El BMW Serie 3 quiere en esta séptima generación sacar a relucir lo mejor de los atributos que a lo largo del tiempo lo han convertido en uno de los coches más laureados y completos de la historia. Más deportivo y confortable, tecnológicamente impecable y con un nuevo motor turbo de 258 caballos, el G20 en versión 330i no merece pasar desapercibido en las listas de ventas. ¿Por qué? Por todo esto que nos ha demostrado durante la prueba.
La realidad es que las berlinas medias no están pasando por su mejor momento en los mercados. Los SUV y su liderazgo eclipsan las bondades de las berlinas, que son muchas como en el caso de este BMW Serie 3 G20 que hemos tenido en nuestras manos durante una semana.
Ya hemos hecho un repaso de evolución que ha sufrido el Serie 3 en materia de diseño y tecnología con la llegada de esta nueva generación, la cual todavía está disponible únicamente en carrocería berlina. Para el Touring habrá que esperar como mínimo hasta mitad de año.
El Serie 3 recupera el tacto
Así pues, hoy vamos a centrarnos en describir y contar cómo se comporta el BMW 330i, que es la versión más potente y prestacional si excluimos el M340i xDrive que recae en la división de coches especiales M Performance.
A decir verdad, ahora que me he puesto a escribir estas líneas, me cuesta pensar qué puede tener el M340i, a mayores de su motor de seis cilindros y la tracción xDrive para convencer con argumentos sólidos de que este 330i no es suficiente para tí.
El nuevo BMW Serie 3 viene decidido y con fuerza para volver a ser el referente en su segmento, eclipsar a los cada vez mejores Audi A4 y Mercedes Clase C y que nadie se atreva a seguir diciendo que un Alfa Romeo Giulia es más deportivo que el de Munich.
Y vaya si lo hace. El coche se siente mucho más que antes, ha recuperado esa tensión tan BMW que hace que tenga un tacto muy adictivo que anima a conducirlo y hace comprender el famoso lema de la marca a la que representa.
Se ha trabajado mucho a nivel de chasis para dejar atrás esa suavidad y tendencia a la filtración excesiva para mejorar el confort de marcha de la que adolecía la generación saliente, pero lo han hecho con métodos novedosos para no tener que renunciar a la calidad de rodadura.
¿Cómo? Pues básicamente la receta ha consistido en dotar al chasis de una mayor rigidez en algunos puntos, reducir la flexión del conjunto y en el caso de la unidad de pruebas equipada con el acabado deportivo M, hacer que los muelles sean un 20% más rígidos.
Ello no supone una penalización a nivel de confort de marcha ni mucho menos. Lo consiguen incluso mejorar respecto a la generación saliente gracias a la suspensión adaptativa M, que como su propio nombre indica va adaptando su dureza y comportamiento a las circunstancias de cada momento.
Así, estamos sin duda ante uno de los coches más completos del mercado en cuanto a compromiso en la rodadura, ya que permite absorber los baches con soltura y sin rebotes, mientras transmite mucho a través del eje delantero y al mismo tiempo, tiene un tacto deportivo que se siente con el volante entre manos.
Sí, no es fácil de comprender cómo han conseguido aunar en un conjunto así todos estos conceptos tan antagónicos, pero lo cierto es que el BMW Serie 3 convence a todo el mundo, desde el que busca el confort hasta al que busca el tacto deportivo y sentir el coche para sacarle el máximo partido.
Un prodigio de motor 4 cilindros turbo
Muchos se echarán las manos a la cabeza al saber que el 330i ya no monta un motor de seis cilindros en línea atmosférico de gran cubicaje y que en su lugar ha dejado paso a un motor de cuatro cilindros Twin Turbo de solo dos litros y 258 CV.
Yo también dudé de él y de cómo se iba a adaptar a la versión más alta de la Serie 3, pero admito que las dudas quedaron despejadas de un plumazo desde el primer momento en que me puse al volante, y ese convencimiento fue a más a medida que iban pasando los días y los kilómetros conduciéndolo.
