Si hay un vehículo que tenemos que asociar inequívocamente al ocio, ese es sí o sí el Volkswagen California. Aventura, tiempo libre, turismo, playa o montaña, evasión, autosuficiencia... Muchas palabras podríamos asociar a un vehículo que sentó las bases de lo que hoy se conoce como movimiento camper allá por un lejano 1951.
Casi siete décadas después, la mítica Bulli, o Volkswagen Transporter (T1), se ha convertido en todo un fenómeno que se renueva con su sexta generación. La Volkswagen T6 California se ha renovado por completo y el resultado es tan espectacular y apetecible como de costumbre. ¿A quién no le puede apetecer salir con la casa a cuestas sin un rumbo fijo?
California, un nombre propio en el mundo camper
Dentro de la renovada gama T6 y enclavada dentro de lo que los alemanes llaman su gama Life, la California era el último modelo que faltaba por llegar a los concesionarios y al mismo tiempo el más esperado de todos ellos. Por si no lo sabes, las California son todo un fenómeno de masas y uno de los vehículos que menos se deprecian en el mercado de segunda mano. Hay una demanda brutal y una oferta limitadísima.
La denominación California se divide a su vez en dos versiones diferentes. De una parte tenemos la versión de acceso denominada Beach que equipa de serie calefacción estacionaria por gasoil, techo elevable manual con cama, bases giratorias en asientos delanteros, asientos traseros que se convierten en cama y conjunto plegable de mesa y sillas. Su precio de partida es de 36.240 euros sin impuestos.
Por la otra tenemos el icono absoluto, la codiciada Ocean que viene equipada CON TODO. Al equipamiento de serie hay que sumar un mueble lateral que incorpora cocina de gas, fregadero, nevera, almacenamiento, mesa plegable, toldo, iluminación interior completa de LED, ducha con depósitos de aguas sucias y limpias, un asiento trasero que se convierte en cama un poco más estrecho y techo elevable eléctrico. Todo un loft de lujo desde 46.320 euros.
Todo lo bueno se paga, está claro, pero a cambio te llevas algo así como una segunda vivienda recreativa portátil. Es un error concebir a las California simplemente como vehículos, y es que ahora cada vez son más las personas (familias incluso) que dejan a un lado el inmovilismo de las casas de playa para comprar una furgoneta de este tipo.
Más que una furgoneta, una segunda residencia
La verdad es que en parado ambas versiones son impresionantes gracias a una estética moderna que conserva algunos detalles distintivos de las viejas T1 y T2, especialmente en las versiones con pintura bicolor. Su carrocería ha ido adoptando forma de prisma con el paso de los años para optimizar la habitabilidad interior y ahora el resultado es un vehículo que sin ser excesivamente grande cuenta con un espacio más que generoso.
Las cotas exteriores son de 5.006 mm en la versión de batalla corta por 1.904 mm de ancho y 1.990 mm de alto, es decir, ligeramente más corta y estrecha que una Mercedes-Benz Marco Polo y 10 mm más alta. La otra alternativa germana que acabamos de probar recientemente es además su mayor competencia, también en lo que a precios se refiere, ya que parte de los 32.317 euros también sin impuestos.
Si por fuera no aparenta demasiados cambios con respecto a la T5 (se parecen mucho, pero la renovación es considerable) aparte de unos nuevos faros que pueden ser full LED y un parrilla mucho más moderna, sentados en el puesto de conducción sí que encontramos diferencias notables. La postura sigue siendo elevada y para acceder hay que ayudarse de un escalón, pero el salpicadero es completamente nuevo.
Si bien la disposición del os elementos es muy similar, todas las superficies se han renovado y recibido unos tratamientos más acordes a las últimas tendencias de los turismos de la marca. El negro piano y los cromados pasan a detallar ciertas partes y junto con un volante de tres radios más moderno le dan al habitáculo un nuevo toque mucho más premium y menos de furgoneta.
En la parte de atrás los asientos traseros son nuevos, el sistema para montar la cama y la apertura de los cajones inferiores se mantiene pero en la Ocean el mobiliario vuelve a evolucionar en sus materiales y calidades, buscando reducir el peso con paneles de sandwich y mejorando la apariencia general.
El reparto de los elementos es idéntico desde hace décadas porque cuando algo funciona es mejor no cambiarlo. Sólo han cambiado los materiales con los que se construyen los muebles añadiendo estructuras de aluminio ligero y panelados resistentes al paso del tiempo.
Dirección a la aventura
Poniéndonos en movimiento en dirección a descubrir paraísos idílicos donde de otra manera sería impensable poder hacer noche, arrancamos la California y nos ponemos en marcha para comprobar qué tal se mueve. Hemos podido conducir tanto la versión Beach como la Ocean y las diferencias son notables.
