Hace años, si algún fabricante decidía faltar a un autoshow, significaba que detrás de su decisión se escondía cierta inestabilidad económica, por no tener modelos que presentar o simplemente por no poder costear su propio stand. Hoy, independientemente de su situación económica, algunas marcas han decidido saltarse salones del automóvil. En el Salón de París de este año no estarán Ford, Volvo, Aston Martin y Rolls-Royce.
Buena parte de la culpa la tiene internet. Los fabricantes comienzan a destinar los millones de euros que gastarían en un salón del automóvil, en actividades que les puedan llevar a tener un mayor alcance en redes sociales, como acuerdos con influencers de Instagram y YouTube, eventos para bloggers y actividades que generen mayor impacto con el público en general, como pruebas de conducción de hasta un día.
Naturalmente, cada marca tiene su propia estrategia. Volvo, por ejemplo, asistirá a menos eventos para enfocarse en establecer relaciones directas con sus clientes y clientes potenciales. Rolls-Royce sabe que puede prescindir de exhibiciones si asiste a presentaciones de moda, realiza pruebas en la playa y organiza fiestas de coctel. Ford, por su parte, ha decidido realizar pruebas de conducción de un día completo a lo largo de un país.
Aston Martin no ha dado razones específicas para dejar de asistir a todos los salones del automóvil, pero su CEO, Andy Palmer, asegura que hay mejores maneras de acercarse al público, que gastar dinero una y otra vez en cada exhibición.
Lamborghini, como parte de Grupo Volkswagen, estará presente en el Salón de París y su stand estará lejos de ser modesto, pero de cara al futuro, la firma italiana está revisando su estrategia, pues "el mundo está cambiando constantemente" y Lamborghini quiere anticiparse a todos esos cambios.
Vía | Automotive News Europe