Ya ha llegado a España el nuevo BMW X3 M, la versión más deportiva y prestacional del SUV medio de BMW. Disponible en dos acabados, uno de 480 CV y otro de 510 CV, ya lo hemos probado y este ha sido el sabor de boca que nos ha dejado.
En esta versión, el hasta ahora racional, discreto y tranquilo BMW X3 ha mutado por completo para convertirse en un coche que a simple vista llama la atención por muchos detalles que le hacen ser diferente.
No deja indiferente
Comenzando por orden de delante a atrás, en el frontal encontramos un paragolpes completamente rediseñado, con unas formas muy marcadas y unas entradas de aire de gran tamaño tanto en los laterales como en la zona central.
Los riñones clásicos de BMW tienen láminas verticales dobles. Van pintados íntegramente en color negro en la versión Competition, manteniéndose en acabado metálico en los de “solo” 480 CV.
En la vista lateral, sus 4,73 metros de largo y carrocería SUV de estilo tradicional, tienen un aspecto muy robusto y llega a parecer más grande de lo que realmente es. En cotas es idéntico a su hermano el BMW X4 M, pero a la vista se ve muy diferente, tanto que no parecen compartir base.
Las carcasas de los retrovisores con el acabado típico que lucen hoy en día todos los BMW M, los Air Breathers situados en las aletas delanteras que van pintados en negro en las versiones Competition, el alerón más generoso sobre el portón posterior y las cuatro salidas de escape, situadas por parejas a cada lado del coche y pintadas también en negro en los Competition, son las guindas de un pastel muy apetitoso a simple vista.
Por si todo eso fuese poco, las llantas de serie de los X3 M son de 20 pulgadas en las versiones normales, de 21 pulgadas en los Competition y de 22 en opción. No, no animan a sacarlo del asfalto y además en ningún caso pueden esconder frenos carbono cerámicos, porque no se ofrecen ni como extra.
Un interior a la altura
A la altura adecuada a un SUV, porque llama la atención cuando te sientas al volante del BMW X3 M que estás en un auténtico M pero en una posición distinta a la habitual.
El volante específico de aro ancho y mullido, perfectamente acabado con su cuero y las costuras tri-color, o los asientos deportivos que agarran muy bien, pueden hacer que si te vendan los ojos no sepas diferenciar si estás sentado en un M4 o en un X3 M.
Pero la realidad es que, aunque los reglajes eléctricos de la banqueta permiten situar esta muy abajo, el coche es un SUV y eso hace que veas la carretera desde una perspectiva muy distinta a la de un M4.
Por lo demás, la calidad de los acabados y materiales que se emplean en las distintas partes que componen el interior, es sencillamente sublime. A ello se unen esos detalles que solo tienen los deportivos y que hacen que la experiencia sea como un juego de niños.
Me refiero al botón de arranque en color rojo y situado en el salpicadero al lado derecho del volante, a los otros botones M1 y M2 integrados en el volante a través de los cuales puedes activar dos modos de motor, dirección, suspensión, velocidad del cambio y sonido de escape previamente combinados a tu antojo.
El mando selector del cambio M Steptronic de ocho relaciones con sistema Drivelogic con pequeñas inserciones en color rojo, el tapizado del techo y los pilares en negro. Es difícil ponerle una pega.
Incluso el maletero de 550 litros es completamente razonable y hace que esta versión no pierda nada de capacidad frente a, por ejemplo, un X3 20d.
Seis cilindros y ocho marchas
Bajo el capó delantero se esconde un motor que, después de haberlo exprimido, me ha parecido prodigioso. Es un 6 cilindros en línea TwinTurbo de 3 litros de cilindrada que entrega 480 CV en una versión y 510 CV en la Competition.
Los 600 Nm de par están disponibles de forma constante desde las 2.600 RPM y se mantienen hasta las 5.600 RPM en la versión normal y hasta las 5.950 RPM en los Competition. Cosa de la electrónica.
Dicen algunos rumores que este es el motor que montarán los futuros M3 y M4, pero no solo esas serían las soluciones que adopten las berlinas y coupés más prodigiosos.
Este BMW X3 M traslada la potencia al asfalto gracias a un sistema de tracción a las cuatro ruedas permanente, que va repartiendo el par entre el eje delantero y el trasero de forma instantánea para optimizar el agarre.
Igual que en el X4 M, 4WD normal y el 4WD Sport, este último con algo más de carencia por el eje posterior para permitir ciertas licencias en forma de pequeñas derrapadas.
