SEAT sigue con su ofensiva en el terreno de los SUV. Después del SEAT Ateca (un coche de conquista para la marca) y antes del futuro SUV de hasta siete plazas (del cual aún no conocemos su nombre), la firma española lanza al mercado su propuesta de B-SUV, el SEAT Arona.
SEAT, no puede estar ausente del lucrativo mercado de los SUV urbanos (1,3 millones de unidades en Europa en 2016 de las cuales 129.954 se vendieron en España) y dejar que los Renault Captur, Opel Mokka X, Nissan Juke, Mazda CX-3 y Peugeot 2008 ocupen los primeros puestos. El Arona, emparentado con el SEAT Ibiza, llega con la firme intención de hacerse con una plaza privilegiada en el mercado.
El SEAT Ateca está resultando siendo todo un éxito para la marca. Y es que en lugar de restarle ventas al Seat León, como se podía temer, se ha convertido en un coche de conquista (atrae a nuevos clientes) y completa la oferta del León. En Martorell lo tienen claro, la clientela pide SUV de todos los tamaños. Ahora llega el hermano pequeño del Ateca, el Arona.
El SEAT Arona completa la oferta de la marca en el segmento de los ocches urbanos polivalentes. Al igual que en Renault está el dúo Clio-Captur, por ejemplo, en SEAT tenemos ahora al Ibiza-Arona. Y es que el Arona comparte plataforma MQB A0 con el SEAT Ibiza (y el Volkswagen Polo). De hecho, el Arona es básicamente un SEAT Ibiza sobreelevado. Aunque sí tiene un diseño propio, unas dimensiones y un desarrollo específicos que le confieren una personalidad propia (al menos al exterior).
En términos de diseño, el Arona es indudablemente un SEAT y utiliza todas las señas de identidad de la marca, como los faros LED diurnos en forma de triángulo por citar el más evidente. El toque de originalidad viene dado por la presencia de la pintura bicolor y la franja plateada que separa visualmente el techo del resto de la carrocería.
Gama de motores limitada pero con mucha personalización
Estéticamente, el Arona destaca por su elevado nivel de personalización. Con la posibilidad de optar por techos y retrovisores en colores de contraste o unidos, con la franja lateral y los diferentes acabados, destacando el Xcellence y FR, hay en total 68 combinaciones de colores posibles para el Arona. Y la personalización también se aplica en el interior con la posibilidad de optar por un salpicadero y paneles de puertas en color o en “cuero” con costuras rojas (acabado FR).
Con 4,13 m de largo y 1,54 m de alto con una altura libre de 19 cm, el Arona es casi 8 cm más largo y 10 cm más alto que el SEAT Ibiza, mientras que la distancia entre ejes es 97 mm más larga en el Arona con respecto al Ibiza.
La gama de motores, en el momento del lanzamiento, incluye tan sólo un propulsor diésel y un gasolina, ambos con dos niveles de potencia. En diésel, se trata del 1.6 TDI disponible en 95 CV y 115 CV y únicamente disponible con los acabados Reference, Style y Xcellence. En gasolina, la oferta es algo más amplia. Al tres cilindros turbo 1.0 TSI de 95 y 115 CV, se añadirá en breve la presencia del 1.5 TSI de 150 CV como tope de gama. A destacar que en 2018 llegará una versión CNG (gas natural comprimido) que funcionará tanto con CNG como gasolina.
A bordo del Arona
Una de las razones del éxito de los SUV en el mercado es por la facilidad de acceso a bordo que ofrecen. Con una población cada vez mayor, la facilidad de entrar y salir de un coche son elementos claves en el diseño de un coche popular. Así, el Arona que ofrece un asiento con una base 50 mm más alta con respecto a un Ibiza hace que ya no tengamos que dejarnos caer en el coche sino simplemente sentarnos a bordo.
Una vez sentados vemos que el salpicadero, los paneles de puertas e incluso los asientos son exactamente los del Seat Ibiza. La ergonomía es muy buena. Por ejemplo, es muy fácil encontrar una posición de conducción ideal -idéntica a la del Ibiza, no tienes la sensación de conducir un SUV- y el cuadro de instrumentos es muy legible (estará disponible una versión 100 % digital en 2018).
En términos de acabados, estamos en un caso similar, por no decir idéntico al del Ibiza. Algunos plásticos siguen siendo demasiado duros al tacto. Unos acabados más cercanos a los del León habría sido deseable. Especialmente en un coche, cuyo precio de base -de tarifa- es de 17.300 euros.
De todos modos, la calidad percibida es superior a la de un Renault Captur u Opel Mokka X, pero ligeramente inferior a la de un Mazda CX-3. Destaca especialmente la pantalla táctil de 8 pulgadas (opcional) del sistema de infoentretenimiento que domina toda la consola central.
