Probamos la Mercedes-Benz EQV: una furgoneta eléctrica de lujo con hasta 482 km de autonomía, desde 79.084 euros

La Mercedes-Benz EQV es la furgoneta eléctrica de referencia, ya está disponible en España y ya la hemos probado. Es un vehículo especial, al menos para nosotros, pues está fabricada en Vitoria y se postula sin complejo como el vehículo más caro fabricado en nuestro país.

Con un inequívoco aire premium, la EQV llega con 201 CV de potencia 100% eléctrica y casi 500 km de autonomía en el mejor de los casos para un monovolumen con muchísimo espacio interior.

Mercedes-Benz EQV: espacio y aires de lujo

La Mercedes-Benz Clase V es todo un referente en la categoría de monovolúmenes. Es un vehículo de tipo monovolumen grande posicionado en lo alto de la pirámide que va de lo generalista a lo premium, y la firma alemana se ha decidido a lanzar una versión totalmente eléctrica y con muy buenas capacidades.

Es la Mercedes-Benz EQV, y es el segundo coche 100% eléctrico lanzado dentro de la familia EQ después del SUV eléctrico Mercedes-Benz EQC. En realidad ya es un concepto con solera, pues hace 10 años Mercedes-Benz ya ofreció una corta serie de Vito eléctricas que fue el germen de la eVito de producción lanzada hace dos años. Esta familia de furgonetas eléctricas se ha complementado con la Mercedes-Benz eSprinter grande y que se completará con el aterrizaje en 2022 con una versión 100% eléctrica de la próxima Mercedes-Benz Clase T compacta.

Aprovechando el tirón de la Clase V actual, la Mercedes-Benz EQC hace gala de un exterior donde apenas hay cambios con respecto a las versiones de combustión. Esta furgoneta eléctrica sólo se distinguirá en el exterior por las insignias específicas del modelo, una parrilla propia (que no es ciega), llantas aerodinámicas de diseño único y una zaga rematada por un perfil AMG.

Obviamente también es exclusiva de esta versión de cero emisiones la tapa para la toma de corriente, colocada bajo el faro delantero izquierdo. Por lo demás es exactamente igual a cualquier otra Clase V, manteniendo ese diseño del frontal de líneas fluidas y modernas y que contrastan con el resto de la rectilínea carrocería y proporciones cuadradas.

En el interior también pasa lo mismo, siendo una furgoneta extremadamente amplia en todas sus plazas. Su configuración básica es de seis ocupantes, pero se pueden escoger diferentes configuraciones de asientos para una modularidad casi total. Mientras tanto, con tres filas de asientos todavía queda espacio de sobra en el maletero cuya apertura por cierto es eléctrica de serie.

Sentados en el puesto de conducción tenemos un entorno que se asemeja al de los coches de la marca de la estrella, aunque no los de las últimas generaciones, pero casi. El volante multifunción tiene tacto y dimensiones de turismo, con un tacto agradable cuyos brazos y botones son de plástico un poco de batalla. Tacto robusto pero sencillo.

Por detrás el cuadro de mandos es de doble esfera, como el utilizado en los coches de Mercedes-Benz hace algunos años. Se ha adaptado para ofrecer toda la información necesaria: la esfera izquierda con el velocímetro y el indicador de carga, la esfera derecha con el porcentaje de potencia usada/recargada y entre medias una pantalla central digital con la información sobre el viaje, estadísticas, parciales, navegación, modos de conducción...

Los guarnecidos del salpicadero están acolchados en las piezas superiores aunque sin alardes, el resto son piezas duras. Nos llamó la atención la pieza central, con el touchpad para el sistema de infoentretenimiento, colocada sobre una gran pieza de plástico liso y duro cóncavo de aspecto poco elaborado y que será un punto donde se acumulará suciedad con el uso.

La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 10,25 pulgadas, es táctil y cuenta con MBUX de serie. Su orientación no es óptima al estar muy plana. Las indicaciones del GPS a pantalla partida quedan demasiado a la derecha y hay que desviar mucho la mirada.

Movimiento lineal y autonomía solvente

Giramos la llave para arrancar. Porque en la EQV no está disponible el acceso y arranque tipo keyless. Silencio absoluto, pero el cuadro de mandos dice que ya hemos arrancado, así que colocamos la palanca en la posición D y comenzamos a movernos.

El tacto de la dirección es muy asistido, bastante suave e incluso con cierto recorrido muerto en los primeros grados de giro del volante; suponemos que para dar sensación de ligereza al conjunto. Se mueve bien entre los coches y en curvas se percibe grande, pero no especialmente pesada gracias a la posición muy baja del centro de gravedad. Donde sí se nota el peso es en los baches, con una suspensión que notamos algo blanda en compresión y reactiva en la fase de extensión.

