La pasión poco a poco se va diluyendo en el mundo de la automoción en favor de planteamientos más estéticos y/o prácticos, pero aún queda una pequeña resistencia de coches pasionales que juegan una doble vida como el Audi TT: un coche coupé que podría tacharse de irracional pero que se puede utilizar como coche de diario.
Porque sí, el TT sigue siendo un coche de corte deportivo, con líneas coupé y un aspecto agresivo, pero si nos quedamos en versiones relativamente razonables como este TT Coupé 45 TFSI quattro de 245 CV que hemos probado el resultado es un vehículo agradable en el día a día y extremadamente disfrutable los fines de semana.
Audi TT: un icono con más de 20 años de historia
Fiel a sus señas de identidad como coupé (aunque también lo hay en versión descapotable), el Audi TT combina el diseño de más evolucionado de la casa de los cuatro aros por delante y una zaga que si bien ha evolucionado sigue distinguiéndose rápidamente como un TT.
Las líneas curvas del primer modelo siguen estando presentes, pero se combinan con una profusión mucho mayor de ángulos y líneas tensas. El frontal para este último restyling es aún más agresivo, con entradas de aire más pronunciadas y la parrilla Singleframe tridimensional. Equipa faros LED y llama mucho la atención a juzgar por las caras de la gente que se queda mirando. Algo con lo que ayudaba el color Azul Turbo de su carrocería.
En la parte trasera la zaga nos recuerda a las primeras generaciones del TT con la caída del techo en curva y la forma de los faros y su unión abombada sobre la tapa del maletero. Una tapa donde por cierto se esconde un pequeño alerón que se despliega de manera automática. Por debajo dos salidas de escape y un difusor generoso rematan el conjunto.
Esta unidad venía bien cargada de extras, con un exterior donde destaca el paquete S-Line, realzando la línea baja y agresiva del TT y complementándolo con unas enormes llantas de 20 pulgadas acabadas en negro con el borde mecanizado que le sentaban de maravilla.
En el interior se nota el modus operandi de Audi desde que abrimos la puerta del conductor. El acceso sin llave y una ventanilla sin marco nos dan la bienvenida antes de dejarnos caer sobre un asiento colocado muy, muy bajo. Rápidamente nos notamos encastrados en un coche que por dentro resulta contenido pero no agobiante.
Los asientos S de corte deportivo tienen mucho apoyo lateral y regulación eléctrica/neumática (incluyendo para lumbares y las orejas de los laterales). La tapicería de piel/Alcántara (opcional) tiene un tacto excelente y nos ayudan a sumergirnos en un entorno deportivo y refinado a partes iguales.
Todos los paneles del habitáculo están acolchados, tapizados o realizados en fibra de carbono pero sin resultar llamativos; todo lo contrario, resulta agradable a la vista y sobrio especialmente si lo comparamos con los interiores de Mercedes-Benz. Sólo un toque de azul brillante a juego con la carrocería en la estructura de los asientos y la consola destaca sobre el resto.
Si continuamos mirando a nuestro alrededor hay algo que nos llama la atención rápidamente: la ausencia de una pantalla en la consola central. Resulta extraño y al mismo tiempo ayuda a aligerar la carga visual, dejando todo el protagonismo a los aireadores con los controles de la climatización integrados en la parte central y al puesto de conducción en el lado izquierdo.
Todas las funciones del sistema de infoentretenimiento, Audi MMI, conectividad, navegación GPS y todos los ajustes del vehículo se controlan desde el volante, desde el mando de la consola o por voz y se agrupan en la pantalla digital que se esconde tras el volante. El Audi virtual cockpit tiene unas dimensiones generosas con 12,3 pulgadas, su funcionamiento es rápido y vistoso (aunque un tanto confuso) y su visualización es configurable.
Arrancamos el motor a golpe de botón y un sonido ronco aparece por los tubos de escape. El ralentí es poderoso y con unas suaves caricias al acelerador nos regala una melodía poco habitual, excitante. Por su configuración de coche deportivo y el sonido podríamos pensar que el Audi TT se comportaría de una manera tosca, pero después de engranar la D en la caja de cambios y recorrer los primeros metros el coupé de los cuatro aros se encarga de aniquilar esa idea.
Haciendo un uso relajado el TT es un coche bajo y un poco duro de suspensiones, está lejos de ser tan confortable como un compacto deportivo, aunque al mismo tiempo también resulta agradable. El tacto del motor y de la caja de cambios en los modos más conservadores es dócil, da gusto pasearse con él viendo cómo atrapa miradas. Ahora bien, lo más interesante de este coche está lejos de la ciudad, así que ponemos rumbo a terreno despejado.
Las carreteras de montaña son el terreno predilecto del Audi TT y aquí, cuando podemos acelerar el paso entre curvas ratoneras, es donde encontraremos un comportamiento que hasta ese momento había pasado desapercibido. El bajo centro de gravedad y las cotas del chasis del TT junto con unas ruedas en medidas de 4,19 x 1,83 x 1,35 metros le hacen pisar con precisión el asfalto.
Permite entrar en cada viraje dosificando la frenada sin un ápice de imprecisión y aguanta el tipo de manera vehemente, aunque sobre asfalto delicado sí detectamos cierta tendencia al subviraje. La dirección es precisa y transmite una buena cantidad de información a través de las manos.
Una vez llega la hora de salir de las curvas es cuando aparece la magia del sistema quattro. El motor 2.0 TFSI de gasolina ofrece en el Audi TT Coupé 45 una potencia de 245 CV y 370 Nm de par motor. Sobre el papel son unas cifras contenidas pero más que suficientes para divertirnos como un gato como un ovillo de lana.
