Tesla consiguió dar con la gallina de los huevos de oro cuando lanzó al mercado el Tesla Model 3. En muy poco tiempo ese modelo se convirtió en un auténtico superventas, no solo entre los eléctricos, sino en el mercado del automóvil en un plano más general. Ahora llega su hermano mayor, el Tesla Model Y que ya hemos tenido ocasión de conducir en una primera toma de contacto.
Después de mucho esperar por él, las primeras unidades del Tesla Model Y se comenzaron a entregar en España en el mes de septiembre de 2021. Eran muchos los clientes fanáticos de la marca y sus productos que estaban esperando la llegada de este cuarto modelo a la gama Tesla, algunos incluso habiendo pagado la reserva hace más de dos años.
¿Cómo es el Model Y?
Se trata de un SUV de tamaño medio, que mide 4,75 metros de largo y tiene capacidad para cinco pasajeros, además de una zona de carga increíblemente amplia, de la que hablaremos más adelante.
En materia de diseño, han sido muy prácticos. Básicamente lo que han hecho es coger el Model 3 y hacer una versión más alta y voluminosa, especialmente del pilar A hacia atrás. No es un SUV con una altura destacada al suelo, así que creo que se queda más en crossover.
Teniendo delante el Model Y y viendo solo su plano frontal, es difícil diferenciar si estás ante un Model 3 o un Model Y, porque el diseño de todos sus elementos es idéntico, con mismas ópticas, paragolpes, capó, etc.
Solamente la superficie del techo y ventanillas, junto al portón posterior que tiene una cintura notablemente más alta, permiten diferenciarlo del Model 3. Estamos por tanto ante un coche de diseño bastante sobrio, sencillo, pero que gusta a mucha gente.
La unidad que nosotros probamos venía pintada en color granate con detalles en negro, como por ejemplo los tiradores para abrir las puertas que se esconden dentro de las puertas, los marcos de las ventanillas o las llantas de 20 pulgadas con diseño de turbina, en negro satinado en este caso.
Más allá de todo esto, merece la pena destacar cómo en este Model Y, que por cierto es de los fabricados en China (todavía no habían comenzado las entregas de los fabricados en Europa cuando lo probamos), tiene una calidad de acabados superior a la que acostumbraban otros modelos Tesla que hemos probado anteriormente.
Los distintos paneles de la carrocería quedaban correctamente enrasados entre sí, apenas había holguras entre las piezas y en general, creo que han dado un paso adelante importante en calidad de construcción. Al menos, los construidos en China.
Interior amplio y extremadamente minimalista
La receta aplicada al diseño exterior es la misma que han utilizado para el interior. Nos encontramos con un habitáculo en el que impera el minimalismo de mandos, las superficies limpias, amplitud de espacio en ambas filas de asientos (en un futuro llegará una versión del Model Y con 7 plazas) y poco más.
Como buen Tesla, sigue teniendo múltiples juegos y entretenimientos en la pantalla.
Como es habitual en Tesla, todos los mandos del vehículo se aglutinan en una pantalla de 15 pulgadas situada en posición central. El volante solo tiene dos mandos, roscas situadas en cada uno de los lados que permiten manejar algunas funciones básicas como subir y bajar el volumen de la radio o mover de emisora hacia adelante o hacia atrás.
No hay ninguna fuente de información en el campo visual del conductor, como ocurría en el Model 3, y eso supone un importante punto en su contra. Por mucho que este coche tenga Autopilot e infinitas ayudas a la conducción, no tiene sentido que para ver a qué velocidad circulas tengas que desviar la vista de la carretera de forma tan evidente.
Por lo demás, encontramos una consola central que separa los dos asientos delanteros. Esta tiene un compartimento de gigantesco tamaño que se cierra con tapa y se extiende hasta la parte delantera del habitáculo.
También hay dos portabebidas, una guantera con tapa que hace las veces de reposabrazos y en la parte delantera, encontramos un soporte forrado en Alcántara donde se pueden apoyar dos teléfonos móviles, aunque al carecer de sujección es fácil que se caigan de ahí en los movimientos más pronunciados.
Un maletero de 854 litros sin bandeja
Sin duda uno de los puntos fuertes del Tesla Model Y es su espacio interior. Ya hemos visto como la condición de coche eléctrico en muchos modelos permite gozar de dimensiones interiores que antes eran dignas de modelos de segmentos más altos, y ese es el caso también en el Model Y.
Las plazas posteriores son buenas, tienen un espacio bastante amplio a la altura de la cabeza y las piernas, aunque es justo aclarar que para los pies de los ocupantes de la fila posterior han recurrido a una solución bastante rudimentaria: elevar los asientos delanteros montándolos sobre una especie de suplementos que los eleva unos cuantos centímetros, para que no vayan como en un Model 3.
Ayuda a esa sensación de amplitud interior el contar, en todas las versiones, con un techo de cristal panorámico que da luz y amplitud.
Pero sin duda, el maletero es el otro protagonista en el Model Y. Que un coche SUV de 4,75 metros de largo tenga un maletero de 857 litros es algo súper destacado. El maletero es súper grande, súper hondo y sus formas son bastante aprovechables.
La clave está en que carece de bandeja en la parte superior, con lo que puedes cargarlo hasta que el equipaje toca directamente con la parte interior del portón al cerrarlo. Por si a alguien se le quedan cortos esos 857 litros, delante hay otro maletero de 117 litros.
Más allá de eso, y por cerrar el repaso al interior del Tesla Model Y, destaca en positivo al igual que ocurría en el exterior la calidad de los acabados, que ha mejorado mucho respecto a un Model X de hace unos años, por poner un ejemplo.
