La tercera carrocería del BMW Serie 8 ya está disponible en España. El BMW Serie 8 Gran Coupé es una berlina de superlujo que llega para plantar cara a coches con nombres tan ilustres como Porsche Panamera, Mercedes-Benz CLS o Audi A7 SportBack. Ya lo hemos probado y estas son nuestras primeras impresiones.
Hace algo más de un año desde que pudimos ver y tocar por primera vez el BMW Serie 8 Coupé, un modelo que llegó conquistando por los ojos con su línea Coupé de gran tamaño, que recordaba a los GT de antaño creados por y para los más sibaritas.
Le siguió solo unos meses más tarde el BMW Serie 8 Cabrio, el gran descapotable de cuatro plazas que nos maravilló en su versión M850i con el motor 4.4 V8 TwinTurbo de 530 CV.
Ahora llega la tercera carrocería de esta familia, con cuatro puertas y el objetivo de posicionarse como el coche perfecto para los que quieran el máximo lujo y dinamismo sin renunciar a un cierto toque deportivo que tal vez echen en falta en un Serie 7.
Porque históricamente el lujo y la máxima tecnología en BMW se materializaban en el Serie 7, un modelo del que a lo largo de su historia se han vendido más de 1,8 millones de unidades en todo el mundo. Pero hoy en día, como en otros segmentos, hay que diversificar las gamas para tener respuesta a las peticiones de cualquier cliente, de ahí que la gama de lujo de BMW hoy esté compuesta por los Serie 7, X7 y Serie 8.
A simple vista el coche impresiona. Sus 5,08 metros de largo, 1,93 metros de ancho y su planta baja y alargada le otorgan una planta sobre el asfalto única que se realza con muchos detalles como la linea marcada de cintura, que nace en los AirBreathers delanteros y sube por las puertas hasta alcanzar la trasera.
Es 23 centímetros más largo que el Coupé, 6 centímetros más alto y 3 centímetros más ancho en el eje posterior (el delantero mantiene el ancho de vías del Coupé), algo que se nota cuando lo tienes delante de tí y te paras a admirar sus proporciones. Es un coche muy voluminoso pero de proporciones muy equilibradas.
El morro largo y afilado, el parabrisas bastante inclinado aunque no tanto como en los Coupé y Cabrio, los pasos de rueda bien marcados, los riñones activos presidiendo un frontal que hace girar cabezas a su paso. Todo es espectacular como en los Coupé y Cabrio.
Es lógicamente en los segmentos posteriores de su carrocería donde encontramos los cambios más destacados respecto a las dos carrocerías que ya conocíamos. Además de los 23 centímetros extra de largo total, cuenta con una batalla 20 centímetros mayor que permiten que esta supere los tres metros de largo. Así las puertas traseras quedan bien integradas en una carrocería donde el techo, de marcada línea descendente, enfatiza su posicionamiento como berlina Coupé.
Como no podía faltar en un BMW, la curva Hofmeister está perfectamente integrada en la ventanilla de las puertas traseras, dándole un aspecto muy contundente y robusto al pilar C.
Visto por detrás, la tapa del maletero muy plana sube ligeramente llegando a la parte posterior. Así consiguen que la trasera tenga sustento a altas velocidades sin recurrir a un alerón que rompería su estética elegante y deportiva. Las ópticas horizontales y las salidas de escape situadas a cada lado del difusor, que puede ir en carbono junto con los espejos retrovisores si se monta un paquete opcional, hacen que este sea, bajo mi punto de vista, uno de los BMW más destacados en cuanto a diseño de cuantos se han lanzado al mercado en los últimos años.
4+1 en formato lujoso
De unos años a esta parte, BMW ha sabido llevar sus coches de los segmentos más altos a un nivel superior al que nos tenían acostumbrados. Los X5, X7, el futuro X6 o los Serie 7 y Serie 8 están a nivel de calidad, tecnología y materiales más cerca del segmento del superlujo que al de un gran coche Premium.
