En un mercado donde los SUV se están comiendo cada vez una porción más grande del pastel, no sólo se están quedando con hambre las berlinas; a los monovolúmenes, tiempo atrás vehículos muy populares gracias a su practicidad, apenas les están quedando ahora unas pocas migajas.
Pero no todo está perdido, aún quedan algunos integrantes de esta categoría que en la actualidad ha derivado hacia tamaños medios, más razonables y de concepto algo más urbano como el Mercedes-Benz Clase B que acabamos de probar. Un coche con muchos puntos a favor donde el espacio brilla.
Mercedes-Benz Clase B: la resistencia práctica
Se nota que los gustos del mercado están evolucionando en una dirección clara. Ver a un coche de carrocería monovolumen resulta incluso extraño entre tantos cuerpos sobreelevados y por eso las proporciones del Mercedes-Benz Clase B chocan de un primer vistazo.
Con 4.419 mm de largo por 1.796 mm de ancho y 1.562 mm de alto, el Clase B podría tener las medidas de cualquier coche compacto (salvo por la altura algo más amplia), pero su cuerpo está influido claramente por un estilo monovolumen: morro chato, voladizos cortos y sin muchas florituras.
El toque picante en este modelo lo pone como de costumbre en la marca de la estrella un paquete AMG con diferentes niveles. La unidad que hemos probado podríamos decir que tiene el 'paquete AMG nivel 1' con llantas de 18 pulgadas, paragolpes deportivos, difusor trasero con salidas (falsas) de escape y el paquete "Night" que complementa con elementos acabados en negro alto brillo.
No es sencillo hacer un coche sugerente dentro de este segmento, pero jugando con el lenguaje de diseño de la marca Mercedes-Benz ha conseguido crear una imagen algo más atractiva que la competencia, aunque no hay tampoco una gran diferencia y en cuestión de gustos manda la subjetividad.
Pasando al interior el Clase B destaca por un acceso muy sencillo. El asiento está situado a una altura media, ni bajo como en una berlina, ni elevado como en un SUV (el asiento está casi 9 cm más alto que en un Clase A). Cerramos la puerta y nos sumergimos en un habitáculo marca de la casa, totalmente en la línea de las últimas creaciones de la casa alemana, casi fusilado al del Clase A.
El salpicadero está presidido por un cuadro de mandos completamente digital que se extiende a la consola con una segunda pantalla que controlaremos con el touchpad situado en el túnel de la transmisión. Su visualización es calcada al del resto de modelos que utilizan esta configuración en la marca: moderna, limpia y muy agradable de utilizar.
El volante es el deportivo AMG multifunción incluido con el paquete de equipamiento del mismo nombre. Los botones del lado izquierdo nos servirán para controlar el cuadro de mandos y los del lado derecho las funciones de la pantalla central. Su funcionamiento es preciso y, además, intuitivo pese a la profundidad de los menús y las opciones disponibles.
Existen varios huecos aprovechables para dejar objetos, tanto en las puertas como en la parte inferior de la consola (con tapa corredera) y una guantera profunda muy aprovechable. De lo que hay demasiado en este interior es negro piano: como de costumbre bonito para las fotos, pero excesivamente poco agradecido en el día a día.
Un interior con muchas luces y algunas sombras
Nos disponemos a salir y tras arrancar el motor a golpe de botón nos saluda un sonido familiar, muy diésel, y relativamente bien insonorizado. Engranamos la D en la caja de cambios automática de doble embrague y nos ponemos en marcha de una forma suave. Los primeros metros nos hacen un spoiler: es un coche confortable.
Este adjetivo puede aplicarse a la mayoría de los aspectos a tener en cuenta, y es que este monovolumen compacto funciona bien, con el firme propósito de agradar a sus ocupantes. Los asientos delanteros son cómodos, con un buen mullido y un apoyo lateral decente.
En la parte trasera destaca la cantidad de espacio disponible. Utilizando a un voluntario de 1,92 metros de estatura comprobamos que alguien de su talla cabe sin mayores problemas en las plazas traseras, con espacio más que suficiente para las rodillas, buena altura para la cabeza pese a la caída del techo y mucho, mucho espacio bajo los asientos delanteros para colocar los pies.
Sí echamos de falta que en un coche pensado con el propósito fundamental de ser práctico y multipropósito la banqueta trasera sea sólo regulable longitudinalmente de manera opcional. Una característica que otros coches de otros segmentos sí equipan de serie.
Además, la banqueta está dividida en una proporción 40-20-40, lo que se traduce en una distribución óptima para cuatro ocupantes y facilita la instalación de una o dos sillitas de bebé, pero a cambio se penaliza con una plaza central poco aprovechable.
Otro de los puntos clave de un coche así es el maletero, y el Mercedes-Benz Clase B aprueba sin demasiados alardes con 455 litros. Es aprovechable gracias a tener una buena altura disponible, pero en longitud no es demasiado extenso. Si abatimos los asientos tenemos un suelo casi plano y un volumen disponible de 1.540 litros.
Un coche cómodo y práctico para todos
En marcha, especialmente en ciudad, el Clase B se comporta como un coche para todo. Da la sensación de ser el coche perfecto para el día a día si nos atenemos a una dirección extremadamente ligera, unas suspensiones que digieren con eficacia los baches y una buena insonorización interior. Se siente cómodo entre el tráfico urbano.
