Tras un primer paso por China, los vehículos autónomos de Renault han aterrizado en Francia para llevar a cabo una fase de pruebas de su servicio de transporte de pasajeros bajo demanda en el campus urbano de Paris-Saclay (Francia).
Esta iniciativa, que se enmarca dentro del proyecto Paris-Saclay Autonomous Lab de la marca gala, permitirá que hasta un centenar de personas suban a bordo de dos prototipos del Renault ZOE Cab, eléctricos y autónomos, para desplazarse por el campus desde este pasado lunes, 14 de octubre, hasta el próximo 8 de noviembre.
Tal y como detalla el fabricante, el servicio permanecerá disponible de lunes a viernes entre las 11:00 horas y las 18:00 horas, "para responder de la mejor manera posible a las necesidades de los usuarios", explica Renault en su comunicado.
"Se pueden desplazar libremente por el campus urbano de Paris-Saclay y disfrutar a diario de la movilidad para acudir a una de las escuelas o laboratorios, ir a comer, hacer deporte…", agrega la marca.
El objetivo de este experimento es probar el servicio de movilidad bajo demanda a nivel técnico, y evaluar la aceptación por parte de los clientes. De esta forma, Renault espera que el feedback con los usuarios se transforme en una guía de mejoras a acometer tanto en el servicio en sí como en la aplicación móvil y los vehículos.
Dos coches autónomos, pero diferentes
En cuanto a los coches, ambos están equipados con dispositivos como GPS, LIDAR y cámaras, entre otros, si bien presentan grandes diferencias.
El prototipo Renault Zoe Cab cuenta con una puerta de grandes dimensiones en forma de élitro que abre el habitáculo completo del ZOE para acceder directamente a la parte delantera y la parte trasera, un puesto para el operario de seguridad, aislado del resto del habitáculo; y asientos con pantalla, altavoces y tomas USB individuales.
Por su parte, el Renault Zoe Cab (muy similar al modelo original) tiene una puerta trasera derecha más grande para acceder al vehículo, únicamente por el lado de la acera; una cabina rediseñada, con el asiento del pasajero delantero de espaldas a la carretera, frente a los demás pasajeros ya que está ideado como un vehículo compartido; y un interior también copado por pantallas para los pasajeros, pero en este caso son de uso colectivo.
¿Cómo funciona el servicio?
Los usuarios que quieran utilizar el servicio de transporte podrán llamar a un vehículo en tiempo real o reservarlo a través de la aplicación para el móvil Marcel Saclay. El potencial pasajero debe indicar el lugar de salida, el destino y el número de viajeros.
Según su ubicación en la zona en el momento de la reserva, la aplicación dirige al cliente hacia el punto de encuentro más próximo y le indica el tiempo de llegada del vehículo. De hecho, el servicio pretende conectar por completo la zona mediante 12 puntos de recogida y destino, situados cerca de los lugares más frecuentados en la misma.
Una vez a bordo del vehículo, el usuario puede seguir su trayecto en la aplicación y conocer la hora de llegada al punto de destino. Además, el vehículo avisa, llegado el caso, de la recogida de otro pasajero.
Renault pretende impulsar a través de este proyecto la estrategia Drive The Future, mediante la que el fabricante galo planea tener listo su servicio de taxis autónomos a partir de 2022.
Un paso más hacia la conducción autónoma
Cabe recordar que la marca del rombo lleva tiempo trabajando tanto en los vehículos eléctricos con los que quiere inundar el mercado europeo como en los coches autónomos.
Respecto a estos últimos, Renault mostró sus primeros avances e intenciones en el Salón de Ginebra de 2018 con el Renault EZ-GO, su coche-robot, único y especialmente creado para el transporte público o privado en entornos urbanos.
Asimismo, este año, la alianza Renault-Nissan dio un paso más en dirección a la conducción robotizada tras rubricar un acuerdo con Waymo, la división de coches sin conductor de Google, para desarrollar sistemas de conducción autónoma en vehículos que transportarán tanto mercancías como pasajeros.