamos de cuatriciclos ligeros?
Sí, hoy la cosa va de cuatriciclos ligeros, también conocidos como tamagochis, tacatacas y otros sinónimos que no empleo para que no me metas bronca por decir improperios en horario infantil. Antes les llamaban “cuadriciclos ligeros” pero ahora, desde hace ya unos años, la d es una t. Y sí, se llamen como se llamen, muy buena fama no es que tengan. ¿Hablamos sobre si eso es merecido?
Pero primero, la cosa técnica del ABS, que nos llamó la atención. Evaluando el tema, me preguntaba Javier Costas si se preveía que en un futuro los cuatriciclos ligeros tuvieran que incorporar ABS de forma obligatoria, lo que me sonó a chino mandarín como poco. Legalmente un cuatriciclo ligero es un ciclomotor, y entonces me puse a pensar en ciclomotores y otros bichos similares.
¿Que las motos llevarán ABS de forma obligatoria? Sí. ¿Que el año de lanzamiento será 2015? Si no cambia nada, también. ¿Que la cilindrada mínima para obligar a llevar ABS será de 125 cc? Sobre eso estaban peleando justamente hace unos meses en Bruselas: los eurodiputados de la comisión de Mercado Interior pedían a la Comisión Europea que las motos de 51 a 125 cc, que quedan en tierra de nadie, lo montasen, pero en cualquier caso los ciclomotores no estarán obligados a llevar ABS.
Luego recordé que la marca que aparecía en la nota comercializa no sólo cuatriciclos ligeros sino también cuatriciclos, de esos cuya tara es igual o inferior a 400 kg (550 kg en el caso de camioncillos) y cuya potencia máxima es de 15 kW, que tienen la consideración legal de vehículos de tres ruedas y que se pueden conducir con un permiso A. ¿Me habría equivocado yo de fiesta?
Volví a leer y vi que en la nota hablaban de incorporar ABS a todos sus coches sin carné. Vamos, que habrá cuatriciclos ligeros dotados de ABS. Para sus frenadas de emergencia a 45 km/h. Me parece una buena inversión en la seguridad de estos vehículos, sin duda alguna.
¿Conducir sin carné? ¡Algo habrá hecho!
Una vez solventado el tema del ABS en los cuatriciclos ligeros, me sería muy fácil completar el artículo semanal de fauna en ruta despotricando abiertamente sobre este tipo de artefactos. Y como me sería muy fácil… lo voy a hacer (aquí pondría un emoticono sonriente, pero no lo hago por cuestiones que tienen que ver con el libro de estilo de Weblogs SL).
Algo a lo que no le veo sentido alguno: hablar de “coches sin carné”. Ningún coche se lleva con carné, eso para empezar. Los coches, “turismos” si nos ponemos finos, se manejan con un permiso de conducir, un documento que atestigua que al menos el conductor se molestó en examinarse; no digo ya en aprender, aunque en su día ya te conté que en este mundo hay de todo.
Vale, y ahora me dices aquello de que el examen no garantiza el aprendizaje. Perfecto, y entonces yo le doy la vuelta a tu tortilla. ¿Qué nos garantiza un “coche sin carné”? La existencia de conductores que, mira tú por dónde, ni siquiera son capaces de presentarse a ese coladero que tú consideras que es el examen de conducir. ¿Pero esto qué es? ¿El señor Topo de ‘Los Simpson’ conduciendo? Oh wait!
Bien, vale, aquí Hans Topo no tenía la culpa de nada, pero ya sabes a lo que me refiero. Quien hace caso del argumento “no necesitas carné para conducir un coche” siempre me va a tener enfrente. Y quien lo emplea como argumento de venta, más todavía.
Y claro, con esos mimbres, ¿cómo hablar de por dónde debe circular un vehículo de estos, de cuál debe ser el comportamiento del conductor cuando lo adelantan, de cómo debe actuar para adelantar a un ciclista? Si a los conductores “con carné” ya les cuesta…
Pero aún podemos ahondar un poco más en la herida, y es que si antes esto del “coche sin carné” se podía equiparar a un ciclomotor que no precisaba de obtención del permiso de conducir para ser manejado sino una simple licencia de ciclomotor que se obtenía tras un curso absurdo, ahora (ejem… ¡desde 2009!) eso no es así. Quien quiera conducir un cuatriciclo ligero debe obtener, al menos, el permiso de conducir AM, con su teórica y su (mini) práctica en circuito. Que no mata, todo hay decirlo.
En cualquier caso, hablar a día de hoy de “coche sin carné”… no diré que es mentira porque no existe el dichoso carné como concepto, pero remite a una realidad un poco chunga en la que se le dice a alguien que no es capaz de sacarse un permiso en condiciones que va a poder circular por ahí a una velocidad a la que puede hacerse daño o hacer daño a los demás. Sí, mejor que lleven ABS, por si las moscas.
Ah, conozco a una persona (soy benevolente al llamarla así) que con un bicho de estos se equivocó de pedal y se metió un cacharrazo increíble en medio de la calle. Sin duda, uno de los golpetazos más absurdos que recuerdo. Creo que de aquella se quedó incluso peor de lo que estaba. Y luego diremos de los conductores de Estados Unidos…
Pero, como habrás visto, en esta od(i)a a los cuatriciclos ligeros no he querido tirar demasiado de ejemplos, porque cuento con que algún comentario tuyo al respecto saldrá. Además, yo ya expliqué una bonita vivencia sobre cuatriciclos ligeros hace un par de años en Circula Seguro, y ahora te toca a ti. ¿Qué opinas tú de los cuatriciclos ligeros?