El SEAT Ateca se ha renovado recientemente. Es la primera actualización del que fue el primer SUV de la marca y un modelo que ha llegado para quedarse, convirtiéndose en una estrella dentro de la firma de Martorell.
Ahora el Ateca tiene la responsabilidad de seguir vigente hasta la llegada de la segunda generación, y lo hace con una propuesta que parece ir en contra de las tendencias del mercado, sin ninguna opción eléctrica ni electrificada. Sólo con motores de gasolina y diésel pero que siguen siendo igualmente válidos.
SEAT Ateca: el primogénito cambia lo justo
Fue en 2016 cuando llegó el primer SUV de Martorell. El SEAT Ateca apareció en escena mucho después que otros competidores, pero lo hizo con una propuesta más que interesante y que le sirvió para ganarse un hueco en el mercado como uno de los coches más vendidos.
Y como era un producto que seguía funcionando bien ¿qué ha hecho SEAT cuando ha tocado renovarlo? Pues no tocarlo demasiado para no perder la esencia del modelo y seguir manteniéndolo como un producto reconocible y asociado al buen camino que estaba siguiendo estos años.
Así por fuera el SEAT Ateca sigue siendo tan Ateca como antes aunque con ligeros cambios. Parece que no hay modificaciones apenas pero casi todos los paneles de la carrocería son nuevos.
El frontal estrena una nueva parrilla de seis lados que se parece a la de otros productos de última hornada de la marca como el Tarraco o el León, y junto a ella se colocan unos nuevos faros LED, porque toda la iluminación se pasa al full LED en todas las versiones. Los intermitentes dinámicos traseros son nuevos.
Al primer vistazo el Ateca ha ganado muchos enteros sobre todo en esta versión Xperience que hemos tenido entre manos. Sustituye a la anterior Xcellence y le da un toque mucho más SUV que al mismo tiempo sirve para diferenciarla del acabado FR; así tenemos una variante más deportiva y otra más campera.
Incluso este color verde Dark Camouflage es específico del acabado Xperience y le sienta muy bien en combinación con una constelación de elementos pintados en color gris o de aspecto metálico como la propia parrilla, las inserciones del guardabarros, las taloneras, los retrovisores o las barras del techo.
También son nuevas las llantas, de 18 pulgadas en esta ocasión, y que forman parte de un conjunto de 10 diseños nuevos para decorar unos laterales con algo más de garra.
En la parte trasera los cambios son mínimos, con nuevos diseños para los pilotos, un paragolpes más robusto o el logotipo del Ateca ahora manuscrito sobre el portón trasero.
Bien de espacio interior, acabados correctos y algo más de tecnología
Si nos metemos en el interior del SEAT Ateca tenemos algunos cambios que siguen la línea del exterior: modernizar aquellos puntos que eran susceptibles de mejorarse.
Las tapicerías son nuevas y los acabados han mejorado en general aunque sigue habiendo una gran cantidad de plástico duro. Sí, duro, pero también hay que reconocer que bien tratado y bien ensamblado, sin crujidos ni grillos. Y sobre todo sin negro piano salvo algunos pequeños elementos aquí y allá.
En general el interior sigue las mismas líneas sencillas y prácticas del modelo saliente salvo por dos diferencias: la primera es el cuadro de mandos completamente digital que se incluye de serie en todos los acabados con un módulo de 10,5 pulgadas.
Esta pantalla no es la misma que se utiliza en modelos como el Tarraco y se nota una resolución algo menor, pero su practicidad es la misma. Se usan los mismos grafismos, los mismos menús y nos ofrece las mismas posibilidades de visualización. Todo correcto salvo por un funcionamiento un tanto confuso de algunos menús. No hay head-up display ni siquiera en opción.
En la parte central del salpicadero tenemos la otra gran diferencia. El sistema de infoentretenimiento adopta una posición elevada y recibe una nueva pantalla táctil de de 9,2 pulgadas en esta versión (8,25 pulgadas en los acabados inferiores) y la nueva generación de de software estrenada con el Tarraco.
Es un interfaz mucho más vistoso, tiene posibilidades de configuración y más opciones que antes, aparte de Full Link con Android Auto y Apple CarPlay y reconocimiento de lenguaje natural para los comandos de voz que se activa con la palabra secreta "¡hola, hola!".
El sistema nos ha dejado un poco fríos porque si bien luce mucho mejor, es más agradable y tiene buena respuesta, hay fases en las que se vuelve un tanto pesado. A veces es lento de reacciones, otras el control por voz no te entiende y también sufrimos problemas de conexión frecuentes con Android Auto. Desconocemos el origen de estos fallos.
