Probamos el Audi Q2 1.6 TDI: los mejores bombones son los más caros

El año pasado Audi se adelantó a sus competidores más directos, BMW y Mercedes, con el lanzamiento del nuevo Audi Q2 (toma de contacto), un crossover urbano que llega para completar la oferta SUV de la marca de los cuatro aros formada por Q3, Q5, Q7 y en breve por el Q8 cuyas líneas nos adelantaron en el Salón de Detroit con el Q8 Concept.

Audi se adelantó a las otras alemanas porque ninguna tiene, todavía, un SUV urbano como este. Llamado a convertirse en la alternativa Premium a modelos como el Nissan Juke o Mazda CX-3 y a plantar cara al nuevo MINI Countyman, hemos probado el nuevo Audi Q2 en su versión 1.6 TDI de 116 caballos, la que acaparará la mayor parte de las ventas, y esto es lo que nos ha parecido.

Al fin un diseño diferente

Si hay algo que todos hemos echado en cara a Audi en los últimos años ha sido el diseño continuista y extremadamente similar entre los diferentes modelos que componen su gama. Es difícil diferenciar un A4 de un A5 o un A6 de un A8, pero eso no ocurrirá jamás con el modelo que hoy nos ocupa.

El Audi Q2 luce un diseño que, si bien es fácilmente identificable como un Audi gracias a su parrilla delantera Singleframe muy marcada y a unas ópticas muy compactas que le delatan, es diferente al resto de Audi que conocemos hasta ahora. En sus 4,19 metros de largo se conjuga con maestría una reinterpretación un tanto moderna de esos rasgos que tanto gustan a los seguidores de la marca.

Sus voladizos cortos, un frontal muy vertical, las formas compactas de las ópticas delanteras y traseras, una cintura muy alta y detalles tan llamativos como el grueso pilar C, personalizable con diferentes colores y texturas, hacen de él un coche con aire fresco como demanda el segmento en el que se enmarca.

Los colores disponibles para la carrocería son un claro indicador de que este coche quiere conquistar a un público más jóven del habitual en Audi

Además la paleta de colores disponible no tiene nada que ver con la del resto de modelos de la gama Audi, y un buen ejemplo es esta unidad de pruebas que lucía el color Amarillo Vegas (opción de 400 euros) en la carrocería y el sideblade del pilar C en color gris Manhattan con los cuatro aros plasmados en una posición bien visible (opción por 155 euros).

Llama la atención por fuera y sorprende por dentro

He podido conducir el nuevo Audi Q2 durante una semana y lo primero que hay que destacar, es que es una máquina de atraer miradas allá por donde pasa. Está claro que el llamativo color de la carrocería hacía mucho en este sentido, pero también el peculiar diseño de su carrocería, para mi gusto muy acertado, hace que jóvenes y no tan jóvenes, hombres y mujeres, niños y niñas se giren a su paso.

La gente se acerca a preguntar por él (me ocurrió tres veces en solo siete días), y al menos por lo que yo pude percibir, el diseño de este modelo gusta a quien se interesa por él y el interior convence por su espacio y calidad. Muchos han criticado el diseño del Q2, pero yo creo que es uno de esos coches que o levanta pasiones o genera rechazo.

La imagen del interior no corresponde con la unidad probada, ya que llevaba caja manual de seis velocidades.

El interior es idéntico al del resto de Audi actuales, y salvo por la posición de conducción ligeramente elevada (vas 18 centímetros más bajo que en un Audi Q3), sería difícil diferenciar si estamos en un A3 o en un Q2. La calidad de los materiales que componen el salpicadero, los perfectos acabados y el tacto de todos los mandos es idéntico al de cualquier otro Audi, a pesar de que este se posiciona en un segmento de mercado teóricamente inferior al resto.

El habitáculo es mucho más amplio de lo que te puedes esperar en un coche de 4,19 metros y ese es sin duda uno de sus argumentos más potentes

A esa calidad de acabados, hay que añadir otro punto muy positivo y que me ha sorprendido en el Q2. Hablo del espacio interior. En las plazas delanteras es más que suficiente para dos adultos de talla grande, mientras que en las plazas posteriores también caben sin problema dos personas corpulentas con total comodidad, tal y como pude comprobar.