La clave está en seleccionar el modo de conducción dynamic, usar la caja de cambios en modo manual (el modo S automático sigue siendo lento cuando buscamos efectividad) y empezar a exprimir la zona alta del cuentavueltas. Con la línea roja por encima de las 6.500 revoluciones, obligar al TT a estirar por encima de 5.000 rpm es un placer primero por la forma intensa que tiene de acelerar y segundo por lo adictivo, lleno y excitante que se vuelve su sonido.
Con el motor trabajando alto de revoluciones, su fuerza se entra a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática S-tronic y el sistema quattro. La tracción es prácticamente perfecta y será difícil encontrar una curva en la que el coche no se dirija exactamente hacia donde estamos apuntando con el volante. Sólo en los giros muy cerrados a baja velocidad encontraremos alguna respuesta algo tosca.
El equilibrio alemán en un coupé de 245 CV
Para digerir bien la adrenalina emprendemos el regreso con una buena tirada de kilómetros por autopista, después de la que hay que reconocer que el Audi TT tiene una puesta a punto equilibrada. Es un coche con el que se puede viajar, aunque el confort tampoco es su punto fuerte. Los asientos de corte deportivo tienen una contrapartida: el mullido acaba resultando duro a medida que acumulamos distancia en las posaderas.
También se nota que en Audi han querido hacer un guiño a la pureza y han evitado incluir equipamiento que podría resulta innecesario, aunque al mismo tiempo echamos de menos una carga tecnológica más completa. Las ayudas a la conducción son escuetas en el TT y sólo cuenta con control de velocidad de crucero (no adaptativo), reconocimiento de señales y avisador de cambio de carril.
En un mercado donde la pasión por los coches ha quedado un tanto diluida, son pocas las marcas que destinan sus recursos a ofrecer coches que aún sean emocionales. Desde hace más de 20 años el Audi TT mantiene la confianza que el grupo alemán tiene en algunos de sus iconos y la última versión es la confirmación de que aún hay sitio para los coupé.
El TT es un coche carismático y equilibrado. Sí, es un coupé potente, pero es un coche en el que se puede hacer vida a diario gracias al saber hacer de la marca de los cuatro aros. Es un coche con un paso por curva rápido, manejable con su centro de gravedad bajo y con una respuesta eficaz gracias a la tracción quattro. Al mismo tiempo también es confortable con matices, lujoso y muy agradable de conducir.
Incluso dentro de su acotada carrocería, el maletero es más práctico de lo que podría parecer en un principio con una capacidad de 305 litros repartidos en una superficie regular y plana aunque no dispone de mucha altura, limitada por la forma del bajo techo. La zaga alta al mismo tiempo implica una boca de carga bastante elevada e incómoda si queremos meter bultos pesados.
En lo referente a consumos se nota que el Audi TT lleva un motor apretado y equipado con la tracción integral quattro. Después de haber realizado más de 800 km a sus mandos por todo tipo de vías hay que reconocer que el bloque TFSI de cuatro cilindros tiene sed, y sus cifras quedaron en 10,2 litros a los 100 km de media.
Sobre el precio, el Audi TT arranca en 42.220 euros. En esta versión TT Coupé 45 TFSI quattro parte de 52.990 euros, una cifra no al alcance de todos los bolsillos y que se justifica a través de la devoción de este tipo de carrocerías. Ahora bien, añadiendo el equipamiento interior, exterior y tecnología de la unidad probada, el importe sube por encima de los 70.000 euros, así que no resulta un coche asequible.
En relación a la competencia el Audi TT tiene pocos competidores en el mercado dentro de los coupé deportivos premium. Podríamos medirlo contra el BMW Z4 (desde 48.900 euros), Jaguar F-Type (desde 66.850 euros), Toyota GR Supra (69.900 euros) o el Porsche Cayman (desde 62.103 euros). Por establecer una comparación con coches por un precio similar dependiendo de la versión y al mismo prácticos podríamos decantarnos por el Mercedes-AMG A 35 (58.750 euros) o el Audi RS3 (67.130 euros).
Hay muchas opciones en el mercado pero ya con una vida a sus espaldas el Audi TT tiene la ventaja de que aunque no es barato sí tiene labrada una trayectoria que los compradores que buscan un TT no se plantean otras alternativas.
Audi TT 45 TFSI - Valoración
7.1
A favor
- Comportamiento preciso
- Calidad del interior
- Maletero aprovechable
- Motor con carácter
En contra
- Precio elevado
- Suspensiones duras para uso cotidiano
- Habitabilidad interior escueta
- Consumo alto
Audi TT 45 TFSI - Ficha técnica
Versión probada | TT Coupé 45 TFSI quattro | |||
Cilindrada | 1.984 cm³ | Tipo de tracción | Total | |
Bloque motor | Cuatro cilindros en línea | Combustible | Gasolina | |
Potencia | 245 CV a 5.000 rpm | Capacidad del depósito | 45 litros | |
Par motor | 370 Nm a 1.600 rpm | Consumo urbano | N/D l/100 km | |
Masa en vacío | 1.440 kg | Consumo extraurbano | N/D l/100 km | |
Velocidad máxima | 250 km/h | Consumo combinado | 7,9 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 5,2 segundos | Capacidad maletero | 305 litros | |
Transmisión | Automática | Precio | Desde 52.990 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. El servicio de fotografía ha corrido a cargo de Two_Sides. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.