Por debajo tenemos el módulo de la climatizado al que por suerte SEAT ha decidido mantener con mandos físicos. Todo un acierto en estos tiempos de digitalización. Un poco más abajo tenemos un hueco con plataforma de carga inalámbrica y dos tomas USB tipo C.
La configuración de los asientos y del interior es exactamente la misma, por lo que tenemos un habitáculo para cinco ocupantes. Los dos de las plazas delanteras tienen una buena dosis de espacio aunque visualmente el salpicadero queda alto. La consola central no resta demasiada sensación de espacio como ocurre en otros modelos de la competencia.
En las plazas traseras el espacio es bueno para otros dos ocupantes aunque las butacas podrían tener algo más de mullido y apoyo lateral. En la plaza central pasa lo típico: espacio justo y un túnel de transmisión que no ayuda a que sea más acogedora.
En la parte trasera el maletero es generoso para las versiones 4x2 con 510 litros, y algo menos para las que vienen equipadas con tracción integral 4Drive: 485 litros. Bien en cualquier caso, con un espacio aprovechable y apertura automática del maletero.
Ahora el diésel más potente se queda en 150 CV
Para esta actualización el SEAT Ateca prescinde de la mecánica diésel más potente que había hasta ahora. El bloque 2.0 TDI de 190 CV ya no está disponible y nos quedamos con el de 150 CV como el diésel más potente de la gama. Precisamente el que hemos probado asociado a la transmisión manual DSG de doble embrague y siete relaciones.
Lo primero que nos llama la atención del Ateca equipado con este motor es su nivel sonoro. Nada más arrancarlo notamos cómo la rumorosidad mecánica se cuela con facilidad en el habitáculo incluso al ralentí. Puede ser por comparación por haber probado justo antes el SEAT Tarraco, pero un Peugeot 3008 nos ha parecido mejor insonorizado.
Con 150 CV y 340 Nm de par motor nos parece una elección equilibrada y más que razonable, dejando el anterior 190 CV para quienes vayan a realizar trayectos habituales muy cargados o que valoren especialmente la respuesta del motor.
Para este caso nos ha gustado porque es un motor con buenos bajos y medios, que sabe jugar con el cambio de marchas al tiempo que ofrece una respuesta no brillante pero sí suficiente. En la zona alta del tacómetro no encontramos demasiada respuesta así que estirar las marchas sólo será útil en fases de aceleración súbita, como en un adelantamiento.
En este caso también nos encontraremos con una programación de la caja de cambios tirando a lenta, no por funcionamiento sino por reacciones: prima las marchas largas incluso cuando la llevamos en el modo S y el modo de conducción Sport.
Por lo general obviaremos la presencia de las levas del volante, pero ante un escenario de respuesta más inmediata lo suyo es reducir una o dos velocidades antes de afrontar un adelantamiento. Y ya, porque luego para subir marchas la caja de cambios sube sola cuando se acerca la aguja a la línea roja, así que la leva derecha es como si no estuviera.
A baja velocidad el embrague nos pareció que no trabaja con toda la progresividad que debería y engancha la primera a punta de gas de forma demasiado brusca. No nos quedó claro si es una cuestión de esta unidad en concreto o si es algo generalizado.
Por lo demás es un coche que se mueve bien en entornos tanto urbanos como interurbanos, con prestaciones correctas y un nivel razonable de confort gracias a unas suspensiones con una clara vocación suave. De hecho tanto frenando como entrando fuerte en curvas notaremos cómo la carrocería se inclina notablemente. A cambio, sobre firmes rotos o firmes adoquinados o empedrados.
A nivel de chasis no tenemos cambios. Es decir, es el mismo SUV que ya era antes, con ese toque dinámico que le pone SEAT a sus coches y que convirtieron al Ateca en uno de los preferidos para aquellos que busquen un tacto relativamente rápido. Sí puede equipar suspensión adaptativa, que se puede endurecer ligeramente más con un modo Sport.
La dirección por lo tanto se mantiene como una de las mejores de la categoría, con un tacto preciso, el peso justo y la información suficiente para disfrutar si así lo queremos en un tramo de curvas. No, no es un compacto deportivo, pero es que no hace falta serlo para que el coche nos ofrezca feedback sobre lo que está pasando sobre el asfalto.
Las ayudas a la conducción son otra de las bazas de esta actualización, ahora con control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril y frenada automática de emergencia que le permiten desarrollar conducción semiautónoma de nivel 2.
Además hay que sumar el asistente de tráfico cruzado, asistente precolisión o la alerta de vehículos en el ángulo muerto, además del reconocimiento de señales de tráfico.
También nos hemos salido de lo asfaltado con el Ateca, y aunque esta variante Xperience trata de reforzar su apariencia campera, lo cierto es que más allá de la altura libre y la posición de conducción no ofrece grandes ventajas fuera del asfalto.
