Audi Driving Experience 2013 en Montmeló

Muchos son los fabricantes, como Audi, que organizan anualmente eventos de conducción (de todos los niveles) enfocados principalmente a clientes, aunque realmente puede participar cualquier persona interesada. En el marco de la Audi Driving Experience 2013, la marca alemana nos invitó al circuito de Montmeló para conocer de primera mano uno de sus cursos más interesantes, el de conducción deportiva o Sportscar. Y digo uno de los más interesantes, y no el que más, porque el de conducción invernal en Finlandia tiene que ser una auténtica pasada.

El protagonista de este curso de deportivos no es otro que el Audi R8 V10 Plus, una máquina de 550 CV capaz de devorar el asfalto del circuito sin demasiado esfuerzo. Además, también tuvimos oportunidad de saborear parte de la gama RS, conduciendo en carretera dos de las más recientes novedades: el Audi RS4 Avant que ya probamos (parte 1, 2 y 3) y el espectacular Audi RS6 Avant. ¿Te vienes con nosotros?

Aunque son muchos los circuitos que sirven de escenario para estos cursos (Jarama, Jerez, etc...), tuvimos la suerte de ser invitados junto al resto de la prensa nacional a un trazado de primera clase como es el de Montmeló, que es el utilizado para esta experiencia Sportscar. Un circuito en el que compite desde la Fórmula 1 o Moto GP hasta prácticamente cualquier categoría que se nos ocurra. El Circuito de Cataluña es un trazado de primer nivel.

El precio de este curso Sportscar, a nuestro parecer el más interesante de todos sin contar el de nieve, es de 545 euros (IVA incluído) para clientes y de 690 euros (también con IVA) para no clientes. En el precio se incluye hotel de cuatro estrellas en Barcelona, cena y la experiencia completa en circuito con comida in situ. Podéis consultar toda la información relativa a estos cursos en la página oficial de Audi Driving Experience.

Audi R8 V10 Plus en circuito

Aún con la pista húmeda debido a las tormentas que amenizaron la noche anterior, llegamos al circuito a primera hora de la mañana, dispuestos a aprender el máximo y a disfrutar más todavía. Tras una breve charla en la que conocemos los coches que conduciremos y recibimos algún consejo para la conducción en pista, estamos listos para comenzar la experiencia. Lo primero, el circuito con el Audi R8 2013. Los modelos RS los probaremos después de comer.

Antes de salir a pista nos explican que nosotros no vamos a realizar el curso tal y como lo hacen los clientes, ya que se presuponen algunas cosas. No haremos, por ejemplo, maniobras de introducción enfocadas a que conozcamos el comportamiento del vehículo en determinadas situaciones, como en una frenada potente. Para los clientes este tipo de ejercicios supone una toma de contacto con el coche que después usarán para rodar en pista.

Nuestras máquinas para la jornada de hoy son, como ya hemos dicho, Audi R8 V10 Plus S-Tronic, y los hay de tres colores: blanco, rojo y azul. Todos montan un motor 5.2 litros FSI (atmosférico) de nada menos que 550 CV y 540 Nm de par máximo, combinado con el cambio automático S-Tronic (DSG para los amigos) de doble embrague.

En esta versión V10 Plus de aspiraciones más deportivas, el Audi R8 con cambio automático consigue una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 3,5 segundos, unas décimas más rápido que su predecesor. Además, es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 317 km/h. Todas estas cifras y un motor tan lleno y potente como el 5.2 FSI tienen su precio: 12,9 litros de consumo medio homologado.

La transmisión S-Tronic supone un importante salto con respecto al R-Tronic anterior. Es mucho más rápida y agradable, y lo notamos especialmente en circuito, donde queremos tener un control total del vehículo. Las transiciones entre velocidades son casi instantáneas y el paso hacia adelante con respecto al anterior cambio automático es enorme. Desde luego el R8 con cambio automático ahora sí está a la altura de sus competidores.

Como suele ser habitual en este tipo de cursos, al principio se divide el circuito en varios sectores para ir aprendiéndolo por zonas. Esto facilita que nos acordemos de las curvas y que practiquemos varias veces el paso por ellas sin tener que dar tropecientas vueltas al circuito. En mi caso es la primera vez que ruedo en Montmeló así que no conozco el trazado más que por la televisión y los videojuegos.

Empezamos por el sector intermedio, que llega de mitad de parabólica hasta la recta de atrás. Es una zona de curvas relativamente lentas que nos sirve para ir cogiéndole el punto al coche. Nos recomiendan utilizar el modo automático de la transmisión para ir más centrados en trabajar la vista y buscar los conos de entrada y salida de las curvas que han colocado expresamente para nosotros, que estamos en pleno aprendizaje. No obstante, nos resulta mucho más cómodo hacer uso de las levas y cambiar nosotros mismos, ya que no se nos permite hacer uso del modo Sport, que mantendría marchas más bajas.

Desde el principio rodamos por parejas, aunque llevamos un coche guía desde el que un monitor de la escuela de Audi nos va indicando lo que debemos hacer. Como suele ocurrir en este tipo de cursos, las posiciones se van rotando cada vuelta para que todo el mundo vaya en algún momento detrás del coche guía y poder así recibir instrucciones más precisas a través de la radio.

El Audi R8 V10 Plus, a pesar de ser una bestia que empuja sin desfallecer sin importar a qué velocidad circulemos, es un coche bastante fácil porque no pone en apuros a su conductor. Con los controles electrónicos activados cualquier error del que va detrás del volante es corregido por el cerebro del vehículo, pero lo suyo es buscar ir lo más fino posible para evitar intervenciones, que no hacen más que hacerte perder tiempo.