Pero no es en la ciudad donde mejor podemos hacernos una idea de lo que es capaz un coche, así que nos vamos a buscar un terreno más abierto y buscamos las primeras vías rápidas. En autopista mantiene la misma tónica con un carácter amable con sus ocupantes. Resulta un coche interesante para trayectos largos gracias a las cualidades que comentamos hace unas líneas, aunque con salvedades.
El Clase B es un coche amplio y confortable, pero eso tiene una contrapartida. Las suspensiones son blandas, denotando un carácter bonachón que no digiere bien los apoyos fuertes. La carrocería cede hacia el exterior y la dirección poco informativa no ayuda a sentir la sensación de aplomo que encontramos infinitamente más acentuada en un Clase A.
Seleccionando el modo de conducción Sport estos puntos pueden mitigarse relativamente. También cambia el carácter del motor, dejando que la caja de cambios estire más las velocidades y enfatizando la respuesta del acelerador.
En ciudad y sin buscarle las cosquillas en autopista, el motor de cuatro cilindros 2.0 turbodiésel se comporta de maravilla. Sus 150 CV son muy aprovechables, pero sobre todo los 320 Nm de par motor disponibles desde tan solo 1.400 revoluciones por minuto. Ahora bien, cuando queremos acelerar el paso se nota que le falta entrega, sobre todo estirada en la zona alta, aunque el buen funcionamiento de la caja de cambios lo maquilla.
Precisamente la caja de cambios 8G-DCT automática de doble embrague se comporta mejor en carretera. En ciudad, a baja velocidad y en según qué situaciones, tiene algunos cambios un tanto toscos que pueden sorprender: por ejemplo, maniobrando dentro de un aparcamiento.
Mercedes-Benz se está esforzando por ser un referente tecnológico en todos los segmentos, y en este Clase B se incluye también el Mercedes-Benz User Experience (MBUX) de inteligencia artificial con reconocimiento de voz sin pulsar botones. Su funcionamiento es correcto aunque en este modelo percibimos mayor dificultad para comunicarnos con los comandos que en otros modelos que hemos probado recientemente, pero desconocemos el motivo.
A nivel de seguridad, de serie el Mercedes-Benz Clase B equipa freno de emergencia en ciudad con detección de peatones, avisador de ángulo muerto y alerta de cambio de carril. Este último nos resultó un intrusivo y especialmente alarmante en cómo avisa si pisamos una línea continua lateral, frenando de manera súbita las ruedas del lado contrario y devolviendo el coche al carril.
Mercedes-Benz Clase B: comprometido con la comodidad
El precio de partida para el Mercedes-Benz Clase B 200d es de 34.995 euros, pero el precio de la unidad que hemos probado con todo el equipamiento opcional instalado supera los 43.000 euros. En este sobreprecio se incluye asistente de aparcamiento con cámara trasera, navegador, acceso y arranque sin llave, MBUX, amortiguación regulable o faros LED.
En cambio hay elementos que echamos en falta dentro del equipamiento de serie como el control de velocidad de crucero activo (Distronic), la apertura sin manos del maletero o las luces de carretera automáticas. También es opcional el asistente de conducción con guiado de carril, y no es barato: 2.401,85 euros.
Su rival más directo en el mercado es también alemán. El BMW Serie 2 Active Tourer con el motor 218d y cambio automático (no doble embrague) arranca en 33.928, algo más de 1.000 euros más barato, mientras que un Volkswagen Golf Sportsvan 2.0 TDI (que no tendrá sucesor) menos equipado y sin ser premium parte de 30.395 euros. Por tamaño, el Volkswagen Touran pertenecería a un segmento superior.
Sí hay que reconocerle al Clase B 200d que lo hace muy bien en lo referente al consumo. La aerodinámica está bastante trabajada y junto con las medidas de ahorro como el modo vela o la desconexión del motor y el uso del modo Eco conseguimos realizar una media de 5,9 litros a los 100 km, 0,8 litros por encima de la cifra homologada.
En resumidas cuentas el Mercedes-Benz Clase B es un coche bien hecho, que da sensación de calidad por fuera y por dentro y que tiene un confort de marcha elevado, aunque hay que reconocer que a nivel de conducción esperábamos un tacto más sólido, más propio de un coche del segmento premium. La dirección excesivamente filtrada y las suspensiones blandas restan aplomo al conjunto.
Mercedes-Benz Clase B - Valoración
7.3
A favor
- Buen espacio interior
- Confort de marcha elevado
- Diseño atractivo
- Consumo ajustado
En contra
- Suspensiones demasiado blandas
- Carencias de equipamiento
- Exceso de negro piano
- Dirección poco comunicativa
Mercedes-Benz Clase B - Ficha técnica
Versión probada | Clase B 200d | |||
Cilindrada | 1.950 cm³ | Tipo de tracción | Delantera | |
Bloque motor | Cuatro cilindros en línea turbo | Combustible | Diésel | |
Potencia | 150 CV a 3.400 - 4.400 rpm | Capacidad del depósito | 43 litros | |
Par motor | 320 Nm a 1.400 - 3.200 rpm | Consumo urbano | N/D l/100 km | |
Masa en vacío | 1.535 kg | Consumo extraurbano | N/D l/100 km | |
Velocidad máxima | 219 km/h | Consumo combinado | 5,1 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 8,3 segundos | Capacidad maletero | 445 litros | |
Transmisión | 8G automática de doble embrague | Precio | Desde 34.995 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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