Un coche que engancha
En esta ocasión, la prueba del BMW X3 M se desarrolló en el orden inverso a la del X4 M que probamos hace unos días. Primero curvas, carretera de montaña y diversión. Luego autovía y uso racional.
El sonido que se percibe en el habitáculo con el motor en marcha es agradable y cuando aceleras con decisión pone los pelos de punta, especialmente si llevas activado el modo Sport y el comando que hace que suenen más los escapes al abrir las mariposas, aunque tengo dudas sobre si hay ayuda en forma de amplificación a través de los altavoces.
Comenzamos por una serpenteante carretera estrecha, con firme en general bastante bueno pero al mismo tiempo con algunos tramos rotos por sorpresa. El motor es un prodigio, acelera con mucha fuerza desde abajo, sube lineal de vueltas y anima a estirarlo.
Te das cuenta del potencial que tiene un coche así con casi medio millar de caballos cuando tras dos segundos con el pedal a fondo, llegas a la primera zona de curvas muy rápido y hay que meterlo.
Toca tirar de frenos y la potencia en este sentido es muy buena. Hay mordiente en esos discos perforados de 395 milímetros de diámetro delante mordidos por pinzas de 4 pistones y discos de 370 milímetros detrás con pinzas de un solo pistón.
Esa potencia de frenado está además acompañada por una estabilidad del conjunto ejemplar, algo que se agradece en un SUV. No tiende a hundirse de delante igual que no tiende a balancear en los apoyos fuertes. Gira muy plano y eso anima a ir rápido en curvas, aunque el peso se nota.
Cuenta con una barra entre torretas de CFRP (polímero reforzado con fibra de carbono) en el eje delantero así como unos refuerzos a nivel de chasis que le confieren mucha más rigidez como conjunto.
A ese buen paso por curva también ayudan otros dos aspectos. El primero de ellos es la dirección, que tiene un tacto muy preciso. Probé los tres modos disponibles y el que más me gustó en carretera fue el Sport. Tal vez el Sport Plus en un hipotético uso en circuito aporte algo más que en carretera.
El otro es el sistema de tracción integral, que permite sacar partido real a la caballería disponible. Es una delicia salir de una curva lenta, ir abriendo dirección al mismo tiempo que das gas y salir hacia adelante como un tiro.
El X3 M Competition: dosis extra de adrenalina
A mitad de ruta hacemos una parada, dejamos el X3 M y nos subimos al precioso BMW X3 M Competition. Esta versión supone un sobreprecio de 10.000 euros y a cambio tiene un aspecto más agresivo gracias a los detalles en negro, 30 caballos más y una puesta a punto algo más deportiva.
Nada más arrancar ya percibimos que en este, todo lo bueno que nos había transmitido la versión normal, gana un punto de intensidad e inmediatez. El sonido es bastante más notablemente, anima a ir más rápido y también se notan un poco más las irregularidades del asfalto cuando está muy roto.
Con el modo Sport de las suspensiones electrónicas activado, el coche parece ir pegado al asfalto, sobre raíles, pero has de anticiparte bien a las trayectorias porque si entras colado en una curva, las inercias no perdonan.
Llevarlo rápido por una carretera de curvas enlazadas con buen firme y buena visibilidad, es excitante igual que lo sería en un BMW M4, a pesar de que la distancia de nuestro trasero al asfalto es muy diferente.
Permite ir muy rápido, disfrutar de las sensaciones únicas que da un coche con esta envergadura y darte una alegría cada vez que aceleras a fondo. La caja de cambios Steptronic de 8 velocidades está muy bien afinada y en modo automático lee bastante bien lo que buscamos con reducciones en frenadas. También permite subirlo de vueltas marcha a marcha hasta el corte cuando hundimos el pie derecho.
Lo mejor de todo, es que el subidón de adrenalina que puedes experimentar conduciéndolo en una buena carretera de curvas no está reñido con el confort de marcha, tal y como nos demostró en el último tramo de autovía. Basta con volver a poner todos los reglajes en modo confort y apenas notarás diferencia con un BMW X3 20i.
Precios del BMW X3 M y BMW X3 M Competition
El precio del BMW X3 M es de 109.900 euros y si quieres la versión Competition has de pagar 10.000 euros más, hasta los 119.900 euros. No es barato, pero está en línea con los precios de sus rivales más directos, los Alfa Romeo Stelvio Quadrifolglio y el Mercedes-AMG GLC 63 4matic. Un placer haberte conducido.
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