Este motor es un auténtico prodigio. Capaz de entregar mucha fuerza desde muy abajo, concretamente a poco más de 1.500 RPM es donde entrega el pico de par motor de 400 Nm, pero al mismo tiempo tiene el carácter y la garra necesarias para subirlo de vueltas hasta alcanzar las 6.500 RPM que es donde el pico de potencia y donde te acercarás al corte de inyección.
Te incitará a subirlo de vueltas y llevarlo de forma alegre de vez en cuando, gracias a esa postura de conducción óptima que puedes lograr, con el trasero situado muy abajo, arropado por un puesto de mando perfecto donde la sensación de control del vehículo es absoluta.
Me encanta el carácter camaleónico que ofrece y que hace que los saltos entre los distintos modos de conducción sean más acusados que nunca. Puedes ir en ECO Pro en carretera, viajando en la octava marcha de la caja Steptronic con su característica suavidad y jugando a soltar el acelerador para activar el modo “a vela” que optimiza los consumos hasta dejarlos en torno a los 7 litros a los cien.
Como eso mismo lo podrías hacer también en un 318i de 150 CV, este 330i también permite seleccionar los Sport y Sport Plus y llevar ritmos difíciles de imaginar en una versión que teóricamente no es la más prestacional ni lleva apellido M más allá del paquete de equipamiento.
Sus cifras hablan por sí solas, ya que hace el 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos y alcanza los 250 km/h en Autobahn. Es muy rápido y esa rapidez se combina con un tacto del conjunto realmente bueno.
El coche incita a atacar las curvas con rapidez, la dirección de desmultiplicación variable que llevaba la unidad de pruebas cumple las órdenes con precisión de cirujano y el eje delantero es muy comunicativo, infinitamente más de lo que es en cualquier SUV por muy deportivo que sea.
Y es que sobre la báscula, este modelo ha conseguido rebajar unos 40 kilos respecto a antecesores a pesar de la mayor dotación tecnológica, fijando así la aguja en unos contenidos 1.545 kilos que se reparten con orden y juicio a raíz de 50/50.
Por su parte, el equipo de frenos opcional que se identifica por las pinzas en color azul con el logotipo M incrustado, tiene un tacto y una resistencia a la fatiga fantásticas.
Y todo ello con un sonido que si bien no es el ni por asomo ese grueso y rotundo que nos enamoraba en los BMW de seis cilindros hace tan solo unos años, no es para nada malo.
BMW Serie 3: nuestra puntuación
.3
A favor
- Calidad interior
- Postura de conducción
- Comportamiento dinámico
- Consumos ajustados
En contra
- Precio base alto
- Opciones caras
- Tecnología en opción
- Sonido no emocionante
Hacía mucho tiempo que una berlina no me convencía con argumentos tan sólidos como lo ha hecho el BMW 330i. Es espectacularmente confortable, tiene una calidad de rodadura increíble y parece que aprueba con nota en todas las asignaturas a las que le sometas, incluida la del consumo.
La única pega es que su precio puede parecer excesivamente alto. 47.250 euros de precio base a los que puedes añadir sin mucho problema más de 10.000 euros en opciones, hacen que esté solo 10.000 euros por debajo de un 530i y de un BMW X3 con el mismo motor. Aunque pensándolo bien, salvo que necesites algo más de espacio o que estés contagiado por la moda SUV, este coche no tiene nada que envidiar a ninguno de los dos. Si hay gente dispuesta a pagar esos 10.000 euros más por un X3, tal vez este BMW 330i no esté desposicionado en precio.
Ficha técnica
Versión probada | 330i | |||
Cilindrada | 1.998 cm³ | Tipo de tracción | Trasera | |
Bloque motor | 4 cilindros en línea TwinPower Turbo | Combustible | Gasolina | |
Potencia (CV @ rpm) | 258 @ 5.000 | Capacidad del depósito | 60 litros | |
Par motor (Nm @ rpm) | 400 @ 1.550 | Consumo urbano | 7,2 l/100 km | |
Masa en vacío | 1.545 kg | Consumo extraurbano | 5 l/100 km | |
Velocidad máxima | 250 km/h | Consumo combinado | 5,8 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 5,8 segundos | Capacidad maletero | 480 litros | |
Transmisión | Automática 8 velocidades | Precio | 47.250 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
Fotografía | Héctor Ares