Ambas cuentan con las mismas opciones de motorización estrenadas en la gama T6 con motores diésel turboalimentados de 102, 150 y 204 CV (las dos últimas con opción de cambio de doble embrague DSG) y salvo en la variante más potente nos encontramos con el mismo escenario.
Mientras que en la Beach la potencia es razonable para mover el conjunto con suavidad y un rendimiento solvente en cualquier situación (ojo, que estamos hablando de viajar por ocio, desconexión, relax... no de buscar emociones fuertes por el camino), el mayor peso de la Ocean y su colocación en una posición elevada se traduce en mayor consumo, algo más de pereza bajo las demandas del acelerador y un considerable cabeceo en curvas.
En cualquier caso, ambas destacan por tener una buena pisada gracias a un tren de rodaje con una puesta a punto específica, son muy agradables de conducir, están bien aisladas acústicamente (además de térmicamente) y su tacto es muy de coche, pero no podemos olvidarnos de que conducimos una furgoneta. Una furgoneta muy peculiar además.
Para la última generación de las California se añade además una dosis de tecnología de última generación que hasta ahora no equipaba como App Connect, Android Auto o CarPlay, pero más útiles aún resultan las ayudas a la conducción más propias de turismos de gama alta.
Sensores de aparcamiento delanteros y traseros, control de crucero adaptativo, frenada de emergencia en ciudad, asistente para el cambio de luces, cámara de visión trasera, frenada anti-colisiones múltiples, detector de fatiga o el control de ascenso y descenso para las versiones equipadas con tracción 4MOTION. Prácticamente de todo.
Comodidades en función de tu bolsillo
Se puede ir bastante rápido con ellas manteniendo una velocidad de crucero superior a la legal pero es mejor tomarse las cosas con calma porque lo importante es disfrutar del viaje y de paso rebajar un consumo que en la más pesada supera con facilidad los 9 litros a los 100 km. Además que al final del camino siempre nos espera el paisaje y la aventura, rodeados por unos acabados de primera calidad y todo lo necesario para sobrevivir con todas las comodidades (las que te puedas pagar).
Durante la presentación llevada a cabo en Tarifa procuramos pasar el mayor tiempo posible dentro de la California Ocean. Con la bancada trasera de asientos en su posición más retrasada y los asientos delanteros completamente girados, cuatro adultos pueden pasar el tiempo de forma muy agradable en su interior disfrutando del entorno, sin apreturas.
Las grandes superficies acristaladas consiguen una sensación de amplitud considerable, especialmente si la dejamos con el techo levantado y el somier de la cama del techo elevado, pudiendo estar completamente de pie en su interior ya sea de día o de noche. La iluminación LED es suficientemente potente como para no echar de menos más luces, contando con puntos de iluminación también en la cama superior.
Nos pareció muy bueno el detalle de la tapa doble de cristal para la cocina, porque al levantarlo siguen dejando pasar la luz y hacen las veces de protector de salpicaduras, aunque en marcha hace un poco de ruido. También la mesa plegable que se oculta entre el asiento trasero y el mueble, en cambio un punto negativo sería que el asiento del piloto gira por completo pero las piernas chocan contra el mueble.
A la hora de dormir hay que decir que tanto la cama inferior como la superior están bastante bien conseguidas. La de abajo es casi completamente plana (en detrimento de la comodidad para los pasajeros traseros en marcha) y la superior con colchón de espuma es aún más confortable. Ahora bien, en invierno arriba será un lugar más frío para dormir por contar sólo con la protección de la lona del techo, que es aislante, pero no tanto.
Está hecha tan al detalle que todas las ventanas cuentan con persianas de oscurecimiento total. Las traseras son correderas y las dos que tapan la luna delantera se enrollan dentro de los pilares A, encajando perfectamente sobre unos soportes específicos. Las únicas que no tienen cortinas son las ventanillas delanteras.
Las California pueden seguir creciendo hacia el exterior. El toldo que se monta sobre el lateral derecho cuenta con unas guías plegables de aluminio y unas patas extensibles para dejarlo a la distancia que nos convenga y se planta de manera robusta sobre el suelo. Además, bajo el portón trasero se puede pedir un avance para hacer una pequeña "habitación" más donde poder ducharnos sin miedo a las miradas indiscretas.
Si no lo has probado, te aseguro que este tipo de vehículo puede darte más alegrías de las que crees y abrir muchas puertas a un tipo de turismo menos anquilosado en ubicaciones concretas y mucho más libre en todos los sentidos. Está claro que no es para todos pero nuestra recomendación es que hagas la prueba y luego decidas, porque a veces con mucho menos la experiencia puede ser mucho más. Más divertida, emocionante, improvisada...
Eso sí, siempre que el bolsillo te lo permita, porque no es una compra para tomarse a la ligera y después de esperar los aproximadamente tres meses que tarda en llegar cada California desde que la pides en el concesionario.