El Volkswagen Scirocco R tiene todo lo necesario para convertirse en el compacto deportivo perfecto en cuanto a su aspecto exterior, pero ahora toca ver hasta que punto esos aditamentos deportivos le sientan bien o mal a su habitáculo, el cual está muy conseguido en el modelo básico.
Los asientos tienen un diseño más deportivo que el modelo de serie, aunque su compromiso entre confort y sujeción de los pasajeros es bueno. Son “butacas” deportivas que te agarran bastante bien cuando los 265 caballos del motor nos empujan fuerte en las curvas.
Estos vienen de serie en tela, aunque la unidad de pruebas los llevaba tapizados en cuero. En este sentido, cada uno puede elegir dependiendo del clima y el uso que le vaya a dar al vehículo, aunque yo en el caso de un deportivo me quedo con la tapicería de tela.
En ambos casos, los reposacabezas están personalizados con el logotipo R en color gris, muy discreto y sencillo en combinación con el resto del coche.
Pasando al salpicadero, destacan las molduras en aluminio con el logotipo R, aunque en este punto he de decir que quedarían mejor unas molduras en color negro brillante, que combinasen con las partes del exterior que van en este color y con algunos detalles del interior como las salidas de aireación, palanca de cambios, consola central y radios del volante.
Al abrir la puerta del Volkswagen Scirocco R también nos encontramos con revestimientos de protección en aluminio con el mismo logotipo R que en el resto del vehículo.
El volante por su parte es muy cómodo y atractivo, a la par que funcional gracias a unos mandos de control de la radio y ordenador de a bordo muy bien dispuestos. Además es cómodo, gracias a las hendiduras laterales para situar las manos y al revestimiento de cuero microperforado en el tercio superior y en el tercio inferior.
Las costuras del volante las llama Volkswagen “Artgrey”, y como su propio nombre indica son de color gris. Estas también están presentes en los asientos de piel (opcionales) y en otros elementos como el pomo de la palanca de cambio y el freno de mano.
Además, y para completar un volante muy atractivo y funcional, el logotipo R está situado en la parte de abajo del volante, justo en el punto de unión entre el radio que baja y la parte plana que tiene la parte baja del volante.
En el caso de la unidad de pruebas, al incorporar el cambio de marchas DSG las levas del cambio están situadas en la parte trasera, muy cómodas y accesibles. Detrás del volante, el cuadro de mandos destaca por sus grafismos en los que se combina el color blanco de los números (muy al estilo de Audi) y el color azul de las agujas.
En el velocímetro vemos que marca una velocidad punta de 300 kilómetros por hora, un claro indicador de que estamos a los mandos de una máquina diseñada para correr.
Con todo este conjunto debidamente puesto en su sitio, el habitáculo del Volkswagen Scirocco R es muy agradable, tanto por la posición de conducción como por lo espacioso de sus plazas y los múltiples huecos que tenemos para dejar objetos. Además, las plazas traseras disponen de dos asientos semi individuales, pero permitirían alojar a tres pasajeros en la segunda fila con bastante espacio. Por desgracia, las tres plazas traseras no están disponibles ni como opción.
Las sensaciones que me está transmitiendo el Volkswagen Scirocco R son muy buenas, pero me muero de ganas de girar la llave, pisar a fondo el acelerador y comenzar a experimentar de que es capaz este compacto deportivo gracias a sus 265 caballos de potencia. ¿Giramos?
Continuará...