Esto se nota especialmente en el coche que hoy nos ocupa, ya que el Serie 8 Gran Coupé aúna lo mejor de estos aspectos dando como resultado un interior en el que uno se siente pequeño, y no porque sobre espacio, que es el adecuado para cuatro más un ocupante ocasional, sino porque el derroche es tal en todos los aspectos que te rodean que es normal sentirse abrumado.
Display completamente digital, una pantalla central táctil que tiene también la posibilidad de manejarla mediante gestos, piel de la más alta calidad tapizando tanto los asientos como las puertas y el salpicadero, molduras metálicas con tacto excelente. Todo está a un nivel muy alto y se aprecia el cuidado por el detalle.
Las plazas posteriores cuentan con espacio para dos pasajeros adultos en las banquetas individuales laterales. Además, han conseguido homologar una plaza central, aunque solo debe usarse en casos esporádicos ya que no es confortable al ir muy alta respecto a las laterales. La línea del techo descendente que tan buen aspecto le da a la carrocería, dificulta un poco el acceso a las plazas posteriores, ya que la banqueta va muy alta y hay que inclinar bastante la cabeza para poder acceder al interior.
Todo ello con un maletero que tiene 440 litros de capacidad y formas muy planas, el cual es muy aprovechable, tiene 20 litros de capacidad más que el del Coupé y permite meter cuatro equipajes de mano y alguno más si es necesario.
Un diésel y dos gasolina
La oferta mecánica para el Serie 8 Gran Coupé es idéntica a la de sus hermanos Coupé y Cabrio.
BMW 840i: El propulsor de acceso a la gama es un gasolina de seis cilindros en línea y 3.0 litros, con una potencia de 340 CV entre 5.000 y 6.500 rpm, y un par motor máximo de 500 Nm entre 1.600 y 4.500 vueltas. Va asociado de serie a un cambio automático Steptronic de ocho velocidades. Anuncia un 0-100 km/h en 5,2 segundos, una velocidad máxima limitada a 250 km/h y un consumo medio de entre 7,4 y 7,5 litros a los cien kilómetros. Esta versión incluye de serie el diferencial M Sport trasero y es la única con tracción trasera.
BMW 840i xDrive: La segunda opción es la variante de tracción total del mismo 840i, con idénticas cifras de potencia y par. En este caso el 0 a 100 km/h se despacha antes, en 4,9 segundos, y el consumo de combustible se ve ligeramente penalizado (entre 7,7 y 7,8 litros).
BMW M850i xDrive: El tope de gama es un bloque 4.4 litros V8 con 530 CV de potencia 1entre 5.500 y 6.000 rpm, y un par motor máximo de 750 Nm entre 1.800 y 4.600 vueltas. Necesita apenas 3,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y también está limitado a 250 km/h. El consumo es de entre 9,9 y 10 litros y también son de serie la caja automática Steptronic y el diferencial M Sport.
BMW 840d xDrive: La única opción diésel es también un bloque de 3.0 litros y seis cilindros en línea asociado al cambio Steptronic, con 320 CV a 4.400 rpm y un par máximo de 680 Nm entre 1.750 y 2.250 vueltas. Declara 5,1 segundos en el 0 a 100 km/h y una punta de 250 km/h. El consumo en este caso es de entre 6,2 y 6,3 litros a los cien kilómetros.
Al volante
Tuvimos ocasión de conducir por primera vez el nuevo BMW Serie 8 Gran Coupé por los alrededores de la preciosa y siempre elegante ciudad de San Sebastián. Allí nos esperaba una completa flota de todos los modelos de las series más altas de BMW. Entre los i8 Roadster, Serie 7, X7 y Serie 8 Coupé y Gran Coupé, elegimos para el primer trayecto un 840d xDrive Gran Coupé, sin duda una de las versiones que mayor acogida tendrá en nuestro país ya que aúna la contundencia de esta mecánica diésel de gran potencia con unos consumos ajustados y por tanto, con gran autonomía.