Los modos de conducción son cuatro en total: E+, E, C y S. Se reparten de mayor eficiencia a mejores prestaciones, y se nota una sensible diferencia entre unos y otros con una entrega sensiblemente apaciguada en los más parcos.

El motor eléctrico está situado bajo el capó, en una posición convencional, y genera 150 kW (201 CV) de potencia máxima y 362 Nm de par motor que mueven las ruedas delanteras. En el más prestacional de los modos tenemos por lo tanto un conjunto que en la práctica se mueve bien, de manera suave y confortable.

Quizá por el tipo de vehículo que es, no nos ha sorprendido como en otros eléctricos la entrega de la potencia. En este caso es muy lineal, sin esa sensación de pegada. Empuja bien desde la salida y es contundente para ir perdiendo fuelle progresivamente. Las recuperaciones a partir de 70 km/h son suficientes, sin alardes. La velocidad máxima está limitada a 160 km/h.

Probablemente estas apreciaciones hayan sido deliberadas por la marca para que la Mercedes-Benz EQV maximice su autonomía. Bajo el suelo está instalada una gran batería de 100 kWh de capacidad total, con 90 kWh de capacidad útil. La autonomía anunciada por la marca es de 357 km según ciclo WLTP en uso combinado y 482 km en ciudad. En este primer contacto no hemos podido sacar conclusiones con respecto al consumo, así que este punto lo analizaremos debidamente en una prueba completa.

De manera colateral, para la instalación de la batería se ha elevado ligeramente el conjunto (20 mm) manteniendo una altura libre equivalente, mientras que la masa máxima autorizada se ha ampliado hasta los 3.500 kg para no pillarse los dedos por el considerable incremento de peso asociado al sistema eléctrico.

Para proteger la batería la marca también ofrece opcionalmente una suspensión neumática que puede elevar 27 mm la furgoneta hasta 27 km/h. Una batería que está garantizada por la marca hasta ocho años o 160.000 km.

Siguiendo con la conducción, la Mercedes-Benz EQV dispone de cinco modos de frenada regenerativa: D--, D-, D, D+ y DAuto. En el modo D-- la retención se acentúa hasta requerir un proceso de adaptación. Cuando soltamos el acelerador la EQV se frena mucho, así que el freno apenas tenemos que accionarlo. En cambio para avanzar por inercia deberemos mantener ligeramente pisado el pedal derecho. En modo D+ la retención es prácticamente nula.

El modo DAuto funciona de manera automática (perdón por la obviedad). Haciendo uso de los sensores frontales, la Mercedes-Benz eléctrica puede leer la situación del tráfico y la orografía, regulando en tiempo real cuánta retención nos ofrece. Funciona bien, pero genera cierta incertidumbre y al final acabamos haciendo un uso casi normal del pedal de freno.

En lo referente a tiempos de recarga la EQV puede soportar hasta 110 kW de potencia máxima en carga rápida, consiguiendo una carga del 10 al 80% en 45 minutos. En AC trifásico con máximo de 11 kW la carga completa de 0 a 100% es de 10 horas, con 13 horas para un enchufe monofásico doméstico de hasta 7,4 kW.

Mercedes-Benz EQV: desde 79.084 euros

La Mercedes-Benz EQV ya está disponible en nuestro mercado, partiendo de un precio de 79.084 euros para la versión larga y 79.878 euros para la versión extralarga. Estos precios son sin descontar las posibles ayudas a la compra. El Plan MOVES no se le puede aplicar por precio, pero a cambio Mercedes-Benz sí ofrece el Plan EQV equivalente, además de campaña de lanzamiento y cuatro años de mantenimiento.

La marca ofrece asesoramiento técnico personalizado para la instalación de un punto de carga en domicilio y condiciones preferentes en puntos de carga de Iberdrola. Además, para facilitar el acceso a este tipo de vehículo eléctrico, Mercedes-Benz ofrece un programa de movilidad diésel con una Clase V equivalente disponible durante 30 días al año en el mismo concesionario de la compra durante los dos primeros años, porque Mercedes-Benz confía en que dentro de dos años ya haya una infraestructura suficiente para largos desplazamientos en coche eléctrico.

Para 2021 la firma de la estrella tiene programado el lanzamiento de una segunda versión de la Mercedes-Benz EQV, pero con una batería de menor capacidad, de 66 kWh cuyo precio será más accesible.

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