Mientras se decide el futuro de Caterham, la tortuosa joint venture denominada Société des Automobiles Alpine Caterham ha llegado a su fin. El fallido homenaje al Alpine, que perpetraron Renault y Caterham en un proceso de preproducción que bien podría haber musicado el dúo Pimpinela, dará paso a un Renault Alpine 2016, y en Caterham harán lo propio con su propio deportivo. Total, si ni siquiera se ponían de acuerdo en la potencia que debía entregar el motor...
Se acaba así una relación que se remonta a noviembre de 2012, cuando Renault y Caterham Group decidieron unir fuerzas para desarrollar y fabricar deportivos a partir de una aventura en común para la que pusieron cada uno de los socios el 50 % del capital. Demasiados retrasos, y además el futuro de Caterham pinta incierto. De momento, la empresa que dará vida al deportivo galo recorta su nombre y lo deja en Société des Automobiles Alpine.
La que Alpine no duda en denominar berlineta del Siglo XXI ya tiene sus características concretadas en un 90 %. De hecho, este verano se acabará de trabajar en sus interiores y el Renault Alpine quedará a punto para entrar en producción. "Estilo, disfrute y espíritu deportivo" son los rasgos que lo caracterizan, según cuentan desde Alpine.
De la fabricación se encargará la planta francesa que el Grupo Renault tiene en Dieppe, Normandía. Ah, y por lo que cuentan, en cuanto saltó la noticia de que volvería el Alpine la firma comenzó a recibir reservas de pedidos. Veremos qué tal funciona la cosa cuando el Alpine llegue al mercado de la mano de Renault. Sin Catherham.
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