Sí es cierto que podrá llegar más lejos que un compacto sin enganchar los bajos y que las suspensiones con un tarado relativamente confortable ayudan, pero esa ventaja se pierde con unas llantas de 18 pulgadas y neumáticos de perfil bajo que apenas filtran las irregularidades.
El SEAT Ateca sigue siendo una apuesta segura
En general el SEAT Ateca nos ha parecido el mismo SUV altamente recomendable que venía siendo hasta ahora, pero con matices. Por más o menos el mismo precio tenemos un todocamino equilibrado, espacioso y práctico, pero esta actualización le ha venido bien porque la calidad percibida es superior.
El volante nuevo, el sistema de infoentretenimiento y otros cambios que podrían pasar desapercibidos se convierten en una sensación más agradable que antes en el día a día. Vale, igual no es tan vistoso ni por dentro ni por fuera que un Peugeot 3008, pero tampoco es ese el juego en el que se quiere meter el Ateca.
Sí nos ha parecido que el consumo del SEAT Ateca es relativamente alto. No es un coche al que hayamos dado un ritmo especialmente alto (el Tarraco se llevó esa parte), y nos hemos encontrado unas cifras de consumo sensibles.
Mientras que la cifra homologada según ciclo WLTP es de 5,1 litros a los 100 km, el resultado final que nos ha arrojado el ordenador de abordo ha sido de 6,7 l/100 km.
Los precios del SEAT Ateca parten de 24.280 euros para la versión 1.0 de gasolina para el acabado Reference, situándose en la misma franja de precios que el modelo anterior. Este Ateca en acabado Xperience GO XL arranca en 32.173 euros; un precio razonable.
El Peugeot 3008 con motor diésel de 130 CV S&S EAT8 es algo más barato por 30.500 euros, el Hyundai Tucson diésel de 136 CV microhíbrido se pone en 40.975 euros y el Kia Sportage con una configuración similar ronda los 35.000 euros, aunque está a punto de llegar su relevo.
Y precisamente mirando a su competencia tenemos otra de las carencias de la gama Ateca. La plataforma antigua que utiliza el modelo impide que se pueda implementar cualquier tipo de electrificación mientras que sus competidores directos sí lo ofrecen en sus catálogos.
Para ver un Ateca eléctrico o como mínimo electrificado tendremos que esperar al menos tres años hasta que le toque el relevo generacional. Mientras tanto seguiremos disfrutando de la oferta actual, que nos ha parecido una reafirmación de los motores térmicos en un mercado que como poco tiende a lo híbrido.
SEAT Ateca 2021 - Valoración
7,2
A favor
- Estética renovada
- Polivalencia y practicidad
- Interior agradable
- Motor correcto
En contra
- Consumo relativamente alto
- Ni rastro de hibridación
- Neumáticos de perfil bajo para salir del asfalto
- Motor rumoroso
Le costó llegar al mercado al primer SUV de SEAT, pero cuando lo ha hecho el SEAT Ateca lo ha hecho con fuerza y para quedarse. Las cifras de ventas así lo avalan y había que darle un poco de cariño a mitad de su ciclo de vida.
El Ateca se ha convertido en un referente en nuestro mercado porque quizá sea un SUV que no destaca en nada, pero lo hace todo muy bien con unas altas dosis de equilibrio.
Pero si hay algo que destacar en el Ateca es ese punto de comportamiento dinámico que sabe sacar a relucir SEAT en sus modelos, consiguiendo un coche que se mueve con agilidad sin perder practicidad. Eso ya lo sabíamos de antes pero ahora recibe una imagen más actual y un interior más sofisticado, más cuidad y con mejor tecnología.
SEAT Ateca 2021 - Ficha técnica
SEAT Ateca x-perience |
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Motor |
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TIPO |
Diésel, cuatro cilindros en línea, 1.968 cc |
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POTENCIA MÁXIMA |
150 CV a 3.500 - 4.000 rpm |
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PAR MÁXIMO |
340 Nm a 1.750 - 3.000 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática de siete relaciones |
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TRACCIÓN |
Delantera |
dimensiones |
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LARGO |
4.381 mm |
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ANCHO |
1.841 mm |
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ALTO |
1.615 mm |
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BATALLA |
2.638 mm |
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PESO |
1.514 kg |
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CAPACIDAD MALETERO |
510 litros |
Prestaciones y consumos |
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0-100 KM/H |
9 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
202 km/h |
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CONSUMO HOMOLOGADO (WLTP) |
5,1 l/100 km |
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CONSUMO MEDIO PRUEBA |
6,7 l/100 km |
precio |
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34.300 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por SEAT. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |
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