En circuito es fundamental hacer los deberes antes de cada curva. De poco sirve llegar como una exhalación y dejarse mucha velocidad y varios kilos de goma en cada curva tras la intervención del ESP. Es cierto que, de primeras, un circuito engaña puesto que tenemos la sensación de que podemos pasar por algunas curvas mucho más rápido de lo que realmente es posible. Por ello, siempre conviene frenar lo suficiente y llegar a la curva con la velocidad adecuada, listos para abrir gas cuando toque y salir lo más rápido posible.

El coche va sobre raíles gracias a la tracción integral quattro. No obstante, no es como en modelos de calle más comunes en los que la fuerza del motor va a parar en gran parte al eje delantero. En este caso es el tren trasero el que recibe la inmensa mayoría del par motor y, por tanto, el coche tiene un comportamiento más deportivo y si nos pasamos con el gas la trasera puede darnos algún toque de atención.

Nuestra unidad de pruebas monta el sistema de frenos cerámicos opcional, así que podéis imaginar que frena de maravilla. De hecho, salvo en alguna ocasión contada en la que nos pasamos un poco de frenada por optimistas, solemos frenar más incluso de lo que deberíamos ya que la potencia de los frenos es enorme. A final de recta, por ejemplo, llegamos a velocidades de 230 km/h o superiores y, aún queriendo apurar, tenemos la sensación de que hay mucho más margen para frenar.

Además, el Audi R8 es muy estable en frenada, seña del buen chasis sobre el que trabaja. La carrocería apenas se mueve incluso si utilizamos toda la potencia de frenada, aunque bien es cierto que si los neumáticos no están en buen estado (lo comprobamos en una de las últimas tandas) los meneos son mucho más acusados, incluso si frenamos con el coche bien recto y agarrando con fuerza el volante.

Después de conocer cada sector y afrontar varias veces todas y cada una de las curvas del trazado, y tras una paradita técnica para tomar un café o cualquier otro refrigerio, volvemos a la pista y toca hacer vueltas completas. Aquí el ritmo se eleva y pasamos de "ir tranquilitos" para aprender el trazado a intentar rodar lo más rápido posible, aunque sin arriesgar, todo hay que decirlo.

De paseo con los Audi RS4 Avant y RS6 Avant

La experiencia en pista es genial y pasamos una gran mañana en buena compañía y disfrutando de esta bestia tan bonita llamada R8. Toca despedirse, pero sólo del V10. Llega el momento de comer algo y salir a carretera abierta con los modelos RS. Con una ruta establecida y paradas por el camino para cambiar de coche y piloto, elegimos el RS6 para empezar y salimos de las instalaciones del Circuit.

Por delante tenemos un tramo de autovía, carretera de montaña, vías interurbanas, más tramos de curvas y otro poco de autovía de vuelta al punto de partida. En total serán unos 120 kilómetros pero la ruta lleva aproximadamente unas dos horas y media. El primero en conducir es mi compañero, Mario, que descubre lo bruto que es el RS6 Avant.

El nuevo motor 4.0 litros V8 biturbo del RS6 Avant es una locura. Está llenísimo en todo el rango del cuentavueltas. Ofrece su potencia máxima de 560 CV entre las 5.700 y las 6.600 RPM, pero el par motor máximo de 700 Nm está disponible desde sólo las 1.750 vueltas y hasta las 5.500 vueltas, por lo que en la práctica la fuerza del motor no se acaba nunca. El coche es descabelladamente rápido y no tiene problema en pegarte la cabeza al reposacabezas cada vez que acaricias el pedal derecho.

El sonido del RS6 es bastante discreto, aunque más que nota de escape lo que oímos desde el interior es el soplido de los turbos. El escape es más audible si circulamos en el modo Dynamic, y aquí es cuando cada vez que ahuecamos o bajamos una marcha el coche hace pedorretas. Crujidos y ruidos de escape de todo tipo, que nos encantan.

Del último modelo RS destaca su agilidad, que no te esperas de un coche de su tamaño y peso. A diferencia del anterior RS6, que tenía fama de poco ágil, éste se deja llevar por el sitio sin problema y camufla bastante bien esas dos toneladas de peso. A nosotros nos ha sorprendido positivamente y ya estamos deseando probarlo más a fondo. Y si es en la Autobahn, mejor que mejor.

En la segunda etapa de la ruta, la de vuelta, nos toca ponernos al volante del Audi RS4 Avant. Este familiar, que ya es un viejo conocido para nosotros, se siente más ágil que el RS6, y lo es. Pesa menos, no es tan grande y se mueve bastante mejor. No tiene la increíble fuerza del V8 biturbo, pero a su favor juega la progresividad de su 4.2 litros atmosférico de 450 CV y su dulce sonido, que incita a estirar cada marcha como si no hubiera un mañana (o como si el litro de combustible costara céntimos de euro).

A última hora de la jornada nos cayó una tormenta de las que hacían a nuestros antepasados preguntarse si se iba a acabar el mundo o si bien "el de arriba" se había enfadado con ellos. Llovió con muchas ganas, pero afortunadamente nuestra actividad en pista ya la habíamos llevado a cabo. El segundo turno, que entró a pista cuando nosotros salimos a hacer la ruta por carretera, no tuvo tanta suerte. De hecho, rodaron en mojado. Qué mala pata... A pesar de la tracción quattro, el circuito se disfruta mucho más en seco.

Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

Fotografía | Javier Álvarez

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