A pesar de tener un habitáculo muy amplio, no sacrifica el maletero, el cual podríamos considerar muy grande si tenemos en cuenta su tamaño compacto del conjunto. Cuenta con 405 litros de capacidad, lo cual supone 40 litros de los que tiene un Audi A3 de tres puertas o 25 más que un A3 Sportback. El secreto está en una superficie de carga con paredes muy lisas y un piso plano que cuenta con un compartimento inferior que se beneficia de la mayor altura del conjunto.

Un tacto de conducción que destaca tanto o más que su diseño

El envoltorio es igual de sorprendente que el comportamiento. Era escéptico sobre cómo se comportaría este pequeño SUV con el motor 1.6 TDI de solo 116 caballos, el cual se combina solamente con tracción delantera (la tracción cuatro se reserva para modelos con más motorización), pero una vez que hemos convivido una semana, tengo que decir que me ha convencido.

El Audi Q2 transmite desde el primer momento una agilidad muy marcada, siendo ese uno de los rasgos que más destacan en el plano dinámico. A pesar de que este motor de tan poca potencia no brilla como es lógico por tener unas prestaciones de infarto, tal y como acreditan los 10,3 segundos que tarda en pasar de 0 a 100 km/h o la velocidad máxima de 193 km/h, en ningún momento tienes la sensación de ir en un coche lento.

Eso se debe a varios aspectos. Por un lado, este motor entrega 250 Nm entre 1.500 y 3.200 rpm gracias al turbocompresor de geometría variable que, unido a unas primeras marchas muy cortas en la caja de cambios manual de seis velocidades, ayudan a que en los primeros metros y a velocidades de ámbito urbano te sientas preparado para avanzar con dignidad cumpliendo con los ritmos que obligan hoy en día las grandes urbes.

El tacto de la caja de cambios manual de seis velocidades es muy preciso, y me atrevo a decir que la configuración de las relaciones que lo conforman están perfectamente adaptadas al tipo de uso que se va a dar a este coche. El único momento en el que tal vez sientas una pequeña falta de fuerza es en marchas largas en autopista y autovía, ya que los desarrollos largos para aliviar el motor y bajar los consumos hacen que los viajes no sean su punto fuerte.

El Q2 cumple y convence en el apartado dinámico. Tiene buen tacto y transmite alegría a quien lo conduce

En cambio, moverse por la ciudad con él es una experiencia muy gratificante, en parte porque la posición de conducción es curiosa, ya que te sientes más elevado que en un compacto como el A3, pero no tan alto como en su hermano mayor el Q3. Otro aspecto destacado es el excelente aislamiento acústico del habitáculo, que hace muy poco perceptible el sonido del motor TDI desde el puesto de conducción.

A eso hay que unir el agradable tacto de la dirección, que transmite con bastante precisión lo que está ocurriendo bajo los neumáticos delanteros. Todos los Audi Q2 traen dirección progresiva de serie, la cual gracias a la desmultiplicación va haciéndose más directa a medida se aplica giro al volante.

En marcha, el tacto del conjunto es muy bueno, incluido en de las suspensiones y chasis. A pesar de que la unidad que probamos llevaba las llantas de 18 pulgadas (opción por 2.000 euros) y el paquete exterior S-Line (opción por 1.720 euros), lo cierto es que las suspensiones demostraron ese grado de compromiso que permite disfrutar de un confort de marcha muy alto. Absorbe bien las irregularidades del asfalto sin generar desconexión entre vehículo y conductor, y eso a pesar de que al carrocería tiene unos considerables 15 centímetros de altura libre al suelo por si algún día quieres salir un poco fuera del asfalto.

El apartado de consumos también es importante. Esta unidad contaba entre el equipamiento opcional con el Audi Drive Select que permite elegir entre cinco modos diferentes de conducción dependiendo de las circunstancias. En uso principalmente urbano (70%) y extraurbano (30%) la media que marcaba el ordenador de abordo al finalizar la prueba era de 6,8 l/100 km.