Aunque este es un coche de un nivel de precio sensiblemente inferior, el Model Y está mejor rematado y utiliza materiales de mayor calidad, y no solo por la moldura simulando madera que recorre el salpicadero a lo ancho.
En marcha con el Tesla Model Y de Gran Autonomía
Del Tesla Model Y habrá dos versiones, la de Gran Autonomía y el Performance, aunque esta última con sus espectaculares prestaciones de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y velocidad máxima de 241 km/h llega al mercado durante este primer trimestre de 2022.
El primero será pues el que protagoniza esta prueba. Como su propio nombre indica, busca maximizar la autonomía, gracias a su batería de 76 kWh que por cierto verá ampliada su capacidad a 82 kWh en poco tiempo.
Aseguran que puede hacer 507 kilómetros con una sola carga, tiene tracción integral al contar con un motor eléctrico en cada eje y su potencia es de 351 CV.
Salimos a carretera desde el concesionario que Tesla tiene en la localidad madrileña de Fuenlabrada y las primeras sensaciones circulando por carretera tipo autovía, con tráfico fluido y buen asfalto, son excelentes.
El Tesla Model Y tiene muy buena calidad de rodadura, apenas escuchamos ningún tipo de sonido en el habitáculo, ya sea mecánico que obviamente son prácticamente inexistentes, pero tampoco de contacto entre neumáticos y carretera, y eso que esta unidad traída las llantas opcionales de 20 pulgadas (de serie son de 19 pulgadas) que siempre penalizan ligeramente en estos aspectos.
Las suspensiones parecen algo rígidas y secas, pero en ningún caso incómodas. Fluye bien, es capaz de maquillar las ondulaciones del terreno y a priori, parece un gran aliado para hacer viajes en carretera.
El coche tiene una gran viveza de reacciones cuando le exiges con el acelerador. Tú decides en cada momento cuanto de rápido quieres que te responda, y lo haces pisando con más o menos ímpetu el pedal derecho, como siempre.
Como buen coche eléctrico, esta condición le permite tener una respuesta inmediata a cualquier petición de potencia, y en ningún momento me ha dado la sensación de quedarse corto en este sentido. Es más, creo que las sensaciones que ofrece son dignas de un coche que corra más que este, que por cierto hace el 0 a 100 km/h en 5 segundos.
Frente a otros coches eléctricos que hemos probado hasta la fecha, el Tesla Model Y no tiene diferentes niveles de regeneración de energía. Solo tiene uno, el que él decide en cada momento, y eso lleva aparejado que o te acostumbras a su forma de reaccionar al levantar el pie del acelerador o te acostumbras a su forma de reaccionar al levantar el pie del acelerador. No hay otra.
Y es que en este sentido, el Tesla Model Y se ha programado para que sea conducido principalmente utilizando solo un pedal, el del acelerador. Cuando dejas de acelerar, dependerá de la intensidad con la que levantes el pie para que el coche se frene más o menos.
Eso hace que para mantener velocidad de crucero en autopista una vez que has alcanzado una inercia, tengas que seguir acelerando si no quieres que el coche pierda velocidad de forma notable.
Rápido en curvas como no esperábamos
Si nos vamos a otro tipo de carreteras, un poco más reviradas, el Model Y saca a relucir unas mayores diferencias respecto al Model 3, el modelo que tenemos en mente como referencia.
En este tipo de entornos y haciendo curvas, se nota que el motor que más predominancia tiene es el del eje posterior. Entrega 256 CV mientras el motor delantero es de 200 CV. Ambos van repartiendo la potencia entre un eje y otro automáticamente en función del estilo de conducción y del nivel de agarre, pero se nota claramente que el trasero manda más, de ahí su carácter que podemos considerar deportivo.
Porque es en ese tipo de entornos en los que el Model Y sorprende más. No parece que estemos al volante de un SUV, sino de un coche de carácter deportivo, que tiene muy buen chasis y muy buen paso por curvas.
Nunca pensé que podría ir así de rápido enlazando curvas en un coche eléctrico de estas características que teóricamente no es el orientado a conducción deportiva. Lo cierto es que gira súper plano, apenas inclina su carrocería y gracias al centro de gravedad bajo que le otorgan las baterías en el piso, su paso por curva es excelente.
Sigue la línea que le marcas con el volante con facilidad, y además tiene una dirección que permite elegir entre normal, confort y sport, tres niveles en los que va modulando su dureza y agilidad. Es cierto que en ninguno de ellos es la dirección más comunicativa y que más información traslada al conductor, pero tampoco es ni mucho menos de las peores en este aspecto.
La toma de contacto fue de solo unas horas que dedicamos principalmente a hacerle kilómetros, fotos y vídeo, priorizando la conducción. En ese tipo de entornos, sacar conclusiones de los consumos medios es algo precipitado y lo haremos con más detalle cuando tengamos el Model Y durante una semana completa, pero lo que sí me pareció es que esos 21 kWh/100 km que marcaba el ordenador de abordo al término de esta toma de contacto eran ligeramente superiores a los que hubiese conseguido un Model 3 de idéntica configuración en ese tipo de recorrido.
El precio del Tesla Model Y con esta configuración mecánica es de 64.980€, más caro por tanto que la mayor parte de sus alternativas directas como el Ford Mustang Mach-e, el KIA EV6 y el Hyundai IONIC 5 entre otros, pero es cierto que el Tesla Model Y deja muy buen sabor de boca en la mayor parte de aspectos y, sobre todo, sigue teniendo una ventaja diferencial importante respecto a otros coches eléctricos: la red de carga rápida de Tesla.
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