Probamos la nueva Volkswagen Caddy: la furgoneta de siempre, más coche que nunca y con ADN de Volkswagen Golf

Nota de Motorpasión

La nueva Volkswagen Caddy ha llegado. Posiblemente una de las furgonetas compactas mejor valoradas del mercado se ha renovado por completo. Y cuando decimos renovar es que ha cambiado desde sus entrañas abrazando la plataforma MQB del Grupo Volkswagen.

Ya hemos podido ponernos al volante de la nueva Caddy, una furgoneta compacta con motores nuevos, asitentes a la conducción y hasta seis variantes diferentes que van de la furgoneta comercial básica a la Caddy California de estilo camper.

Volkswagen Caddy: el quinto elemento

La Volkswagen Caddy nació en 1978 como un vehículo de carga derivado del Volkswagen Golf para algunos mercados. Curiosamente no se concibió como una furgoneta, sino que apareció como una especie de pick-up pequeña destinada a competir contra modelos casi desconocidos como la Subaru Brat.

Desde entonces se ha postulado como una de las furgonetas pequeñas más populares en el mercado, quizá no tanto por su calado a nivel de cifras pero sí en cuanto a la valoración general. Pero hablando de cifras tampoco le ha ido nada mal en este tiempo a la Caddy.

La furgoneta compacta de Volkswagen ha conseguido acumular en sus más de 40 años de historia y cuatro generaciones más de tres millones de unidades en todo el mundo, vendiendo durante los últimos cinco años 30.000 unidades sólo en el mercado español. Nada mal.

Ahora esta quinta generación supone un punto de inflexión en la vida de este vehículo comercial y es que pese a seguir manteniendo el mismo carácter vocacional se acerca un poco más hacia el concepto de turismo. Empezando por su plataforma MQB compartida por ejemplo con el Volkswagen Golf 8 y acabando con una estética mucho más moderna y sofisticada.

Por fuera la nueva Volkswagen Caddy destaca por tener un look mucho más de turismo, con rasgos compartidos con otros coches de la marca y viéndose notablemente más actual que el modelo saliente.

Esta quinta generación estrena una nueva mirada con faros de corte poligonal, algo así como una mezcla de los faros del Golf 7 y los de una Multivan. Ambos se unen por una nueva lama que recorre todo el frontal y le da cohesión y cierto aire minimalista.

También es radicalmente nuevo el paragolpes frontal, con un entramado de panal continuo en lugar de parrilla para las versiones de pasajeros y de un plástico negro. En el lateral también destacan las nuevas llantas de aleación y los retrovisores pintados, pero sobre todo la parte trasera pega un cambio radical.

Este nuevo modelo estrena unos grupos ópticos en disposición vertical y reducidos a la mínima expresión para maximizar la apertura de del portón trasero, aparte de contribuir al aspecto moderno y minimalista con una luneta panorámica, de lado a lado.

En las variantes cargo la configuración es más tradicional, con paragolpes sencillos en plástico negro destinados a un uso más de batalla y una doble puerta trasera que ahora de serie es completamente de chapa, sin ventanillas.

Hablando de variantes, en total hay seis diferentes. Por un lado tenemos las Cargo (furgón cerrado) y Kombi (comercial de pasajeros), mientras que las destinadas a un uso particular serán las Origin, Outdoor, Life y California, que se mete de lleno en el segmento de las furgonetas camper con una cama plegable, mueble cocina extraíble y posibilidad de calefacción estática. A esto hay que añadir la batalla larga disponible para todas las variantes.

Un habitáculo de furgoneta con guiños a los turismos

Si por fuera hay muchos cambios, por dentro la Volkswagen Caddy abraza un interior en el que se compagina la habitabilidad y practicidad de una furgoneta con un entorno mucho más de coche que antes.

Lo primero en lo que podemos fijarnos es en el nuevo volante multifunción de tres radios, con una configuración muy similar a la del Volkswagen Passat que probamos hace no demasiado y que incluso recurre al innecesario guiño deportivo de achatarse por su parte inferior.

Por delante ahora la Caddy puede recurrir al cuadro de mandos digital de 10,25 pulgadas Virtual Cockpit, aunque en la versión que hemos conducido era un cuadro convencional: doble esfera analógica con una pantalla digital monocromática entre medias. Sencillo, simple y elegante.

El salpicadero de esta quinta generación de la Caddy apuesta descaradamente por el minimalismo, utilizando para ello un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil en tres tamaños diferentes: 6,5, 8,25 o 10 pulgadas.

A través de esta pantalla se aglutinan prácticamente todos los botones del salpicadero con un efecto de luces y sombras: el interior queda mucho más elegante y limpio pero nos obliga a hacer varias pulsaciones para algo tan sencillo como regular la temperatura de la climatización. Se secuestra un nivel de atención demasiado alto para operaciones simples.

Pese a la sencillez del interior se maximiza la capacidad de carga con múltiples huecos portaobjetos repartidos por todas partes. En cuanto a los acabados, todos los plásticos son duros con un texturizado de aparente calidad y ensamblajes sólidos. Eso sí, detectamos un grillo constante procedente de la parte superior del salpicadero, y eso que nuestra unidad tenía apenas 800 km.