Sin duda una de las claves para conseguir esos consumos y ese tacto tan ágil está en el reducido peso del conjunto, ya que en báscula este 1.6 TDI declara 1.310 kilos. Si a eso unimos que el coeficiente aerodinámico del conjunto es de solo 0.30, entendemos por qué parece que estás conduciendo un auténtico peso pluma.

Equipamiento escaso y extras infinitos

Como toda historia de amor, tarde o temprano llegan los "peros". Si el Audi Q2 es capaz de conquistar con su atrevido diseño exterior, la calidad y habitabilidad del interior y un comportamiento dinámico más que bueno, la parte negativa de este romance llega a la hora de empezar a equipar el coche como nos gusta.

El equipamiento de serie del Audi Q2 no brilla precisamente por ser muy completo. Tanto es así que cosas básicas como el Audi Hold Assist, el asistente de arranque en pendiente, se tiene que pagar en opción. La lista de extras es casi infinita, lo cual no es malo, ya que puedes tener un Audi Q2 con casi el mismo nivel de equipamiento que un Audi A6.

Así, podrás llevártelo con asientos en cuero y alcántara por 825 euros, disfrutar del maravilloso equipo de sonido Bang&Olufsen por 930 euros, pedir el Paquete Vision, formado por faros LED y pilotos traseros LED con intermitentes dinámicos, regulación automática del alcance de luces, sistema lavafaros o espejos exteriores calefactables por otros 1.745 euros.

Por si fuese poco, contar con el respaldo trasero abatible 40:20:40 con apoyabrazos trasero cuesta 295 euros, el volante de tres radios multifuncional achatado en parte inferior 135 euros, o el sistema MMI de navegación plus por otros 2.175 euros. La lista de opciones es infinita, y no es difícil hacer que un Audi Q2 1.6 TDI de 116 CV como el nuestro, que de serie con el acabado Sport Edition cuesta 27.850 euros, llegue a los 38.000 euros.

Por eso, tal vez de todo lo que se ofrece en opción lo más recomendable es el Audi Virtual Cockpit, un extra por el que solo hay que desembolsar 540 euros y que os aseguro, hace que la experiencia de conducción y la calidad del interior sea infinitamente mejor que con el cuadro de mandos tradicional.

Audi Q2: nuestra puntuación

.3

Diseño exterior 8
Diseño interior 9
Calidad 9
Habitabilidad 9
Maletero 9
Motor 8
Seguridad 8
Comportamiento 8
Comodidad 8
Precio 7

A favor

  • Estética con personalidad
  • Acabados interiores
  • Capacidad de maletero
  • Comportamiento dinámico
  • Consumos ajustados

En contra

  • Equipamiento de serie escaso
  • Precio de las opciones de seguridad
  • Precio de las opciones de entretenimiento

Con el nuevo Audi Q2 la marca alemana se ha atrevido a abrir la gama SUV a un segmento inferior, y lo hace con un producto muy redondo, con un diseño fresco y juvenil y un comportamiento dinámico que está en línea con lo que se espera de un Audi.

El único punto en contra es un precio excesivamente alto y un equipamiento de serie escaso para un coche que teóricamente está dirigido a un público más joven del habitual en Audi. Eso sí, el que pueda permitírselo y tenga presupuesto para equiparlo bien, tendrá el SUV pequeño más pintón de todos, un coche muy capaz que no tiene nada que envidiar a sus hermanos mayores.

Ficha técnica

Versión probada   1.6 TDI
Cilindrada1.598 cm³ Tipo de tracciónDelantera
Bloque motor4 cilindros en línea turbo CombustibleGasóleo
Potencia (CV @ rpm)116 @ 3.250 - 4.000 Capacidad del depósito50 litros
Par motor (Nm @ rpm)250 @ 1.500 – 3.200 Consumo urbano5 l/100 km
Masa en vacío1.310 kg Consumo extraurbano4,3 l/100 km
Velocidad máxima197 km/h Consumo combinado4,6 l/100 km
Aceleración 0-100 km/h10,3 segundos Capacidad maletero405 litros
TransmisiónManual de 6 velocidades Precio27.850 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

Fotografía | Héctor Ares y Audi

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