Con una pantalla de cristal similar a la de los smartphones, ofrece una calidad visual y de tacto superior a la del León (aunque sean el mismo sistema). En términos de conectividad, el sistema es compatible con Apple Car Play, Android Auto y Mirror Link. También cuenta con un cargador inalámbrico para el móvil (según los dispositivos compatibles) y amplificador de antena GSM.
Los casi 10 cm más de batalla del Arona con respecto al Ibiza no aportan una diferencia notable en términos de habitabilidad (sospecho que la mayor distancia entre ejes se debe a una cuestión de comportamiento dinámico, pero os lo cuento más adelante).
Así, la habitabilidad, especialmente en las plazas traseras, es similar al de resto de sus rivales. Es decir, dos adultos pueden viajar con comodidad detrás, la tercera plaza central siendo puramente anecdótica (debido al túnel central de la tracción integral indisponible en el Arona, pero que sí tendrá el Volkswagen T-Roc con plataforma MQB). Aquí, el Arona no se impone como líder, como sí lo hizo el Ibiza.
A destacar algo que para algunos puede ser una laguna importante, pero que personalmente siempre considere prescindible en cualquier coche: los asideros de techo. El Arona no tiene el típico asidero en el techo -ni siquiera en opción- con el que los pasajeros se sujetan como si viajasen de pie en un autobús.
Del mismo modo, la banqueta trasera no es desplazable longitudinalmente para ampliar la capacidad del maletero o favorecer el espacio en el habitáculo, como sí posee el Citroën C3 Aircross.
Sin embargo, el Arona ofrece la ventaja de un maletero de 400 litros (355 litros en el Ibiza) con un umbral de carga bastante bajo y una abertura muy amplia, por lo que es muy aprovechable. Por supuesto, el respaldo de los asientos traseros es abatible asimétricamente (1/3-2/3).
Se conduce como un Ibiza
Al volante, los ingenieros de SEAT ya tenían una buena base en el Ibiza para desarrollar el Arona. El chasis consigue una buena síntesis entre confort y dinamismo. La suspensión es suficientemente firme para que apenas haya balanceo en las curvas (al menos, con respecto a sus rivales).
La mayor distancia entre ejes (+97 mm) con respecto al Ibiza sirva para que el Arona, a pesar de un centro de gravedad ligeramente más alto, conserve el aplomo y al estabilidad del Ibiza. Y por supuesto, conserva la agilidad propia de un coche urbano. De nuevo, no se tiene la sensación de conducir un SUV sino un Ibiza.
El motor 1.0 TSI, a pesar de su limitada cilindrada, es un motor muy flexible y lleno de vida gracias, claro está, al turbo. Entrega 200 Nm de 2.000 rpm a 3.500 rpm, lo que le permite recuperaciones muy dignas y moverse con soltura en cualquier circunstancia, como incorporarse a vías rápidas o efectuar adelantamientos.
El diésel, por su parte, se muestra algo más ruidoso que el gasolina, pero es también muy flexible y muy capaz. El único bemol del Arona con respecto al Ibiza es la rumorosidad. Los ruidos aerodinámicos, especialmente a partir de 120 km/h, son más evidentes que en el modelo que toma por base.
Conclusión y precios
La gama del Seat Arona debuta en 17.300 euros para el 1.0 TSI de 95 CV con acabado Reference Plus y 19.320 euros para el 1.6 TDI de 95 CV con el mismo acabado Reference Plus. Frente a sus numerosos rivales (Renault Captur, el Opel Mokka X, Nissan Juke, Citroën C3 Aircross, Kia Stonic, Hyundai Kona y Peugeot 2008, etc), el SEAT Arona no apuesta por precios de derribo (se sitúan en la media del mercado) sino por la sustancia, el contenido.
Precio | |
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1.0 TSI 95 CV REFERENCE PLUS | 17.300 euros |
1.0 TSI 95 CV STYLE | 18.860 euros |
1.0 TSI 115 CV STYLE | 19.480 euros |
1.0 TSI 115 CV DSG 7 STYLE | 20.790 euros |
1.0 TSI 95 CV XCELLENCE | 21.240 euros |
1.0 TSI 115 CV XCELLENCE | 21.860 euros |
1.0 TSI 115 CV DSG 7 XCELLENCE | 23.170 euros |
1.0 TSI 115 CV FR | 21.860 euros |
1.0 TSI 115 CV DSG 7 FR | 23.270 euros |
1.6 TDI 95 CV REFERENCE | 19.320 euros |
1.6 TDI 95 CV STYLE | 20.880 euros |
1.6 TDI 95 CV FR | 23.260 euros |
Cuenta con todo lo necesario para triunfar: motores con brío y consumo contenido (toda la gama está exenta del impuesto de matriculación), numerosas posibilidades de personalización, un equipamiento de serie correcto, una buena habitabilidad y un gran maletero que completa su polivalencia. Al final, el Seat Arona entra en el restringido club de los B-SUV que sí recomendaría (compuesto hasta ahora por los Mazda CX-3 y Peugeot 2008).