Aprovechando el cambio de plataforma, en Volkswagen han intentado maximizar la habitabilidad del interior. Las medidas han cambiado ligeramente con unas medidas que ahora alcanzan los 4,5 y 4,85 metros de largo para la batalla corta y larga respectivamente y un ancho de 2,1 metros en ambos casos. Es decir, es 93 mm más larga en la batalla corta, 24 mm más corta en la batalla larga y 62 mm más ancha en ambos casos.

Con esta variación se consigue así mantener 3,1 y 3,7 m³ de capacidad de carga y pudiendo cargar un europalé en la versión corta y dos en la versión larga de las versiones de carga. Además, la ampliación de la puerta lateral permite cargar un europalé desde el lateral.

En las versiones mistas o de pasajeros la habitabilidad es fantástica, con mucho espacio disponible, sobre todo en altura. En la parte delantera el puesto de conducción es relativamente alto, con buena visibilidad y un extra de espacio gracias a incorporar el freno de estacionamiento eléctrico de serie.

En las plazas traseras la banqueta 60/40 es muy amplia, tanto como para tener tres plazas de dimensiones prácticamente simétricas, con mucho espacio disponible para las piernas, una altura sobresaliente y sólo con un pequeño túnel que repercute sobre la comodidad del asiento central.

La banqueta trasera se puede plegar y desmontar con extrema facilidad, dejando un espacio de carga de hasta 1.913 mm de largo. La capacidad de carga sin retirar ni plegar los asientos es de 1.213 litros, mientras que la carga máxima es de hasta 780 kg.

La Caddy más refinada en marcha

Con todos los cambios que se han introducido en la nueva Volkswagen Caddy también se ha incluído un ligero cambio en su planteamiento. Esta nueva Caddy se aproxima al mundo de los turismos y no sin razón, pues el 75% de sus ventas se dirigen a clientes particulares.

Con esto en mente, los de Wolfsburgo han implementado un nuevo esquema de suspensiones con un tren delantero tipo McPherson y trasero rígido controlado por brazo de arrastre. Estos cambios están destinados a mejorar el rado de giro y a ofrecer un comportamiento más suave.

En la práctica, conduciendo la Caddy estos cambios son palpables, mostrándose como un vehículo ágil y refinado para ser un vehículo comercial. No tiene el típico tacto seco y rebotón de la suspensión, especialmente de la trasera.

El tacto del volante es suave, muy asistido, ayudando a las maniobras y con una capacidad de giro apta para callejear sin esfuerzo. A cambio, en carretera esta dirección no ofrece demasiada información, aparte de tener un tacto algo extraño con poco giro en el primer recorrido.

Las suspensiones son muy suaves y hacen la vida muy llevadera en ciudad, transitanto por zonas de asfalto roto o pasando sobre badenes, pero ceden más de la cuenta a la hora de atacar curvas un poco rápido.

En lo referente a los motores la Caddy se ofrece con un motor gasolina 1.5 TSI de gasolina de 114 CV y tres bloques diésel 2.0 TDI: 75 CV, 102 CV y 122 CV. Más adelante llegarán una versión de GNC y una híbrida enchufable, ambas adaptaciones partiendo del motor de gasolina. La marca ha descartado opción 100% eléctrica.

Hemos podido probar el motor turbodiésel de 102 CV y nos hemos encontrado con un motor apto para un público muy amplio. Es un bloque relativamente ruidoso, compensado por una furgoneta mejor aislada que la media.

En funcionamiento, este motor ofrece un empuje suficiente para todo tipo de usos, tanto para comerciales y autónomos como para familias. Es un motor suave y extremadamente progresivo, quizá demasiado, porque no destaca especialmente por ofrecer mucho par en la zona baja ni potencia en la zona alta. Está equilibrado en el aspecto de que le gusta funcionar en el rango medio.

En lo que sí destaca esta nueva Caddy es en el equipamiento tecnológico. Nos ha gustado la solución del panel táctil para la selección de las luces y la compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, pero más allá de lo sencillo de estos gadgets hay que destacar las ayudas a la conducción.

Para esta nueva generación se incluyen el Travel Assist (control de crucero adaptativo con radar y cámaras para reconocer señales), el asistente de remolque y el Emergency Assist (control de atención con avisos acústicos, visuales y la capacidad de detenerse conectando los warning si no recibe respuesta) como primicia en el segmento.

Hay que reconocer que todos los sistemas que aporten un extra de seguridad son bien recibidos, aunque podrían estar más refinados. El asistente de mantenimiento de carril es un tanto brusco, tanto al reaccionar (deja aproximarse demasiado a las líneas) como en sus avisos, que son demasiado escandalosos.

En definitiva, la nueva Volkswagen Caddy es igual de furgoneta que siempre hablando de practicidad, pero con un carácter más próximo que nunca al de un coche compacto. Además tampoco podemos evitar señalar que los nuevos motores TDI incluyen tecnología twin dosing con doble inyección de AdBlue que unido a la mejora aerodinámica consigue reducir 15 gr de CO₂/km.

El precio de partida de esta quinta generación de la Volkswagen Caddy arranca de los 19.300 euros para la Caddy Cargo 2.0 TDI de 75 CV. A continuación tienes los precios de la gama (sin impuestos):

Variante

batalla corta

batalla larga

Cargo

19.300 euros

N/D

Kombi

21.150 euros

22.870 euros

Origin

23.180 euros

24.540 euros

Outdoor

25.600 euros

26.960 euros

life

28.690 euros

N/D

california

26.020 euros

27.390 euros

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