El trayecto que nos habían preparado combinaba unos cuantos kilómetros de autovía y lueo muchas curvas en una sinuosa carretera comarcal. En autovía, es difícil ponerle algún reproche a este coche. El motor se siente contundente cuando aceleras gracias a esos 680 Nm que entrega antes de las 2.000 rpm y que se mantienen constantes y perceptibles hasta muy arriba.
Siendo una mecánica diésel no es necesario estirarlo, pero si lo haces el sonido que se escucha en el habitáculo poco tiene que ver con lo que esperas en un diésel. Es grueso y contundente y aunque no pone los pelos de punta como la mecánica de gasolina V8, sí que es agradable en este sentido. Otro punto muy positivo lo encontramos en el comportamiento de la caja de cambios Steptronic de 8 velocidades, que sabe gestionar muy bien incluso en modo automático los cambios.
Solo si necesitas un punto más de inmediatez en algún momento, puedes tirar de ella hacia la izquierda para activar el modo Sport, haciendo que así vaya en marchas más cortas y estire más cada cambio. La excelente calidad de rodadura de Coupé y del Cabrio me entusiasmó en su momento, siendo coches perfectos para hacer largos viajes a ritmo alto sin apenas notar esfuerzo. Al mismo tiempo, tienen un tacto ágil y deportivo a pesar de su enorme eslora.
En esta versión Gran Coupé ese atributo mejora sustancialmente al contar con una batalla mayor (201 milímetros más) que ayuda a que el aplomo en carretera sea único y que mantenga esa inmediatez y agilidad que hace que parezca que vas al volante de un coche del tamaño de un Serie 3 más que del tamaño de un Serie 7.
Cambiamos luego al modelo más prestacional, el M850i xDrive de 530 CV que hasta la llegada del M8 Competition Gran Coupé de 625 CV será la versión más rápida. Nada más pulsar el botón de arranque, ahora situado en la consola central que separa ambos asientos, el rugido del V8 se hace notar y nos acompañará en todo momento. Contundente, ese podría ser el atributo que mejor define a esta mecánica vigorosa y llena también en todo momento.
Las aceleraciones son brutales, ya que hace 0 a 100 km/h en 3,9 segundos, pero al mismo tiempo ofrece un empuje sin igual a la hora de estirar las marchas. Lo mejor de todo es que esa potencia de motor está acompañada por una puesta punto claramente deportiva, ya que la dirección es muy directa y basta con un pequeño movimiento de volante para llevarlo por donde queremos.
El sistema de tracción xDrive reparte más fuerza al eje posterior por defecto, y solo envía par al delantero cuando hay poca adherencia atrás y hay que hacer que el coche avance. Una sinuosa y estrecha carretera de curvas de unos 15 kilómetros, en la que de lo único que debíamos preocuparnos era de calcular el espacio necesario cuando nos cruzábamos con otros coches, fue el punto y final para esta toma de contacto en la que los BMW Serie 8 Gran Coupé en sus versiones diésel y gasolina más prestacionales nos demostraron que están preparados para plantar cara a los tres contendientes que citamos al principio.
Los Porsche Panamera, Mercedes-Benz CLS o Audi A7 SportBack y tienen un nuevo rival que no les va a poner las cosas fáciles y los Serie 7 ven como hay un hermano de mayor numeración que tal vez conquiste a alguno de sus clientes de toda la vida que quiera darse una alegría con un coche de aspecto y puesta a punto más deportiva.
Los precios de la gama BMW Serie 8 Gran Coupé
Los BMW Serie 8 Gran Coupé ya están a la venta en España y curiosamente, sus precios son más ajustados que los de las versiones con carrocería Coupé y Cabrio a pesar de tener más puertas. Así queda definida la lista de precios:
- BMW 840i Gran Coupé: 101.900 euros.
- BMW 840i xDrive Gran Coupé: 105.900 euros.
- BMW 840d xDrive Gran Coupé: 109.300 euros.
- BMW M850i xDrive Gran Coupé: 137.100 euros.